La razón sobre la fe - Publicatuslibros.com

(¿Porqué preocuparse tanto por los muertos?. JESÚS no habla para los muertos sino para los vivos. No es prudente
mirar hacia arriba sin haber visto lo de abajo).
“La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad pues, al dueño de la mies que envíe obreros
a su mies.”
(La evangelización necesita personas que se entreguen de lleno a llevar a todo el mundo, sobre todo a los que más
lo necesitan la palabra de JESÚS. Por desgracia son muy pocos los que adquieren este compromiso, unas
veces por comodidad y otras por dejadez. Todos somos misioneros de JESÚS desde el mismo momento que
somos cristianos. El cristiano tiene la obligación de ser apóstol de JESÚS, no admitiendo que cumple con
los mínimos preceptos que la iglesia le impone y que a veces se justifican mal, sino dándose de lleno allí donde
hace falta, donde impere la injusticia, donde el hombre, su prójimo, esté pasando calamidades. Debemos
abandonar la comodidad, la pasividad a que la iglesia nos tiene acostumbrados y comprometernos más con la
doctrina de JESÚS).
“Id a las ovejas perdidas de la casa de Israel. No vayáis a los gentiles, ni penetréis en ciudad de
samaritanos. No os procuréis oro, ni plata, ni cobre para vuestros cintos, ni alforjas para el
camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón, porque el obrero es acreedor a su sustento. Si
entráis en casa digna, venga sobre ella vuestra paz. Si no os reciben o no escuchan vuestra
palabra, salid y sacudid el polvo de vuestros pies.”
(Francisco de Asís, es un ejemplo entre otros muchos hombres que entendieron el mensaje de este texto. Sería
conveniente que leamos “Las Florecillas” de Francisco de Asís, para poder aplicarnos quienes son verdaderamente
las ovejas perdidas de la casa de Israel.)
“Os envío como ovejas en medio de lobos; sed prudentes como serpientes y sencillos como
palomas. Seréis aborrecidos de todos por mi nombre; el que persevere hasta el final, tendrá su
recompensa. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra; y si en ésta os persiguen, huid a
una tercera. No temed, porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni secreto que no
venga a conocerse. No penséis que he venido a poner paz en la tierra; sino espada.”
(¡Cuánto tiene que explicar la iglesia actual ante esta enseñanza!. Todo se ha cambiado: quienes debían ser ovejas
son lobos, los prudentes y sencillos son arrogantes y soberbios, ya ni siquiera son aborrecidos porque no dan la
cara ante los poderosos, ya no perseveran porque viven en tal grado de comodidad y materialismo que no les
conviene desenmascararse, no huyen porque tiene las espaldas cubiertas, ni temen porque forman parte de esos
grupos opresores, no combaten con espada porque lo hacen con una postura cobarde a la que llaman fe, alma, otra
vida y tantas y tantas aberraciones.)
La razón sobre la fe Joaquín Cózar Infante 58