0077 - Viento Sur
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gracias a la obra autobiográfica de Mika Etchebehere Mi guerra de España, en<br />
la que describe cómo se encontró con Emma y cómo a ésta le afectó mucho la<br />
experiencia de los primeros combates.<br />
Emma salió en libertad años después del final de la guerra, pero fue detenida<br />
y encarcelada de nuevo en 1946 junto con otros compañeros del POUM;<br />
finalmente, pudo salir otra vez de prisión casi dos años después y decidió<br />
desplazarse a París junto con Quique, su compañero desde 1935 y miembro del<br />
Comité Central del POUM (en VIENTO SUR, nº 68 se publicó un artículo suyo<br />
sobre la historia de este partido en Madrid). Tanto en París como luego en<br />
Madrid no dejó de participar en todo tipo de actos y manifestaciones, sintiéndose<br />
generalmente cercana a las posiciones que la LCR francesa y la española<br />
defendieron, sin ocultar por ello sus diferencias, pero también sin pretender<br />
nunca darnos lecciones de lo que debíamos hacer; más tarde, ya sin la presencia<br />
de Quique, siguió nuestros avatares en Izquierda Unida y fue una lectora asidua<br />
de esta revista, que se la pasábamos en mano aprovechando así para escucharla<br />
y conversar sobre la actualidad política y la vida cotidiana.<br />
Emma estuvo vinculada a la Fundación Andreu Nin y asistía a sus actividades,<br />
entre ellas la que se celebró en marzo de 2003 en Alcalá de Henares en homenaje<br />
a Nin y en la que estuvo presente nuestro amigo Wilebaldo Solano. Pero siempre<br />
insistía en que lo que a ella más le interesaba era hablar del presente y el futuro<br />
de la izquierda y del movimiento obrero, y lo hacía desde la voluntad de dialogar<br />
y no descalificar a los demás. Por eso nunca olvidó el daño enorme que el<br />
stalinismo hizo al POUM, pero no por ello dejó de mantener la amistad con<br />
militantes del PCE como Juana Doña, su vecina de la infancia, ni dejó de insistir<br />
en la necesidad de reconstruir una izquierda radical y no sectaria, dispuesta a<br />
acabar con este mundo capitalista y belicista.<br />
Emma fue lo que se conoce como una trabajadora autodidacta y una “militante<br />
de base” enormemente modesta, reticente a las entrevistas y a contar su<br />
experiencia de los años 30; decía que no tenía mucha importancia lo que había<br />
hecho y vivido en aquellos tiempos, ya que era demasiado joven y fue víctima<br />
muy pronto de la represión franquista. Pero quienes la conocimos nunca<br />
podremos olvidar su ejemplo de entereza y firmeza en las ideas que defendió a<br />
lo largo de toda su vida.<br />
Jaime Pastor<br />
126 VIENTO SUR Número 77/Noviembre 2004