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Revista Quid 46

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Semblanza<br />

La alucinante<br />

PESQUISA<br />

A diez años de su fallecimiento,<br />

la autora recorre la obra del<br />

gran escritor chileno, ROBERTO BOLAÑO<br />

POR Silvia Hopenhayn<br />

32<br />

La biografía de un escritor no es más que el resquicio de su<br />

obra. Un álbum de figuritas mal recortadas (o una marmita de<br />

monstruos en potencia) que cobran vida en otra parte. Para<br />

comenzar a contar la vida de Roberto Bolaño –y su consecuente<br />

ficción– habría que partir de la figurita más preciada,<br />

la que lo salvó de la muerte; aquella que le quitó las rayas y lo<br />

dejó vallando ¡libremente! en la hoja en blanco: el detective.<br />

Sí, señores del jurado –como diría Humbert Humbert, el protagonista,<br />

y asesino de Lolita, la inacabable novela de Vladimir<br />

Nabokov que apela al jurado cada vez que pretende verificar<br />

la ficción–, a veces un personaje nace de una salvación.<br />

Roberto Bolaño nació en 1953, en Chile. Hijo de un camionero<br />

y boxeador, León Bolaño, y una profesora, Victoria<br />

Ávalos, el camino siempre se convirtió en un lugar de enseñanzas.<br />

De todo tipo claro. Una especie de trazado de derivas.<br />

Su propia infancia estuvo marcada por cambios de ruta:<br />

Valparaíso, Viña del Mar; sus primeros estudios en Quilpué y<br />

Cauquenes; varios años en Los Ángeles (provincia de Biobío,<br />

o sea dos veces bio…justamente para un escritor que se jugará<br />

la vida superponiendo falsas biografías). En Quilpué realizó<br />

su primer trabajo a los diez años de edad: boletero. Marcaba<br />

hábilmente un trayecto, el de la línea de autobuses que iba de<br />

Quilpué a Valparaíso.<br />

Escribir se le impuso para juntar los puntos. A los quince<br />

años ya estaba en México, donde sus padres quisieron probar<br />

suerte, y él también: se hizo trotskista. El fracaso se impondría<br />

como ficción redentora. No hay ideología en ninguna<br />

literatura que se precie. El idealista no encuentra más que la<br />

condena de su propia búsqueda. Por eso, los personajes de<br />

Bolaño suelen ser fanáticos de lo inhallable. Y sus libros, una<br />

alucinante pesquisa.

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