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Izq.: Retrato del joven Dickens<br />
(Museo de Londres).<br />
Centro: Dickens en su madurez,<br />
en su estudio.<br />
Der.: Cubierta de original de<br />
Los papeles póstumos del Club<br />
Pickwick, autografiada por<br />
Dickens. Fue la primera novela<br />
publicada por el escritor británico<br />
(1837).<br />
bajo las cuales vivía la clase obrera inglesa de la época. “Todo mi ser se sentía tan imbuido de<br />
pesar y humillación al pensar en lo que había perdido que incluso ahora, famoso, satisfecho<br />
y contento, en mis ensoñaciones, cuando rememoro con tristeza aquella época de mi vida,<br />
muchas veces me olvido de que tengo una mujer y unos hijos, incluso de que soy un hombre”,<br />
le confesó el escritor a su amigo John Forster, autor de la primera biografía del escritor, The<br />
live of Charles Dickens. Forster también señaló que el germen de David Copperfield surgió<br />
entre tarros de betún en aquellos talleres junto al Támesis.<br />
En febrero de 2012 se celebraron los doscientos años de su nacimiento con exposiciones, nuevas<br />
versiones en cine y televisión de sus libros, biografías, ensayos, charlas y representaciones.<br />
Waterstone’s de Bloomsbury, una de las librerías más grandes de Londres, se pobló de títulos<br />
sobre el autor, algunos novedosos como Charles Dickens in Cyberspace, de Jay Clayton, y<br />
otros de tinte político como La situación de la clase obrera en Inglaterra, de Friedrich Engels.<br />
La gran variedad de lugares para abordar su obra lo transforman en un autor universal,<br />
hecho que convive con su estilo teñido de experiencias personales. La reivindicación de los<br />
trabajadores hecha por Dickens en sus ficciones fue destacada más allá del ámbito literario,<br />
como cuando Karl Marx escribió “había proclamado más verdades de calado social y político<br />
que todos los discursos de profesionales de la política, agitadores y moralistas juntos”.<br />
Pero no sólo las connotaciones políticas en la obra del autor de Oliver Twist son las que más<br />
frecuentemente se destacan, ya que la empatía que es capaz de promover en el lector parece<br />
ser fuera de lo común. En este sentido, César Aira relató en una entrevista concedida al diario<br />
chileno El Mercurio en 2006: “Mi personaje favorito siempre es el autor... pero ahora que<br />
lo pienso, veo que hay una excepción y es Dickens. Con él es imposible no volver a ser el lector<br />
adolescente que se lo cree todo, que convive con los personajes, se preocupa por su suerte<br />
y en la última página se despide de ellos con un desgarramiento. Hay algo mágico en Dickens.<br />
En sus novelas, siempre superpobladas, hay miles de personajes, y aunque aparezcan apenas<br />
durante cinco líneas, todos tienen vida y son memorables”.<br />
Así como Aira lo aparta del conjunto total de los escritores, Plager asegura haberlo leído<br />
uniendo la ficción con su propia realidad: “La promiscua lucha de los inmigrantes en el barrio<br />
de Once que conocí en el que gallegos, árabes, tanos y rusitos, competían para arribar al olvido<br />
de guerras, hambrunas y discriminaciones, si bien no poseía la oscura raíz de la Inglaterra<br />
de comienzos del siglo XIX propiciaba asociaciones funestas que no podía dejar de hacer<br />
mientras leía y releía David Copperfield. Hondas callejuelas que contrastaban con las puras<br />
alturas de los salones a los que aspiraba David”.<br />
Los personajes memorables, las tramas atrapantes y la sensibilidad social y política tan ponderadas<br />
en la obra de de Dickens han cruzado las fronteras del formato literario y las temporales,<br />
como en caso de otros autores victorianos como Robert Louis Stevenson. Ackroyd señala<br />
que “durante años y años sus novelas han sido llevadas al cine de manera sostenida a otros<br />
formatos como el cine y se han rodado series de televisión de todo tipo” en tanto Alex Werner,<br />
autor del libro Dickens’s victorian London, asegura que el fenómeno Dickens “está en<br />
todos los ámbitos de la cultura británica, sin excepción”.<br />
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