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9o<br />
Cocina<br />
Con la<br />
vianda<br />
a cuestas<br />
Los niños a la escuela, los<br />
grandes al trabajo, llevar la<br />
comida desde casa ha convertido<br />
a las loncheras en un accesorio<br />
de moda<br />
POR F. A.<br />
Trasladar alimentos de un lugar a otro ha sido una cuestión<br />
de supervivencia en todos los tiempos. Trasladarse para<br />
encontrarlos también, pero ese es otro tema. Los métodos<br />
se han ido modernizando, y las necesidades cambiando. Los<br />
recipientes de barro indígenas donde se llevaban y traían<br />
víveres en la época de la colonia, mutaron hasta convertirse<br />
en cajas de metal tatuadas con figuras de superhéroes, o en<br />
bolsitos térmicos de puro diseño que mantienen la comida<br />
caliente a través de la tecnología USB.<br />
Los escolares son el público que más requieren las<br />
“loncheras” –un anglicismo derivado de la palabra lunch, que<br />
en inglés quiere decir almuerzo–, con el dibujo del último<br />
éxito de Disney o Marvel.<br />
Hacia 1880, los trabajadores de la más baja escala social<br />
comenzaron a usar las latas de galletas o de tabaco para<br />
llevar su vianda al trabajo, algo que no era para nada chic<br />
o glamoroso. Esta costumbre indicaba que esa persona no<br />
tenía tiempo ni dinero suficiente para acceder a una comida<br />
caliente en el horario del almuerzo. Luego fueron los<br />
niños quienes comenzaron a utilizar esas coloridas latas de<br />
metal como loncheras. En 1902 se creó la primera pensada<br />
especialmente para ellos, era en forma de canasta de picnic,<br />
con litografías de chicos jugando. Sin embargo, la revolución<br />
no se daría hasta 1935, cuando apareció la lonchera de<br />
Mickey Mouse.<br />
A mediados del siglo XX, la empresa Aladdin se dio cuenta<br />
de que estampando a estos íconos televisivos, sus productos<br />
se convertirían en un accesorio de moda. Contrataron a un<br />
prestigioso diseñador industrial y lanzaron una caja roja con<br />
la imagen del cowboy Hopalong Cassidy, que en poco tiempo<br />
logró vender seiscientas mil unidades. Así, los empresarios<br />
encontraron la forma de que los niños quisieran poseer más<br />
de una a lo largo de su vida escolar. Las indestructibles cajas<br />
serían reemplazadas según el personaje del momento.<br />
Se convirtieron en furor, desde las que lograban efectos<br />
3-D, hasta la del famoso autobús amarillo de Disney. La<br />
última que se produjo en metal fue la de Rambo, en 1987.<br />
A partir de entonces, comenzaron a fabricarlas de plástico,<br />
vinilo, neoprene o atractivas telas, con diseños mucho más<br />
compactos para que quepan en bolsos, mochilas y hasta<br />
en maletines. Con el paso del tiempo, llevar el almuerzo al<br />
trabajo dejó de estar mal visto, siempre y cuando sea en una<br />
lonchera de diseño<br />
PARA COMER CON LAS MANOS<br />
Pía Fendrik<br />
Recetas fáciles con fotografías explicando el paso<br />
a paso. Este libro ofrece preparaciones de distintos<br />
orígenes, todas con una misma característica:<br />
comer con las manos ya sea en el trabajo, en el<br />
colegio o en un picnic. Desde empanadas armenias<br />
hasta tacos, hamburguesas y pizzas caseras.<br />
COCINA PARA NIÑOS DE 3 A 12 AÑOS<br />
Luly Lang<br />
Incluye conceptos muy importantes sobre nutrición<br />
y recetas saladas y dulces que son verdaderas<br />
opciones para que los niños eduquen su paladar,<br />
gocen de la comida y se nutran correctamente.<br />
Tiene un capítulo muy útil dedicado especialmente<br />
a las viandas escolares.