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Revista Quid 46

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9o<br />

Cocina<br />

Con la<br />

vianda<br />

a cuestas<br />

Los niños a la escuela, los<br />

grandes al trabajo, llevar la<br />

comida desde casa ha convertido<br />

a las loncheras en un accesorio<br />

de moda<br />

POR F. A.<br />

Trasladar alimentos de un lugar a otro ha sido una cuestión<br />

de supervivencia en todos los tiempos. Trasladarse para<br />

encontrarlos también, pero ese es otro tema. Los métodos<br />

se han ido modernizando, y las necesidades cambiando. Los<br />

recipientes de barro indígenas donde se llevaban y traían<br />

víveres en la época de la colonia, mutaron hasta convertirse<br />

en cajas de metal tatuadas con figuras de superhéroes, o en<br />

bolsitos térmicos de puro diseño que mantienen la comida<br />

caliente a través de la tecnología USB.<br />

Los escolares son el público que más requieren las<br />

“loncheras” –un anglicismo derivado de la palabra lunch, que<br />

en inglés quiere decir almuerzo–, con el dibujo del último<br />

éxito de Disney o Marvel.<br />

Hacia 1880, los trabajadores de la más baja escala social<br />

comenzaron a usar las latas de galletas o de tabaco para<br />

llevar su vianda al trabajo, algo que no era para nada chic<br />

o glamoroso. Esta costumbre indicaba que esa persona no<br />

tenía tiempo ni dinero suficiente para acceder a una comida<br />

caliente en el horario del almuerzo. Luego fueron los<br />

niños quienes comenzaron a utilizar esas coloridas latas de<br />

metal como loncheras. En 1902 se creó la primera pensada<br />

especialmente para ellos, era en forma de canasta de picnic,<br />

con litografías de chicos jugando. Sin embargo, la revolución<br />

no se daría hasta 1935, cuando apareció la lonchera de<br />

Mickey Mouse.<br />

A mediados del siglo XX, la empresa Aladdin se dio cuenta<br />

de que estampando a estos íconos televisivos, sus productos<br />

se convertirían en un accesorio de moda. Contrataron a un<br />

prestigioso diseñador industrial y lanzaron una caja roja con<br />

la imagen del cowboy Hopalong Cassidy, que en poco tiempo<br />

logró vender seiscientas mil unidades. Así, los empresarios<br />

encontraron la forma de que los niños quisieran poseer más<br />

de una a lo largo de su vida escolar. Las indestructibles cajas<br />

serían reemplazadas según el personaje del momento.<br />

Se convirtieron en furor, desde las que lograban efectos<br />

3-D, hasta la del famoso autobús amarillo de Disney. La<br />

última que se produjo en metal fue la de Rambo, en 1987.<br />

A partir de entonces, comenzaron a fabricarlas de plástico,<br />

vinilo, neoprene o atractivas telas, con diseños mucho más<br />

compactos para que quepan en bolsos, mochilas y hasta<br />

en maletines. Con el paso del tiempo, llevar el almuerzo al<br />

trabajo dejó de estar mal visto, siempre y cuando sea en una<br />

lonchera de diseño<br />

PARA COMER CON LAS MANOS<br />

Pía Fendrik<br />

Recetas fáciles con fotografías explicando el paso<br />

a paso. Este libro ofrece preparaciones de distintos<br />

orígenes, todas con una misma característica:<br />

comer con las manos ya sea en el trabajo, en el<br />

colegio o en un picnic. Desde empanadas armenias<br />

hasta tacos, hamburguesas y pizzas caseras.<br />

COCINA PARA NIÑOS DE 3 A 12 AÑOS<br />

Luly Lang<br />

Incluye conceptos muy importantes sobre nutrición<br />

y recetas saladas y dulces que son verdaderas<br />

opciones para que los niños eduquen su paladar,<br />

gocen de la comida y se nutran correctamente.<br />

Tiene un capítulo muy útil dedicado especialmente<br />

a las viandas escolares.

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