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Ciudades sin Violencia hacia las Mujeres Ciudades Seguras para ...

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cación de la vida social, han implicado la fragmentación, o diversificación, de intereses<br />

representables.<br />

Ha habido así un creciente debilitamiento de la orientación social de los Estados, desplazándose<br />

sus responsabilidades en este campo al mundo privado, lo que ha impactado<br />

negativamente en <strong>las</strong> condiciones de vida y los derechos ciudadanos de amplias mayorías<br />

de la población. Ello ha tenido consecuencias especialmente graves en <strong>las</strong> mujeres,<br />

en la medida en que la privatización de lo social ha aumentado su carga de trabajo en<br />

lo doméstico, <strong>para</strong> suplir los servicios que el Estado ya no realiza. Y si bien la participación<br />

económica de <strong>las</strong> mujeres ha aumentado sustancialmente en <strong>las</strong> últimas décadas,<br />

tanto en trabajo remunerado como no remunerado, <strong>las</strong> condiciones siguen siendo de<br />

alarmante desventaja, persistiendo como una constante la invisibilidad de su aporte y<br />

una dramática y extendida violencia de género. Es cierto que ha habido significativos<br />

avances en legislación y normatividad alrededor de la igualdad y equidad de género,<br />

pero su alcance es desigual, pues sectores mayoritarios siguen excluidos de acceso a la<br />

justicia social y la justicia de género. Hay acá una <strong>para</strong>doja entre el avance en el horizonte<br />

de derechos en la ciudadanía y la creciente oleada conservadora y fundamentalista que<br />

trata de retacear los derechos existentes y negar los nuevos que aparecen en los horizontes<br />

subjetivos de <strong>las</strong> sociedades.<br />

En todo este proceso ha habido una creciente privatización de la política, que ha ido<br />

perdiendo su centralidad y alejándose cada vez más de los intereses de <strong>las</strong> ciudadanías,<br />

en una especie de lógica casi “autista”, incapaz de acercarse a los cambios de poder en la<br />

sociedad y tampoco a <strong>las</strong> propuestas de democratización que plantean los movimientos y<br />

actores sociales. Uno de los vicios más patentes de la política es la hegemonía de la lógica<br />

masculina que aún persiste en partidos e instituciones, influenciando los tiempos de la<br />

política y <strong>las</strong> estructuras de poder desde una perspectiva antidemocrática, sustentada en<br />

la “naturalización” que la sociedad hace de <strong>las</strong> diferencias entre mujeres y hombres.<br />

Por todo esto, <strong>las</strong> democracias no son robustas. Los regímenes democráticos son percibidos<br />

más como consolidación de <strong>las</strong> estructuras formales de la democracia liberal y menos<br />

como procesos orientados a democratizar relaciones entre <strong>las</strong> personas y entre Estado y<br />

sociedad.<br />

Es en este contexto donde cobran toda su importancia los espacios de la ciudad, del<br />

poder local y de los actores sociales que actúan en ese espacio. La democracia se construye<br />

y recalifica desde los espacios públicos cotidianos; y a pesar de <strong>las</strong> enormes limitaciones<br />

presupuestales y vicios centralistas de los países, de la tendencia a la privatización<br />

de los espacios públicos, etc., existe la posibilidad de una “democracia de proximidad”, 2<br />

desde lo local <strong>hacia</strong> <strong>las</strong> ciudadanías locales. Hay, <strong>sin</strong> embargo, dos <strong>para</strong>dojas que se debe<br />

tomar en cuenta en el caso de <strong>las</strong> mujeres y de <strong>las</strong> relaciones de género en la concepción<br />

de “proximidad”, señaladas por Alejandra Massolo: 3 la que enseña que no por cercano<br />

lo local es más accesible (<strong>las</strong> mujeres siguen no estando en política local; <strong>las</strong> cuotas<br />

han modificado cuantitativamente su presencia, pero los puestos de decisión siguen en<br />

manos de los hombres); la segunda <strong>para</strong>doja enseña que la concepción de democracia<br />

de proximidad confunde, al inducir fácilmente a la naturalización de la ubicación de la<br />

mujer en la familia y la ciudad.<br />

2 Manuel Castells, “Los efectos de la globalización en América Latina”, en Insomnia. Se<strong>para</strong>ta Cultural (Uruguay)<br />

247, viernes 25 de junio, 1999.<br />

3 Massolo, “La incursión de <strong>las</strong> mujeres en los procesos de descentralización”. Red Mujer y Hábitat, 2005.<br />

14<br />

Cuadernos de diálogos 1

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