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Ciudades sin Violencia hacia las Mujeres Ciudades Seguras para ...

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pares son enormes. Para entender<strong>las</strong>, el debate sobre los contenidos, alcances, articulaciones<br />

y diferencias entre el espacio público y el espacio privado es clave si se quiere ubicar<br />

la situación y posición de la mujer, la violencia de género y la posibilidad de generar<br />

ciudades más seguras <strong>para</strong> el<strong>las</strong>.<br />

1.2 La tensión o “nudo” entre el espacio público y el espacio privado desde la perspectiva<br />

de los derechos de <strong>las</strong> mujeres<br />

“Lo privado es político” es uno de los aportes feministas más significativos, como propuesta<br />

teórica y política, porque recupera la visibilidad de <strong>las</strong> relaciones de poder en la<br />

vida cotidiana, y la dimensión subjetiva como prioridad política y ética. Lo público y<br />

lo privado son construcciones sociales que arrastran <strong>las</strong> perspectivas y subjetividades<br />

de los/<strong>las</strong> actores. Son, por lo tanto, espacios de conflicto, porque ocultan/contienen<br />

situaciones de desigualdad, expresan un inicial reparto y posicionamiento de los roles<br />

masculinos y femeninos —hombres en lo público, mujeres en lo privado—, siendo de<br />

esta forma fundamentales en la formación de <strong>las</strong> subjetividades de género. 6<br />

Como analiza Laub en “<strong>Violencia</strong> urbana, violencia de género y política de seguridad<br />

ciudadana” (<strong>Ciudades</strong> <strong>para</strong> convivir, pp. 67–81), tradicionalmente el espacio privado y el<br />

espacio público han sido vistos en forma dicotómica, <strong>sin</strong> relación de continuidad ni interrelación,<br />

congelando los contenidos de uno y otro: el espacio privado es el espacio de la<br />

afectividad y el espacio público, el de la construcción ciudadana. De esta forma, la distinción<br />

entre lo público y lo privado está marcado por la “naturalidad” y la invisibilidad de<br />

<strong>las</strong> relaciones de poder que alberga el espacio privado. Esto lleva a percibir, en el imaginario,<br />

que el espacio privado, de <strong>las</strong> mujeres, es lugar de protección y afecto, ocultando<br />

su contenido de violencia, exclusión y desempoderamiento, lo que a su vez oscurece el<br />

hecho de que el espacio público es también un espacio de violencia contra <strong>las</strong> mujeres. Y,<br />

al mismo tiempo, oculta el que el espacio público puede también jugar un papel de desahogo<br />

del espacio cotidiano y otorgar un aislamiento temporal de los constreñimientos<br />

e inequidades en el mundo privado, cumpliendo así un rol privilegiado en el enriquecimiento<br />

de los vínculos privados, al facilitar el desarrollo de cualidades y habilidades<br />

que vinculen la vida privada con el mundo público. Los espacios públicos, desde esta<br />

perspectiva, en vez de ser vistos como antagónicos a la vida privada y familiar, enriquecen<br />

estos vínculos, contribuyen a la sociabilidad, a generar demandas y posibilidades de<br />

diálogo con <strong>las</strong> autoridades, alimentando el ejercicio ciudadano y aumentando la autoestima<br />

de <strong>las</strong> mujeres, dándoles posibilidades de volver a lo familiar en nuevas condiciones<br />

(O. Segovia, Cuarto Taller, 23 enero 2007).<br />

En ese sentido, los espacios públicos no sólo contienen y expresan relaciones de dominación<br />

entre los géneros, <strong>sin</strong>o múltiples dimensiones sociales, económicas, culturales y<br />

políticas. Desde la perspectiva de género, se puede promover conductas democráticas de<br />

participación y respeto, que se orientan a reducir <strong>las</strong> discriminaciones sociales en toda<br />

su variedad. La producción del espacio público es un factor de fortalecimiento de los<br />

lazos sociales, capaz de posibilitar la prevención de la violencia. Rehusarse a aceptar la<br />

violencia en el espacio público puede facilitar la erradicación de la violencia contra la mujer<br />

6 La privacidad no es neutral en relación con el género (incluso en la forma de inserción): en lo masculino, privacidad<br />

coincide con individualidad; en lo femenino, coincide con domesticidad: negación de lo propio, no sujeto. Elizabeth<br />

Jelin, “Las familias latinoamericanas en el marco de <strong>las</strong> transformaciones globales: <strong>hacia</strong> una nueva agenda de<br />

políticas públicas”. Reunión de Expertos Políticas <strong>hacia</strong> <strong>las</strong> familias, protección e inclusión sociales; Santiago, Cepal,<br />

28 y 29 de junio de 2005.<br />

20<br />

Cuadernos de diálogos 1

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