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Ciudades sin Violencia hacia las Mujeres Ciudades Seguras para ...

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sus usos y formas de apropiación. Como expresa Massolo en su artículo en <strong>Ciudades</strong> <strong>para</strong><br />

convivir, “la perspectiva de género aplicada a la ciudad significa mucho más que tomar en<br />

cuenta a <strong>las</strong> mujeres y reconocer su existencia: implica detectar y analizar <strong>las</strong> diferencias<br />

(no biológicas, <strong>sin</strong>o sociales y culturales) entre hombres y mujeres, así como <strong>las</strong> relaciones<br />

de poder entre los géneros. Es una forma distinta de mirar y pensar los procesos sociales,<br />

<strong>las</strong> necesidades y demandas, los objetivos de la planificación del desarrollo urbano. (...)<br />

cuestiona que la ciudad sea pensada y organizada a la medida del hombre” y pretende<br />

cambios que permitan una buena vida a <strong>las</strong> mujeres, en una ciudad y sociedad más justa<br />

y equitativa (pp. 138–139).<br />

En ese sentido, más que opresivas o liberadoras <strong>para</strong> <strong>las</strong> mujeres, <strong>las</strong> ciudades requieren<br />

ser vistas como espacios de complejas y variadas presiones y posibilidades <strong>para</strong> el<br />

“encarnamiento” del género en contextos específicos (Carrión y Torres, comentario a<br />

Massolo, en <strong>Ciudades</strong> <strong>para</strong> convivir, p. 159).<br />

4.1 Las esca<strong>las</strong> de la ciudad<br />

Existen distintas esca<strong>las</strong> y tipos de espacios públicos urbanos: escala de la ciudad, escala<br />

del barrio (diferenciando áreas pobres o segregadas de otras), escala de la vivienda y su<br />

entorno inmediato, en continuidad e interacción con el espacio público.<br />

Entre la intimidad de la casa y el espacio público de la ciudad y del Estado se dan muchas<br />

situaciones intermedias, de traspaso e interconexión entre lo público y lo privado. El<br />

barrio es una de el<strong>las</strong>. Es la escala más cercana a <strong>las</strong> vidas cotidianas de <strong>las</strong> ciudades,<br />

donde <strong>las</strong> distancias entre el espacio público y el espacio privado se difuminan un poco.<br />

Dependiendo de sus ubicaciones en los espacios de la ciudad, los barrios pueden ser altamente<br />

privatizados (c<strong>las</strong>es alta y media altas), o altamente hiperfragmentados e hiperterritorializados<br />

(c<strong>las</strong>es pobres y populares). Eso lleva a la desconfianza y temor entre los<br />

barrios, pero también en el propio barrio, especialmente cuando está atravesado por la<br />

violencia, la presencia de bandas urbanas, de microtráfico, de prostitución adulta e infantil.<br />

La desconfianza desvirtúa el barrio como espacio y tiende a recluir a la gente en lo<br />

privado, espacio que —reiteramos— es también de violencia y hacinamiento, esto último<br />

en el caso de los sectores de escasos recursos (Tercer Taller, 13 diciembre 2006).<br />

La desigualdad y segregación, acentuadas por <strong>las</strong> políticas públicas urbanas, especialmente<br />

habitacionales, exacerban la fragmentación y dificultan la integración, al generar<br />

espacios desconectados, que son dispositivos de construcción social de la exclusión. Al<br />

mismo tiempo, es en los barrios donde <strong>las</strong> mujeres, expresadas como movimiento urbano<br />

popular en ciudades de América Latina, descubrieron su condición de ciudadanas y sujetos<br />

de derecho, enfrentando autoritarismos familiares y sociales y luchando por su inclusión<br />

en <strong>las</strong> dinámicas y decisiones de construcción de la ciudad.<br />

Este espacio intermedio que es el barrio no es propiamente privado ni propiamente<br />

público. Funciona como un espacio de confianza, de comunidad, al ser más acotado,<br />

más controlable, con relaciones de intercambio, de afecto y de solidaridad. “Este espacio<br />

del barrio es un muro de contención entre una intimidad que aparece como agobiante y<br />

una estructura de la ciudad que también aparece como agobiante (...) especialmente en<br />

los sectores populares y más particularmente en <strong>las</strong> mujeres de sectores populares. Por<br />

ello, la recuperación del barrio como espacio de intermediación es clave <strong>para</strong> <strong>las</strong> mujeres,<br />

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Cuadernos de diálogos 1

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