segunda, obtiene una tercera naturaleza que es la mezcla o la suma <strong>de</strong>las dos naturalezas anteriores. En la tercera "tomó los tres elementosresultantes" y los mezcló "en una forma", para ajustar sus naturalezas enuna mezcla <strong>de</strong>finitiva con el ser. Y, a partir <strong>de</strong> estas tres composicionesrealiza la última operación, esta es: la división <strong>de</strong> esa totalidad en tantaspartes cuanto fuera posible.Aquí habría que hacer tres observaciones:1) El proyecto inicial <strong>de</strong>l dios eterno, el <strong>de</strong> crear un mundo en el "quetodas las cosas fueran buenas y no hubiera en lo posible nada malo",que tenía que ser continuo, sufre un corte intencional que da paso a lafigura <strong>de</strong>l <strong>de</strong>miurgo, cuyo origen y naturaleza resultan imprecisos.2) Con su acción, asistimos a la segunda creación <strong>de</strong>l alma. El dioseterno al colocar "la razón en el alma y el alma en el cuerpo", la habíacreado con suficiente antelación.3) Esta segunda creación a partir <strong>de</strong> una mezcla <strong>de</strong> lo indivisible y <strong>de</strong> lo"divisible que <strong>de</strong>viene en los cuerpos", complica el acto <strong>de</strong> la primeracreación efectuada por el dios eterno, en la que el alma aparecía en suestado <strong>de</strong> pureza in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l cuerpo. Por el contrario, esta vez suesencia integra un componente corporal. Las sucesivas combinacionesque resultan <strong>de</strong> la mezcla <strong>de</strong> distintos elementos, <strong>de</strong> este esfuerzocreador, carecen <strong>de</strong> una clara <strong>de</strong>nominación ontológica, porque sólo sonnúmeros. El intento <strong>de</strong> proyectar una luz sobre su posible <strong>de</strong>nominaciónlleva a Luc Brisson a llamar "ser intermediario", a la primera mezcla, el“mismo intermediario", a la segunda, y "otro intermediario", a latercera.[24] Aun con eso, parece que nos encontramos todavía anteseres amorfos. Cualquier lector <strong>de</strong> la obra platónica podría pensarfácilmente que, con estas operaciones, el filósofo nos introduce<strong>de</strong>finitivamente en la diánoia, cuyos objetos eran precisamente los entesmatemáticos, el nivel <strong>de</strong>l conocimiento anterior a la nóesis. Pero, se<strong>de</strong>sconcertaría al comprobar que lo que en principio parecía creación sereduce a una or<strong>de</strong>nación matemático-geométrica que, al operar con"elementos resultantes" difíciles “<strong>de</strong> mezclar", como lo reconoció elmismo Platón, hace también difícil, por no <strong>de</strong>cir imposible, laconceptuación lógica o metafísica que correspon<strong>de</strong>ría a la abstracción<strong>de</strong> sus entes… Estas fueron las consecuencias negativas <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fectuosaadaptación a la filosofía griega <strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong> la cosmogonía egipcia,178
sin mencionar ni siquiera su fuente original… Por eso, el Timeo, al "noser una teología completamente elaborada, pue<strong>de</strong> ser interpretada,según la disposición <strong>de</strong>l intérprete, como una especie <strong>de</strong> teoría <strong>de</strong> laprocesión o como una doctrina <strong>de</strong> la creación todavía confusa y mal<strong>de</strong>sarrollada. Aparece en el pensamiento <strong>de</strong> Platón muchasinspiraciones diferentes a las que él no supo o no quiso remitir.[25]" Laconfusión se manifiesta con más evi<strong>de</strong>ncia al analizar <strong>de</strong>tenidamente ladivisión que efectúa Platón <strong>de</strong> la última mezcla <strong>de</strong> los tres elementosanteriores, en la que el <strong>de</strong>miurgo proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> este modo: “primero,extrajo una parte <strong>de</strong>l todo; a continuación, sacó una porción el doble <strong>de</strong>ésta; posteriormente tomó la tercera porción, que era una vez y media lasegunda y tres veces la primera; y la cuarta, el doble <strong>de</strong> la segunda, y laquinta, el triple <strong>de</strong> la tercera, y la sexta ocho veces la primera, y,finalmente, la séptima, veintisiete veces la primera.[26]” En esaoperación, se comprueba que le salen tres progresiones geométricas. Laprimera, a razón <strong>de</strong> 2 (1, 2, 4, 8) y, la segunda, a razón <strong>de</strong> 3 (1, 3, 9, 27). El<strong>de</strong>miurgo une o suma las dos para lograr una tercera progresión y lesale esta: (1, 2, 3, 4, 9, 8, 27). Como se observa, ha invertido el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>los términos 8 y 9 sin explicar el por qué. En mi mo<strong>de</strong>sta interpretación,entiendo que, si el 9 va antes que el 8, esto significa que hay unaabsoluta prioridad <strong>de</strong> los números impares a los pares. Si se extrae losnúmeros pares <strong>de</strong> esta última progresión, es <strong>de</strong>cir si se extrae el 2, el 4 yel 8, tendríamos: 1, 3, 9 y 27, que sería exactamente igual a la segundaprogresión geométrica. Ni el mismo Platón, ningún otro filósofo oinvestigador <strong>de</strong> la civilización occi<strong>de</strong>ntal ha podido explicar este cambio.Para salir <strong>de</strong>l laberinto habría que recurrir a la filosofía africana, enconcreto a la antigua concepción <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> los Woyo, una raza quehabita en el Sur <strong>de</strong> la región <strong>de</strong> Katanga y en el norte <strong>de</strong> Zambia… Estos,en su cosmogonía han empleado las mismas progresiones geométricas.“Para ellos, el número 27 juega un papel especial porque correspon<strong>de</strong> <strong>de</strong>alguna manera a la supertrinidad <strong>de</strong> la eneada egipcia: 3 x 9 = 27.[27]”Una mirada retrospectiva al discurso platónico nos revela que estefilósofo ha hecho un uso <strong>de</strong>masiado incoherente <strong>de</strong> esa Supertrinidadsin tener en cuenta su causa esencial u original. Las composicionessucesivas hechas <strong>de</strong> diversos elementos para crear el alma <strong>de</strong>l mundo<strong>de</strong>muestran que ha invertido el proceso por el cual el dios Râ habíahecho surgir <strong>de</strong> sus entrañas a sus creaturas más inmediatas: el Schú y179
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AutoresAbabacar Fall-BarrosCarlos M
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