CRISTINA BORDERÍAS, CRISTINA CARRASCO Y TERESA TORNSprevisión <strong>de</strong> un notable agujero <strong>de</strong>mográfico, dada la falta <strong>de</strong> mujeres<strong>de</strong> generaciones contigüas 14 . Unas mujeres que, en 1981, lasocióloga norteamericana Dorothy C. Miller había nombrado yacomo generación sandwich 15 para <strong>de</strong>nominar a las que tienen entre45 y 65 años y mientras todavía cuidan <strong>de</strong> sus hijos, hijas y maridos,<strong>de</strong>ben afrontar el cuidado <strong>de</strong> sus mayores. Tal situación provoca,como es notorio, un aumento incesante e insatisfecho <strong>de</strong> <strong>cuidados</strong>en las socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> bienestar, dado que una población cada vez másenvejecida genera un mayor volumen <strong>de</strong> personas etiquetadas como<strong>de</strong>pendientes. <strong>El</strong>lo conduce, <strong>de</strong> una parte, a un reforzamiento <strong>de</strong>l<strong>trabajo</strong> <strong>de</strong> <strong>cuidados</strong> <strong>de</strong> las mujeres y <strong>de</strong> otra, al silencio y a la toleranciasocial ante los posibles maltratos <strong>de</strong> personas ancianas<strong>de</strong>pendientes. Situación que envuelve, a manera <strong>de</strong> círculo vicioso,tanto esa sobrevenida obligación moral <strong>de</strong>l cuidado femenino comola mayoritaria ausencia masculina <strong>de</strong>l mismo.Este tipo <strong>de</strong> cuestiones que relacionan el <strong>trabajo</strong> <strong>de</strong> <strong>cuidados</strong>con la problemática <strong>de</strong> la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia (Rodríguez Cabrero, 1999;Durán, 2006) son las que han conducido a que, en Europa, especialistascomo Daly y Lewis (2000) propongan la inclusión <strong>de</strong>l socialcare entre las políticas <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> Bienestar. Como recuerdanambas autoras en el artículo que se incluye en este libro, las actualesy futuras necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>cuidados</strong> <strong>de</strong> la ciudadanía europea no sonuna cuestión propia <strong>de</strong> mujeres ni algo que pueda resolverse enclave individual o <strong>de</strong> familia, sino una cuestión que <strong>de</strong>be solucionarse<strong>de</strong> manera colectiva, es <strong>de</strong>cir, mediante lo que ellas <strong>de</strong>nominansocial care. <strong>El</strong> Estado <strong>de</strong> Bienestar <strong>de</strong>be incluir la organizaciónsocial <strong>de</strong>l cuidado cotidiano, <strong>de</strong>l mismo modo que, en su día, propicióla universalización <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho a la enseñanza y a la sanidad, enla mayoría <strong>de</strong> países europeos. En ese contexto, el social care nace pararecordar que el Estado <strong>de</strong> Bienestar <strong>de</strong>be contemplar el bienestarcotidiano. Un bienestar que sólo pue<strong>de</strong> alcanzarse si se organizasocialmente el cuidado cotidiano <strong>de</strong> las personas más allá <strong>de</strong> que convivano no en un núcleo familiar durante los periodos <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vidaen los que no se goza <strong>de</strong> autonomía personal. <strong>El</strong>lo va a <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r, sinlugar a dudas, <strong>de</strong>l volumen <strong>de</strong> riqueza y <strong>de</strong> los distintos grados <strong>de</strong><strong>de</strong>sarrollo que el Estado <strong>de</strong> Bienestar presenta en los países europeos.Y, en <strong>de</strong>finitiva, <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r que la ciudadanía europea, en general,42
INTRODUCCIÓNy las mujeres, en particular, puedan y sepan mantener ante talespropuestas. Lewis (2007) reclama, incluso, en otro <strong>de</strong> los artículosincluidos en este libro, la necesidad <strong>de</strong> alcanzar un nuevo pactosocial que sea capaz <strong>de</strong> aten<strong>de</strong>r las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> cuidado cotidianoque la población europea tiene planteadas. Un nuevo pacto difícil<strong>de</strong> alcanzar en épocas <strong>de</strong> crisis, pero que forma parte <strong>de</strong> los retos <strong>de</strong>fu turo que las socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l bienestar tienen propuestos.No obstante, no todas las especialistas en políticas <strong>de</strong> intervenciónsocial reclaman la organización social <strong>de</strong>l cuidado en losmismos términos. Para algunas, resolver esas nuevas necesida<strong>de</strong>ssociales sólo requiere una mayor socialización <strong>de</strong>l cuidado <strong>de</strong> laspersonas mayores, alcanzable a través <strong>de</strong> un aumento <strong>de</strong>l <strong>trabajo</strong>social y comunitario. Este sería el caso <strong>de</strong> los análisis y propuestas<strong>de</strong> reforzamiento <strong>de</strong> los lazos comunitarios <strong>de</strong> la mencionada Miller(2006) o <strong>de</strong> las propuestas <strong>de</strong>sarrolladas por Rossi (2001), unasocióloga feminista <strong>de</strong> primera hora 16 que acabó reclamando unmayor protagonismo <strong>de</strong> las mujeres en las familias o en los espacios<strong>de</strong> comunidad 17 , como si <strong>de</strong> habilida<strong>de</strong>s femeninas cuasi naturalesse tratara. Una visión <strong>de</strong> los <strong>cuidados</strong> que probablemente puedaexplicarse porque en EE UU, país <strong>de</strong> don<strong>de</strong> provienen ambas autoras,el Estado <strong>de</strong> Bienestar apenas existe. O dicho <strong>de</strong> otro modoporque el corte liberal e individualista que presi<strong>de</strong> la sociedad estadouni<strong>de</strong>nseno permite plantear o i<strong>de</strong>ar otros horizontes.En cualquier caso, en la Europa <strong>de</strong>l bienestar la perspectiva queha hecho surgir el lema social care se distingue <strong>de</strong> esa acepción comunitariaal proponer una visión <strong>de</strong> los <strong>cuidados</strong> explícitamente relacionadacon la reformulación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> ciudada nía(Lewis, 1998). Una visión que entronca con consi<strong>de</strong>raciones éticasy morales, que sitúa los <strong>cuidados</strong> en el centro <strong>de</strong> la capacidad <strong>de</strong>l ac -tual mo<strong>de</strong>lo social europeo para continuar respondiendo colectivamentea la resolución <strong>de</strong>l bienestar (Izquierdo, 2004; Vega, 2009;Tobío et al., 2010). Y que, por otra, obliga a reformular las bases <strong>de</strong>las que se <strong>de</strong>rivan los <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> ciudadanía, vigenteshasta la fecha, en las socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l bienestar. Como bien han mostradoalgunas politólogas (Knijn y Kremer, 1997; Paperman y Laugier,2006), tales bases no incluyen por igual a hombres y mujeres,ni tampoco son capaces <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar como ciudadanas <strong>de</strong> pleno43
- Page 4 and 5: CRISTINA CARRASCOPROFESORA DE TEOR
- Page 6 and 7: COLECCIÓN ECONOMÍA CRÍTICA Y ECO
- Page 8 and 9: CAPÍTULO 5. EL DESCUBRIMIENTO DEL
- Page 10 and 11: PRESENTACIÓNposibles y diversas ac
- Page 13 and 14: INTRODUCCIÓNEL TRABAJO DE CUIDADOS
- Page 15 and 16: INTRODUCCIÓNy su nuevo interés po
- Page 17 and 18: INTRODUCCIÓNUN APUNTE SOBRE EL TRA
- Page 19 and 20: INTRODUCCIÓNEL IMPACTO DE LA INDUS
- Page 21 and 22: INTRODUCCIÓNde trabajo cambió rad
- Page 23 and 24: INTRODUCCIÓN“ganador-de-pan” (
- Page 25 and 26: INTRODUCCIÓNmecanización hacían
- Page 27 and 28: INTRODUCCIÓNdesarrolladas anterior
- Page 29 and 30: LA EMERGENCIA DEL TRABAJO DE CUIDAD
- Page 31 and 32: INTRODUCCIÓN2005; Carrasco, 2001;
- Page 33 and 34: INTRODUCCIÓNitalianas Balbo (1980)
- Page 35 and 36: INTRODUCCIÓNEn concreto, aquella q
- Page 37 and 38: INTRODUCCIÓNEuropea por crear empl
- Page 39 and 40: INTRODUCCIÓNsoporte y cuidado emoc
- Page 41: INTRODUCCIÓNproductivo y mercantil
- Page 45 and 46: INTRODUCCIÓNde organizar los cuida
- Page 47 and 48: INTRODUCCIÓNcontinuum entre los de
- Page 49 and 50: INTRODUCCIÓNTRABAJO DE CUIDADOS, R
- Page 51 and 52: INTRODUCCIÓNpermanece oculto no es
- Page 53 and 54: INTRODUCCIÓNde manera diferenciada
- Page 55 and 56: INTRODUCCIÓNsocial, particularment
- Page 57 and 58: INTRODUCCIÓN2002; Budlender, Sharp
- Page 59 and 60: INTRODUCCIÓNapareciendo el trabajo
- Page 61 and 62: INTRODUCCIÓNcaracterísticas medio
- Page 63 and 64: INTRODUCCIÓNlibro de Borderías et
- Page 65 and 66: INTRODUCCIÓNLas siguientes limitac
- Page 67 and 68: INTRODUCCIÓNAhora bien, a pesar de
- Page 69 and 70: INTRODUCCIÓNque dichas actividades
- Page 71 and 72: INTRODUCCIÓNtrabajo doméstico—
- Page 73 and 74: INTRODUCCIÓNOtro aspecto que defin
- Page 75 and 76: INTRODUCCIÓN5. Estas ideas tambié
- Page 77 and 78: INTRODUCCIÓN29. En España, la con
- Page 79 and 80: INTRODUCCIÓNaños ochenta. La auto
- Page 81 and 82: INTRODUCCIÓNALKIRE, Sabine (2008).
- Page 83 and 84: INTRODUCCIÓNBORDERÍAS, Cristina,
- Page 85 and 86: INTRODUCCIÓNCROMPTON, Rosemary (20
- Page 87 and 88: INTRODUCCIÓN— (1994). Who Pays f
- Page 89 and 90: INTRODUCCIÓN— (2001b). The Time
- Page 91 and 92: INTRODUCCIÓNNUSSBAUM, Martha, y SE
- Page 93 and 94:
INTRODUCCIÓNROSE, Sonya O. (1992).
- Page 95:
INTRODUCCIÓN— (2008). “Políti