CRISTINA BORDERÍAS, CRISTINA CARRASCO Y TERESA TORNSmal recogido—, también existen algunas ventajas frente a la valoraciónmonetaria. En primer lugar, el estudio <strong>de</strong> las <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>sentre mujeres y hombres en la realización <strong>de</strong>l <strong>trabajo</strong> <strong>de</strong> <strong>cuidados</strong>no requiere <strong>de</strong> expresiones en valor monetario y, <strong>de</strong> hecho, es mástransparente en términos <strong>de</strong> tiempo <strong>de</strong> <strong>trabajo</strong>. A<strong>de</strong>más, la informaciónsobre el uso <strong>de</strong>l tiempo ya permite realizar análisis <strong>de</strong> ciclovital que revelan las situaciones diferentes <strong>de</strong> mujeres y hombres alo largo <strong>de</strong> la vida (MacDonald, 1995) o construir indicadores paraanalizar las consecuencias en el <strong>trabajo</strong> <strong>de</strong> <strong>cuidados</strong> <strong>de</strong> cambios<strong>de</strong>mográficos o cambios en el comportamiento <strong>de</strong> los hogares.Como tercera ventaja, hay que consi<strong>de</strong>rar que las mediciones entiempo <strong>de</strong> <strong>trabajo</strong> son medidas reales, no imputadas; lo cual significaque no pue<strong>de</strong>n ser alteradas directamente —como suce<strong>de</strong>ría conla valoración— por variables monetarias como, por ejemplo, lainflación.LOS PROBLEMAS DE LA VALORACIÓN DEL TRABAJO DE CUIDADOSLa discusión anterior muestra claramente que si la medición entiempo <strong>de</strong>l <strong>trabajo</strong> <strong>de</strong> <strong>cuidados</strong> es complicada, mayores son los problemas<strong>de</strong> valoración monetaria, ya que, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> basarse en lamedición en tiempo, la valoración aña<strong>de</strong> los problemas propios <strong>de</strong>evaluar monetariamente un <strong>trabajo</strong> que no se <strong>de</strong>sarrolla bajo relacionesmercantiles.Con anterioridad a la elaboración <strong>de</strong> las Cuentas Satélites <strong>de</strong> laProducción Doméstica, ya se había iniciado un <strong>de</strong>bate importantesobre si tenía sentido o era conveniente realizar valoracionesmonetarias <strong>de</strong>l <strong>trabajo</strong> doméstico y <strong>de</strong> <strong>cuidados</strong>. Sobre este horizonteproblemático, se enfrentaron dos ten<strong>de</strong>ncias opuestas, aunqueentendiendo la existencia <strong>de</strong> posiciones intermedias. Por unaparte, autoras que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n la valoración <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> <strong>trabajo</strong>argumentaban la importancia <strong>de</strong> visibilizarlo a través <strong>de</strong> algún in -dicador relevante en economía, como es el PIB; planteando queto mando como referencia una magnitud tan reconocida social yeconómicamente, sería mucho más fácil lograr el reconocimiento<strong>de</strong>l <strong>trabajo</strong> realizado en los hogares. No asignar un valor <strong>de</strong> mercadoa las activida<strong>de</strong>s realizadas en los hogares, aumentaría el riesgo <strong>de</strong>68
INTRODUCCIÓNque dichas activida<strong>de</strong>s permanecieran olvidadas y, junto con ellas,se mantuviera en la invisibilidad a las personas que las realizan, lasmujeres 60 . A<strong>de</strong>más, en el campo más aplicado, se planteaban argumentosrelacionados con la formulación <strong>de</strong> políticas públicas yprogramas <strong>de</strong> protección social. <strong>El</strong> incremento <strong>de</strong> la esperanza <strong>de</strong>vida en los países industrializados estaría significando mayoresrequerimientos <strong>de</strong> <strong>cuidados</strong>, lo que exigiría políticas sociales específicas.Para ello, se argumentaba, sería necesario conocer los costesmonetarios —a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> otros— que representa el cuidado <strong>de</strong>personas ancianas o enfermas alternativamente en instituciones oen los propios hogares.La corriente <strong>de</strong> pensamiento contraria sostenía un argumentoya conocido: al tomar como referente el <strong>trabajo</strong> <strong>de</strong> mercado, se estaríautilizando un referente masculino incapaz <strong>de</strong> reflejar y <strong>de</strong> representarla complejidad <strong>de</strong> los <strong>trabajo</strong>s domésticos, particularmenteaquellos que dan respuesta a necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>cuidados</strong>, <strong>de</strong> apoyo orelaciones afectivas. Si estos últimos se valoraran monetariamente,sus características más propias diferenciadas <strong>de</strong>l <strong>trabajo</strong> asalariadoquedarían aún más invisibilizadas, <strong>de</strong> forma especial, los aspectosmás subjetivos incorporados en el <strong>trabajo</strong> <strong>de</strong> <strong>cuidados</strong>. La dificultad<strong>de</strong> fondo estaría en que el concepto <strong>de</strong> valor se habría hecho sinónimoal valor <strong>de</strong> mercado; así, para reconocer valor al <strong>trabajo</strong> domésticoy <strong>de</strong> <strong>cuidados</strong> se le estaría exigiendo que tuviera valor <strong>de</strong>cambio. Se sostiene, en consecuencia, que la cuantificación <strong>de</strong>l<strong>trabajo</strong> doméstico y <strong>de</strong> <strong>cuidados</strong> a través <strong>de</strong> medidas mercantiles nopue<strong>de</strong> recoger el hecho <strong>de</strong> que gran parte <strong>de</strong>l <strong>trabajo</strong> realizado <strong>de</strong>s<strong>de</strong>los hogares tiene un valor <strong>de</strong> uso que no queda reflejado en su valor<strong>de</strong> intercambio (Waring, 1988; Benería, 1992, 2005; Himmelweit,1995; Picchio, 1996, 2003; Carrasco et al., 2004).Este <strong>de</strong>bate no llevó a ningún puerto. Sin embargo, <strong>de</strong>bido al<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las llamadas Cuentas Satélites <strong>de</strong> la ProducciónDoméstica, en los últimos quince años ha habido un fuerte impulsoen los estudios sobre la valoración <strong>de</strong>l <strong>trabajo</strong> doméstico 61 . En estosestudios y, en particular, en la forma en que se elaboran las cuentassatélites, se está reflejando el <strong>de</strong>bate anterior sobre la valoración(Ironmonger, 1996; Aslaksen y Konen, 1996; Wood, 1997; Budlen<strong>de</strong>ry Brathaug, 2008). Algunas <strong>de</strong> las cuentas satélites elaboradas69
- Page 4 and 5:
CRISTINA CARRASCOPROFESORA DE TEOR
- Page 6 and 7:
COLECCIÓN ECONOMÍA CRÍTICA Y ECO
- Page 8 and 9:
CAPÍTULO 5. EL DESCUBRIMIENTO DEL
- Page 10 and 11:
PRESENTACIÓNposibles y diversas ac
- Page 13 and 14:
INTRODUCCIÓNEL TRABAJO DE CUIDADOS
- Page 15 and 16:
INTRODUCCIÓNy su nuevo interés po
- Page 17 and 18: INTRODUCCIÓNUN APUNTE SOBRE EL TRA
- Page 19 and 20: INTRODUCCIÓNEL IMPACTO DE LA INDUS
- Page 21 and 22: INTRODUCCIÓNde trabajo cambió rad
- Page 23 and 24: INTRODUCCIÓN“ganador-de-pan” (
- Page 25 and 26: INTRODUCCIÓNmecanización hacían
- Page 27 and 28: INTRODUCCIÓNdesarrolladas anterior
- Page 29 and 30: LA EMERGENCIA DEL TRABAJO DE CUIDAD
- Page 31 and 32: INTRODUCCIÓN2005; Carrasco, 2001;
- Page 33 and 34: INTRODUCCIÓNitalianas Balbo (1980)
- Page 35 and 36: INTRODUCCIÓNEn concreto, aquella q
- Page 37 and 38: INTRODUCCIÓNEuropea por crear empl
- Page 39 and 40: INTRODUCCIÓNsoporte y cuidado emoc
- Page 41 and 42: INTRODUCCIÓNproductivo y mercantil
- Page 43 and 44: INTRODUCCIÓNy las mujeres, en part
- Page 45 and 46: INTRODUCCIÓNde organizar los cuida
- Page 47 and 48: INTRODUCCIÓNcontinuum entre los de
- Page 49 and 50: INTRODUCCIÓNTRABAJO DE CUIDADOS, R
- Page 51 and 52: INTRODUCCIÓNpermanece oculto no es
- Page 53 and 54: INTRODUCCIÓNde manera diferenciada
- Page 55 and 56: INTRODUCCIÓNsocial, particularment
- Page 57 and 58: INTRODUCCIÓN2002; Budlender, Sharp
- Page 59 and 60: INTRODUCCIÓNapareciendo el trabajo
- Page 61 and 62: INTRODUCCIÓNcaracterísticas medio
- Page 63 and 64: INTRODUCCIÓNlibro de Borderías et
- Page 65 and 66: INTRODUCCIÓNLas siguientes limitac
- Page 67: INTRODUCCIÓNAhora bien, a pesar de
- Page 71 and 72: INTRODUCCIÓNtrabajo doméstico—
- Page 73 and 74: INTRODUCCIÓNOtro aspecto que defin
- Page 75 and 76: INTRODUCCIÓN5. Estas ideas tambié
- Page 77 and 78: INTRODUCCIÓN29. En España, la con
- Page 79 and 80: INTRODUCCIÓNaños ochenta. La auto
- Page 81 and 82: INTRODUCCIÓNALKIRE, Sabine (2008).
- Page 83 and 84: INTRODUCCIÓNBORDERÍAS, Cristina,
- Page 85 and 86: INTRODUCCIÓNCROMPTON, Rosemary (20
- Page 87 and 88: INTRODUCCIÓN— (1994). Who Pays f
- Page 89 and 90: INTRODUCCIÓN— (2001b). The Time
- Page 91 and 92: INTRODUCCIÓNNUSSBAUM, Martha, y SE
- Page 93 and 94: INTRODUCCIÓNROSE, Sonya O. (1992).
- Page 95: INTRODUCCIÓN— (2008). “Políti