Temas Transversales. Documentos de Apoyomayor número de profesores y profesoras a travésde los Proyectos Curriculares de Centro y enlas diferentes áreas de conocimiento, así comoen el marco general del desarrollo de la Educaciónpara la Salud en el Centro.1.6. LA COLABORACIÓN CON LOS CENTROSDE SALUD Y OTRAS PERSONAS EINSTITUCIONES COMO LOS PADRES YMADRES O ASOCIACIONES DE LA ZONAUn aspecto clave, es saber con qué apoyospodemos contar para el desarrollo de nuestroprograma. Por eso, es muy importante que nospongamos en contacto con los Centros de Saludde la zona, así como con otras instituciones quetengan una actitud favorable. Con las madres ypadres, sería deseable convocar algunas reunionesinformativas y pedirles colaboración para lamejora de nuestra propuesta.2. SEXUALIDAD, EDUCACIÓN SEXUALY ADOLESCENCIAEn este primer capítulo plantearemos losprincipales aspectos teóricos que hemos deconocer sobre sexualidad, educación sexual y laadolescencia.2.1. QUÉ ENTENDEMOS POR SEXUALIDADHUMANAComo primera aproximación es necesarioabordar qué entendemos por sexualidad humanay las características que tiene.2.1.1. La sexualidad humana constituye unadimensión permanente de los sereshumanos y tiene manifestacionescualitativas diferentes en cada etapade la vida.Debemos erradicar el mito de la sexualidadidentificada con heterosexualidad, genitalidady reproducción porque supone unaforma muy restrictiva de percibir los fenómenossexuales. La afectividad, la comunicacióny el placer como funciones claves de la sexualidadhumana están presentes en todas las etapasevolutivas.Asimismo, la sexualidad humana puedeexpresarse de múltiples formas que no sonexclusivamente heterosexuales o genitalistas.2.1.2. Ni predeterminismo biológico nicopia de los modelos culturales.Un siglo de investigación sexual permitesostener que ni el predeterminismo biológico nila teoría del aprendizaje social son suficientespara explicar el desarrollo sexual humano.Si la sexualidad humana se debiera a la expresiónde un instinto biológico exclusivamente, nopodríamos explicar los cambios históricos ni lasdiferencias culturales.Es suficiente analizar la evolución históricade los modelos de sexualidad así como compararlas diferentes culturas actuales para demostrar loque decimos.Por ejemplo, si pensamos en la forma en quehemos considerado históricamente el placerfemenino y cómo podemos hacer explícito eldeseo en la sexualidad comprobaremos fácilmentelo que decimos.Así, en la cultura árabe expresada en el denominadoKama Sutra español, recientemente publicado,destacaríamos la importancia concedida a lasatisfacción sexual de la mujer.“(El hombre) no debe echarse sobre ellahasta que esté seguro de que tiene deseos. (Lamujer) lo dará a entender por la alteración de susojos; por su mirada fija e inamovible en él; por lafuerza de su aliento; porque se le acerca muchoy se mantiene muy próxima a él; porque recíprocasus repetidos besos.” (LÓPEZ-BARALT,1992, 383).96
La Educación Sexual y la Educación Secundaria Obligatoria: Enseñar a Creer o Aprender a CrearAunque propugna una postura pasiva en lamujer en cuanto a la posibilidad de que sea éstaquien tome la iniciativa, lo cierto es que explícitamentese subraya la importancia de satisfacerlaplenamente. La pasividad es censurable cuandose aplica inexcusablemente a la mujer y supone lapérdida de placer sexual.En cuanto a la evolución de los modelos desexualidad a lo largo de la historia, es suficientecon recordar la consideración que merecía lahomosexualidad para la sociedad griega:“Los textos griegos son taxativos: no hay dostipos de deseo distintos, homosexual y heterosexual,sino uno solo que puede destinarse a unobjeto bello. Un mismo hombre puede enamorarseconscientemente de una cortesana y de unadolescente” (DOVER, 1982, citado por BADIN-TER, 1993, 108).Las diferentes culturas ponen en evidencia lavariablidad que admiten los mismos fenómenos ycómo actitudes reprobadas en unas son favorecidasy valoradas en otras.Pensemos, por ejemplo, en la regulación ydiversidad de formas que adopta la iniciativasexual.“En Balí, las chicas generalmente se insinúana los chicos o alientan a un pretendiente tímido.En una danza ceremonial se permite a la mujerguajira poner la zancadilla a un hombre; si lo consigue,él está obligado a tener el intercurso conella.” (BEACH Y FORD, 1978, 117).Determinados aspectos o variables del comportamientosexual pueden aparecer igualmentecomo contravalores. La exposición de los genitalescomo medio de incitación sexual consideradacomo “escándalo público o exhibicionismo” ennuestra cultura, no implica la misma consideraciónpara otros pueblos.“La deliberada exposición de los genitales poruna mujer a la vista de un hombre es una formahabitual de incitación sexual en unas cuantassociedades. La mujer lesu, por ejemplo, puedeintentar seducir a un hombre exhibiendo susórganos sexuales. Los jóvenes de Tipokia a vecestoman la iniciativa de levantar la falda de unajoven de suerte que sus genitales queden expuestos.Entre los dahomeyanos, las mujeres que pertenecenal culto de la serpiente llevan una faldacorta; y si una de ellas está deseosa y se encuentracon un hombre a solas, dejará caer la falda,mostrándole así sus genitales.” (BEACH Y FORD,1978,109).Por último, vamos a referirnos a otra conductaque, -por lo cotidiana que resulta en nuestracultura-, puede llamar nuestra atención máspoderosamente: el beso.“Lo cierto es que el beso no constituye nuncauna fuente de placer independiente y que se bastaa sí misma, ni una fase preliminar definida de lasrelaciones amorosas, como sucede entre nosotros.Los indígenas no me hablaron nunca espontáneamentede esta caricia, y todas las preguntasdirectas referentes a ella me fueron contestadascon una respuesta negativa. Sin embargo, sabenque los blancos “permanecen sentados, juntanboca con boca, les gusta eso”. Pero ven en ellouna diversión más bien insípida y absurda”.(MALINOWSKI, 1975, 249).En consecuencia, los modelos de comportamientosexual varían de forma cualitativa, -a vecestotalmente contrapuesta-, a lo largo de la historiay admiten multitud de formas de concreción enfunción de las diferentes culturas a partir deaspectos o facultades comunes a todos los sereshumanos.Nos queda, sin embargo, un argumentoimportante más que discutir.En el seno de cada cultura tampoco existe uniformidaden el comportamiento de sus componentes,no existe un patrón único de conducta.Si la sexualidad humana se desarrollara comouna forma de imitación de los modelos de comportamientoque propone la cultura, no habríarazón (convincente) para explicar las diferenciasindividuales de uso de la sexualidad.97