La sirena varada: Año 1, Número 4

Puedo definir tus obras como un estudio
acerca del sentido moral del ser
humano. ¿Qué es lo que te ha llevado
a abordar ese tema de tan diversas
formas?
Prometo que en un principio fue algo
inconsciente, pero es cierto que me encanta
este tema. Sobre todo porque
tendemos a tener «moral» hacia los demás
y no con nosotros mismos y eso es
algo muy curioso. Mis personajes hagan
lo que hagan está mal, igual pasa en mi
vida real. Quizás empleo mis historias
para desahogarme con esa injusticia.
No hay nada bueno ni malo, mientras
no molestes al prójimo, se feliz y punto.
Y mis personajes por suerte actúan con
el corazón, si lo hicieran con la cabeza,
estarían todo el rato debatiéndose sobre
la moralidad de sus acciones y se
quedarían mirando la vida pasar para
que nadie les juzgara.
¿Qué te inspiró a escribir la serie
«Promesas»?
Como todas mis novelas, surgió una
tarde sin más. Me asustó un poco tratar
una novela «amorosa» pero me di
cuenta de que yo no era tan romántica
y que sería mucho más real y personal
esta historia. No es una novela «decorada»
con momentos bonitos, es como
si una amiga te contará que le ha pasado
y eso me encanta.
Desde mi punto de vista, Sigrid es un
personaje muy completo por la fuerte
responsabilidad moral que su hermana
pone en ella y de remordimiento
que debe cargar en sus espaldas.
¿Cómo concebiste su creación?
¿Quién no ha cargado alguna vez con
el peso de un problema de otro? Te
echas a la espalda millones de preocu-
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