La sirena varada: Año 1, Número 4

paciones de los demás sin percatarte
de que tú también tienes una vida con
tus problemas ¿Quién se ocupa de eso?
Obviamente si no se lo dices a nadie,
tienes que ser tú mismo. Y eso ya es
una mochila demasiado grande y es lo
que le ocurrió a Sigrid. Ella fue buena,
intentó ayudar, pero cuando vio que se
estaba cargando demasiado la espalda,
se quitó la mochila y fue ella misma.
¿Qué puedes contarnos de «Deseos
Encerrados»? ¿De dónde nació la idea
de darles a las personas todo aquello
que desean a cambio de su libertad?
Hay gente que no sale de sus casas,
que se quedan mirando la televisión o
en internet. Mientras consigan lo que
quieran desde el sillón de su casa, les
importa bien poco lo que ocurra fuera,
en la calle o con otras personas. Son las
personas maceta, como las llamo yo,
que solo te falta regarlas. Del trabajo a
casa y de casa al trabajo y porque así
quieren. En realidad a ellos no les hace
falta un Loskow que les conceda nada,
ya son ellos mismo los que se cierran
al mundo. Quise contar esta situación
desde una perspectiva mucho más llamativa,
pero en base es lo mismo.
Esta novela nos presenta a un personaje
muy importante, Hayden Weis,
el detective que ha aparecido en tus
novelas. ¿Qué es lo que lo hace tan importante
para ti?
Para mi Hayden es como mi representante
en todas las historias. Eso sí,
es absolutamente mi opuesto, pero es
como… yo he vivido todo lo que han
pasado mis personajes, pues él también
y en base a eso puede ayudar en
otras historias, por su experiencia. Bueno,
ayudar o entorpecer.
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