-El-engaño-de-Google
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gran número de empresas se dedicó a tender cableado óptico
por todo el mundo con el fin de prepararse para el anunciado
boom de Internet. Tras estallar la burbuja a principios de 2000,
muchas de estas firmas fueron a la quiebra, los cables permanecieron
intactos y ni siquiera se llegaron a conectar. En 2005,
Google estableció en Nueva York una central para administrar
su propia red.
Los rumores se convirtieron en planes tangibles con la entrada
en el negocio del cable submarino en 2007. Google dirige
un consorcio de empresas del sector de las telecomunicaciones
que está trabajando en un sistema de cableado llamado
Unity que cruzaría el océano Pacífico. Según el instituto de estudios
de mercado TeleGeography, la demanda de ancho de
banda, sobre todo en la ruta transpacífica, se ha disparado un
41% de 2006 a 2007.
A finales de enero de 2008, Google entró en la subasta por la
obtención de las frecuencias de 700 MHz, hasta ahora destinadas
a la televisión analógica. La empresa ya había anunciado su
interés por estas frecuencias en el verano de 2007, hecho que
causó sorpresa entre las firmas del sector, ya que el negocio de
los operadores de telefonía móvil no es muy lucrativo, al menos
para un recién llegado. Sin embargo, la intención de Google
no es ocuparse de una nueva red, sino actuar como proveedor
y colaborar con pequeñas empresas de telefonía móvil.
Uno de sus socios será Sprint, el tercer operador del mercado
estadounidense. El acuerdo incomodaría bastante a los
mandamases AT&T y Verizon, que también podrían necesitar
las frecuencias para reforzar su oferta de Internet.
Se da por seguro que Google no utilizaría la nueva red exclusivamente
para la telefonía clásica, que tan sólo sería un servicio
más, sino que el plan es crear una infraestructura donde cada
cliente pueda utilizar dispositivos y servicios a su gusto. Como
preludio, el presidente ejecutivo Eric Schmidt había conseguido
de la autoridad reguladora de las telecomunicaciones en Estados
Unidos, la Federal Communications Commission (FFC),
que los candidatos que pujasen por la frecuencia deberían ofrecer
a los consumidores el derecho a descargar cualquier servicio