-El-engaño-de-Google
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identificación, se pueden extraer y, de nuevo, recopilar una
gran cantidad de datos a partir de su utilización.
El escáner de Gmail
Para abrir una cuenta en Gmail hay que registrarse, y esto significa
proporcionar a Google una serie de datos personales
como el nombre, residencia, edad, etc. A su vez, estos datos se
pueden combinar con la información que proporciona la dirección
IP, es decir, con las búsquedas realizadas, como mínimo,
en los últimos 18 meses. Lo que la mayoría desconoce,
aunque se explique detalladamente en las condiciones de uso
de Gmail, es que el correo se analiza y, además, se completa
con una publicidad adecuada al contenido de los mensajes. En
Estados Unidos, el escaneado del correo electrónico ya es una
práctica extendida, y en Europa también funciona. Haga lo
que haga el escáner, se puede considerar como control total.
El mismo programa que se encarga de filtrar el correo masivo
no solicitado (spam) se ocupa también de explorar los mensajes
y completarlos con un anuncio adecuado al texto, tanto
los redactados como los recibidos. Sólo hay pausas publicitarias
o e-mail sin anuncios cuando el barrido del texto determina
que el mensaje contiene información sobre una catástrofe o
un acontecimiento trágico, como un accidente o una muerte.
Quién sabe si algún día Google adjuntará un pésame en un correo
electrónico que informe de la defunción de un amigo o un
familiar; o un «que se mejore pronto» cuando alguien utilice el
correo para anular una cita por motivos de salud; o incluso un
«¡arriba ese ánimo!» si en el mensaje alguien se está desahogando
a consecuencia un mal de amores.
En el aviso de privacidad del servicio, Google asegura que
no facilita ninguna información personal de los e-mails a las
empresas anunciantes. La propia mención de este punto resulta
ya sospechosa.
En el año 2004, el acreditado periodista y divulgador de las
nuevas tecnologías Walt Mossberg, que aparte de firmar una