-El-engaño-de-Google
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A la conquista de la Red
Pero hay más empresas que también quieren dirigir sus miradas
a nuestra esfera personal y están totalmente dispuestas a
plantar cara a Google. Se trata del sector de las TI dedicado
a los portales y motores de búsqueda. Cuando Microsoft anunció
el 1 de febrero de 2008 su intención de adquirir Yahoo!, estalló
una guerra en la Red. «Una fusión de los fabulosos equipos
de Microsoft y Yahoo! nos permitiría ofrecer a nuestros
clientes un amplio abanico de soluciones y servicios», afirmó
Ray Ozzie, sucesor de Bill Gates y director de arquitectura de
software de Microsoft. Los planes de adquisición (se ofrecía
por Yahoo! una cantidad equivalente a 30.000 millones de euros)
fueron el primer ataque en toda regla de Microsoft a Google.
Los rumores sobre el apetito que sentía Microsoft por Yahoo!
venían lejos, pero ahora se concretaban por primera vez
en cifras. Microsoft quería pagar una mitad en participaciones
de su empresa y la otra en metálico (32 dólares por acción, es
decir, un 62 % por encima de la cotización de cierre). Poco después,
la dirección de Yahoo! anunció que estudiaría la oferta,
pero que se mantenía abierta a otras opciones.
£1 asalto de Microsoft también alteró los nervios del presidente
ejecutivo de Google, Eric Schmidt, quien tres días después
lanzó su propio ataque y acusó a la empresa de Redmond de
querer dominar Internet, lo que, a la luz de los datos presentados
en este libro, suena más bien a sarcasmo. Según las informaciones
publicadas por distintos servicios de noticias, independientes
entre sí, Schmidt prometió telefónicamente a Jerry
Yang, fundador de Yahoo!, su «más completo apoyo». De pronto,
la empresa que había hurtado una patente a su competidor,
ahora estaba de su lado y ambos buscadores se relacionaban en
términos de cooperación cuando, hacía poco, antes de la entrada
en bolsa de Google, se habían enfrentado encarnizadamente.
Google quiere impedir a toda costa un «Microhoo», si bien algunas
voces internas albergan dudas acerca del hipotético peligro
que la fusión de ambos consorcios entrañaría para los de
Mountain View, ya que sus filosofías de empresa son demasiado