-El-engaño-de-Google
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ras como MTV y otros representantes de la industria musical.
Acid no utiliza marcas de agua en los vídeos, sino un sistema
mucho más sofisticado que incluye el reconocimiento de voz,
texto y caras.
Los motores de búsqueda, y sobre todo Google, sirven de base
para la violación de los derechos de copia, y por ello también deberían
desarrollarlos métodos necesarios para evitarlo. Sin embargo,
Google sólo reacciona cuando la industria musical, cinematográfica
o televisiva amenaza con querellas, como se ha visto
en el caso de YouTube. No sólo el sector musical ha demandado
a Google por la emisión de vídeos protegidos por los derechos de
autor, sino también la industria cinematográfica y las emisoras
de televisión por difundir contenidos en YouTube.
Debido a ello, en el otoño de 2007 se puso en marcha un sistema
de protección del copyright en el portal de vídeos con el
propósito de reconocer contenidos ilegales. El sistema de identificación
utilizado marca los vídeos con una huella digital que
permite reconocer inmediatamente los archivos protegidos. El
sistema de filtrado se asemeja al de un motor de búsqueda y se
pone en marcha cuando un usuario de YouTube intenta colgar
un vídeo.
Google cedió a la presión de la industria del cine, la música y
la televisión, pero ante el mundo científico, que no tiene ningún
lobby que lo respalde ni puede amenazar con demandas
millonarias, la empresa de Mountain View se comporta con
completa indiferencia.
Pasando páginas
Google no sólo está en pie de guerra con maestros y profesores
universitarios, sino que también ha tenido sus más y sus menos
con el sector editorial. Cuando Larry Page y Sergey Brin visitaron
en octubre de 2004 a la 54. a edición de la Feria del Libro
de Frankfurt, no todos los europeos los recibieron con los brazos
abiertos. Los empresarios presentaron la Búsqueda de libros
de Google, que entonces todavía se llamaba Google Print.