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-El-engaño-de-Google

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Si borramos la galleta, cosa que en general no hace prácticamente

nadie, ésta se instala de nuevo cuando volvemos a visitar

la página. Sólo algunas webs tienen por costumbre borrar automáticamente

sus cookies cuando el internauta sale de ellas. Si

no se suprimen, la página reconoce el ordenador y prosigue su

trabajo de análisis.

Los portales de Google y DoubleClick. son famosos por la

longevidad de sus cookies. La galleta de larga duración de Google

permanecía en el disco duro hasta el año 2038, o al menos

así estaba definido. La fecha es, por supuesto, teórica, ya que

ningún ordenador llegará vivo a ella, pero Google nunca ha

sido capaz de explicar con claridad cómo llegó a establecerla.

El 16 de julio de 2007, el defensor de la privacidad Peter Fleischer

declaró que las cookies de Google sólo subsistían durante

dos años, y de paso mencionó que se renovaban automáticamente

en cada visita a una web de Google. Es decir, el plazo de

dos años se actualiza constantemente.

La vida de las cookies de DoubleClick también dura algunos

años, pero este período se tuvo que reducir después de una demanda

presentada el año 2000 en Estados Unidos, En el escrito

de acusación se recriminaba al portal por utilizar cookies que

documentaban conductas de navegación, nombres, direcciones,

edades y hábitos de compra de los usuarios. La propia

DoubleClick declaró en su página web que, ciertamente, recopilaba

datos, pero que no estaban vinculados a nadie por su

nombre. Por consiguiente, sólo se registraba el navegador utilizado,

la dirección IP y el tipo de dominio.

Hasta ahí, bien. Sin embargo, DoubleClick sabe o sabía más

de lo que reconocía, y todo gracias a otra controvertida compra

en el mundo de las TI. DoubleClick había adquirido un

año antes el instituto de investigación de mercados Abacus

Alliance. El interés principal de esta firma era su enorme patrimonio:

una completa base de datos con información sobre una

amplia clientela. Abacus había recopilado millones de datos

offline sobre clientes, sus comportamientos y sus preferencias.

Si se cruzaba esta información offline con los datos online y las

direcciones IP obtenían de pronto nombres y apellidos.

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