1 Tr - Chioglossa
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concentraciones multiespecíficas de aves acuáticas<br />
en humedales. Por ello, en principio cabría<br />
esperar que existiesen importantes errores, particularmente<br />
de área, en los recuentos de esta<br />
especie (Gromadzka y Gromadzki, 1983;<br />
Rappoldt et al., 1985; Domínguez, 1991). Sin<br />
embargo, y aunque la evidencia es escasa, no<br />
encontramos diferencias apreciables entre el<br />
censo específico de diciembre de 1994 y el<br />
censo general de enero de 1995, ni en cuanto a<br />
números ni en lo tocante a distribución. No obstante,<br />
la valoración numérica y de la tendencia<br />
de la población invernante en Galicia se ve también<br />
complicada por otros factores, como la<br />
variación meteorológica interanual o los cambios<br />
de estatus ci negético en muchos de los<br />
humedales costeros a lo largo del período estudiado.<br />
Por ejemplo, las ausencias o las marcadas<br />
t1uctuaciones numéricas entre años en algunos<br />
puntos (Ortigueira, A Frouxeira, Baldaio,<br />
Corrubedo, O Grove) podrían imputarse a una<br />
presión cinegética excesiva e indiscriminada,<br />
ejercida hasta la década de 1980 (obs. pers.).<br />
Según nuestra experiencia, el Chorlitejo<br />
Patinegro es una de las limícolas más sensibles a<br />
todo tipo de perturbaciones humanas. Por ejemplo,<br />
el comienzo de la caza en octubre de 1994 en<br />
Carnota marcó un descenso brusco en el número<br />
de aves estacionadas, pasando de 70-80 ejemplares<br />
a finales de octubre a 0-7 a lo largo de los<br />
meses siguientes, no pareciendo reincorporarse<br />
en número apreciable hasta mediados de enero de<br />
1995. En años posteriores, ya dotada la zona de<br />
un estatus de refugio de caza, no han vuelto a<br />
ocurrir episodios semejantes (obs. pers.).<br />
En cualquier caso, sea como respuesta a perturbaciones<br />
intensas, a causa de la dinámica<br />
fenológica o por cualquier otra razón, los movimientos<br />
súbitos en masa y la considerable movilidad<br />
indi vidual demostrada en este trabajo<br />
puede contribuir sin duda a la variación general<br />
de los censos. A este respecto, cabe resaltar que,<br />
pocos días después del censo de diciembre de<br />
1994, varias localidades que se habían revelado<br />
totalmente desiertas durante éste (Ponteceso,<br />
CHIOGLOSSA. 1 (1999)<br />
<strong>Tr</strong>aba, Aguieira, Baiona) aparecieron ocupadas<br />
por chorlitejos, en parte procedentes de otras<br />
playas próximas (p. ej., de Laxe a Ponteceso y<br />
<strong>Tr</strong>aba). A título de ejemplo, una prospección<br />
exhaustiva de las playas entre Portosín (Porto do<br />
Son) y Aguiño (Ribeira, A Coruña), llevada a<br />
cabo el 06.12.94 por siete observadores, dio<br />
como resultado sólo 10 ejemplares en<br />
Corrubedo; el 08.01.95 se contaron 15 aves en<br />
esta misma playa, pasando a cero el 21.01.95,<br />
mientras que en esta misma fecha fueron controladas<br />
38 en Aguieira, vacía totalmente durante<br />
el censo de diciembre.<br />
Una conclusión relevante de nuestro análisis es<br />
que zonas antaño muy importantes, como O<br />
Grove, Ortigueira y Moaña, han perdido valor<br />
como estacionamientos invernales, mientras que<br />
las demás localidades de interés parecen haberse<br />
mantenido, con algunos altibajos, a lo largo de<br />
las últimas décadas. Esto sugiere una regresión<br />
global considerable, si bien imposible de cuantificar<br />
a causa de las limitaciones de la información<br />
censal disponible. Por otra parte, a pesar de<br />
las numerosas prospecciones llevadas a cabo en<br />
toda la región, no tenemos noticia de nuevas<br />
zonas aparte del núcleo de reciente implantación<br />
en IlJa de Arousa. En la actualidad, sólo 10-11<br />
localidades albergan más o menos regularmente<br />
chorlitejos, y de ellas 6-7 colectan la mayoría de<br />
las aves. Aunque seis zonas son también importantes<br />
reductos de cría a nivel regional, no existe<br />
una correspondencia estricta entre las zonas de<br />
cría y de invernada; así, lugares como Baldaio o<br />
Corrubedo mantienen pocos invernantes pero<br />
bastantes reproductores, mientras que la mayoría<br />
de las zonas de Pontevedra no disponen de<br />
reproductores pero sí de invernantes, en algún<br />
caso numerosos. En conjunto, el contingente<br />
gallego, que estimamos en 150-200 individuos<br />
entre diciembre y enero, representa sólo un 1<br />
2% de la población española y un 0,2% de la de<br />
la vía de vuelo del Atlántico oriental, pero tiene<br />
un considerable interés corológico debido a su<br />
situación en el extremo norte del área de distribución<br />
invernal, además de una gran importan-