Casi Ciencia, Casi Ficcion

conocer a un profesor de ciencias del cerebro que
además sea la representación de Dionisio en la
universidad.
El escritorio del Dr. estaba ricamente decorado con
elegantes modelos de pedazos de cabeza humanos. El
ambiente estaba ricamente perfumado, probablemente
aroma proveniente de detrás de las orejas del doctor. Y
para cerrar el tema de los sentidos un suave jazz llenaba
el ambiente. Era todo un conquistador de corazones.
"¿Si puede el cerebro acceder a comunicarse con
otros universos?" Repitió mi pregunta con una sonrisa
argentina. "Partamos de que el cerebro es el objeto más
complejo y desconocido del mundo, por lo cual desde un
principio te digo: nos falta tanto por conocer que todo lo
imaginable y lo no imaginable es posible".
Ya estaba entendiendo este estilo. Los investigadores
se cubrían de decir absolutismos, sabiendo que no
pueden saberlo todo. Porque sí saben absolutamente que
casi todas las teorías consideradas cuasi-absolutas fueron
absolutamente derribadas por otras teorías un poco más
absolutas que las anteriores. Son las revoluciones
científicas de las que hablaba Thomas Kuhn, pasando de
paradigma en paradigma. Los científicos se saben falibles,
aunque también saben que de a poco se van acercando
más a la verdad.
"Esta bien," le dije con cara de Sherlock Holmes,
"¿pero cuál es tu sensación, dentro de lo que se conoce
en neurología, de algo así como la comunicación
multiversal?" Entonces el Dr. Ducado me miró con cara
de verdugo feliz afilando su hacha. "Que no sepamos
todo no significa que cualquier megalómano que tira una
teoría puede tener razón. ¿Sabés por qué? Porque puedo
fabricarte en una hora diez teorías tan pelotudas como
esa, y porque si los científicos no sabemos todo, eso no
significa que todo es posible. La mayor cantidad de
hipótesis que hacemos no se llevan al laboratorio a
estudiar simplemente porque son hipótesis pelotudas que
ni vale la pena perder el tiempo en eso. Lo de la
comunicación multiversal no lo investiga nadie porque
nadie va a perder su reputación en parasicología barata.
Ni siquiera puede llamarse ciencia si no hay manera de
probar que se puede o que no se puede entablar
comunicación con marcianos de otro universo. Si un
sicótico habla con marcianitos, para él habla en verdad
con marcianitos. Pero no me lo voy a creer porque no
pueda probar que los marcianos no existen. Este templo
debe haberlo fundado un esquizofrénico con aires de
grandeza que atrajo a un grupo de idiotas con complejo
de inferioridad como seguidores, y de alguna manera se
expandieron sus alucinaciones como una locura colectiva.
La mayor parte de las religiones nacieron así. Vos no
necesitás un investigador para escribir tu libro. Necesitás
llevar una legión de siquiatras al templo para que les
expliquen a estos templarios la mentira en la que viven".
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Y todo esto me lo dijo sin perder la sonrisa. Estaba en
el club de los científicos no muy tolerantes con las teorías
alternativas. "¿Teorías?" me dijo el Dr. en un rugido.
"Una teoría es algo serio, con muchas pruebas que la
respaldan, con miles de estudios que la confirman. La
evolución es una teoría. La genética es una teoría. La
comunicación multiversal es un delirio tan válido como la
telepatía o la nigromancia. ¿Quién dice que se comunican
con el multiverso? ¿No será que hablan con los muertos,
los ángeles o con los profetas bajorianos? Ninguna de
estas es una teoría. ¿No será que hablan con su
subconsciente al entrar "en trance" con la meditación, y
después de toda la basura que les meten en la cabeza
interpretan todo tal como el templo les enseña a
interpretar?"
Entonces, jugando al abogado del diablo, le di los
papers de neurología que el templo había publicado. Si el
templo hacía verdaderas investigaciones científicas, algún
punto en su favor debían tener. Los tomó con presteza y
curiosidad, me criticó que haya matado un árbol para
imprimir en papel, escaneó rápidamente el texto para
luego volver a la primer página y releer
concienzudamente el abstract. Lo miré con mi mejor
gesto de signo de pregunta.
"Si tu pregunta", me dijo sin mirarme y sin que yo
dijera nada, "es si estas son investigaciones serias, la
respuesta es probablemente sí. Es un journal serio y
tanto la metodología de trabajo como las deducciones
son hechas de un modo correcto. Te digo más, es un
paper interesante. Siempre resulta curioso saber lo que
pasa cuando entramos en trance. Pero hay un detalle
importante acá". Silencio. Me dio la impresión que estaba
esperando que le pregunte cuál era el detalle, aunque
seguía sin dirigirme la mirada. Le di el gusto y le
pregunté con cara de incredulidad forzada: "¿Cuál, cuál
es el detalle importante?"
Apoyó los papers en la mesa, me honró mirándome
de nuevo, y con una sonrisa irónica me dijo: "¿Notaste
que en ningún lugar hablan de la comunicación
multiversal?" Le robé salvajemente los papeles de las
manos y los revisé dentro de esta nueva perspectiva. Era
verdad. No decían nada acerca del multiverso. "Lo que
pasa" me comenzó a explicar con la paciencia de quien ya
tiene la batalla ganada, "es que para publicar tienen que
hacer un trabajo serio y cuidarse de no escribir supuestos
que no pueden probar, especialmente si son hipótesis
revolucionarias. La comunicación multiversal, si es que en
serio se creen que existe, nunca la van a poder probar
con un EEG o un MRI. Así que sin pruebas no pueden
escribir nada".
"¿Y entonces por qué...?", le pregunté casi
murmurando, "¿Qué ganan investigando?"
"Probablemente los que pusieron la plata para el
laboratorio tenían la esperanza, bastante ingenua, de que
se pueda probar con equipos médicos que realmente se