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Casi Ciencia, Casi Ficcion

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están enterados de este lugar. Pero viendo las<br />

circunstancias creí conveniente romper nuestras reglas<br />

solo por esta vez. Verá, este salón es sagrado para<br />

nosotros. Es un centro de conocimiento de donde<br />

obtenemos, como decirlo, inspiración para la continua<br />

evolución del templo. En esa misma mesa redonda<br />

delineamos los procederes de la institución, basados no<br />

en supersticiones como usted quiso creer, sino en<br />

conocimiento".<br />

Di una mirada profunda al salón nuevamente. La<br />

mesa redonda, los artilugios, las figuras y los pergaminos<br />

de las paredes, las inscripciones de las paredes en<br />

alfabetos para mí desconocidos, y la señora frente a mí<br />

que casi era otro monumento del lugar. Los secretos y los<br />

misterios. El templo no era un centro religioso como<br />

pensaba. Era un centro masónico. Me dirigí nuevamente<br />

a la estoica señora y le pregunte directamente "¿Porqué<br />

me cuenta todo esto a mí, ahora, señora gamma?"<br />

"¡En este recinto no soy gamma, soy guimel!" Me dijo<br />

ofendida como si yo supiera de qué estaba hablando. "Mi<br />

estimado señor, lo he traído hasta acá para mostrarle que<br />

lo que usted sabe de nosotros es nada. Y con ese nada<br />

ha hecho un gran daño. En este lugar puede ver la<br />

magnitud de lo que le falta conocer, sin contar que<br />

necesita al menos quince años de práctica en meditación<br />

para alcanzar un nivel suficiente como para ser admitido<br />

en esa mesa. Los iniciados con años en el templo temen<br />

decir una palabra fuera de lugar para no errar y<br />

contradecir a las enseñanzas del Dr. Burg. ¡Y usted<br />

viniendo un par de meses se atreve a insultar su<br />

memoria!"<br />

La guimel respiró hondo. "Pero lo que hizo hecho<br />

está. No podemos cambiarlo. Ahora tengo un pedido para<br />

hacerle, para evitar que empeore la situación. Sé que<br />

pretende editar un libro acerca del templo. Sé que el<br />

artículo que escribió era solo una introducción de un texto<br />

más largo. Voy a ser directa con usted. Ese libro no debe<br />

salir publicado. No podemos permitir que se divulguen<br />

calumnias de un ignorante de la verdad".<br />

Estaba pasando a la etapa de sentirme incómodo y un<br />

tanto resentido. "Me disculpará, señora guimel, pero<br />

desde el primer momento en que pisé el templo fui<br />

sincero con mis objetivos. Todas las entrevistas que hice,<br />

las sesiones de meditación, todo el material que leí en el<br />

templo era para escribir esta historia. Cumplí con el<br />

pedido que me hicieron y vine a meditar hasta tres veces<br />

por semana. Me trataron gentilmente hasta el momento<br />

en que cumplí mi palabra y escribí el artículo con mi<br />

visión del templo. Lamento que se sientan ofendidos,<br />

pero no me arrepiento de mi forma de pensar. Jugué el<br />

juego que ustedes propusieron y como no les gustó mi<br />

manera de jugar ahora patean el tablero. Debo decirle<br />

que ahora soy yo el ofendido, que de repente siento que<br />

me quieren censurar mi trabajo". Estaba realizando mi<br />

59<br />

pequeña catarsis con la guimel, pero esta discusión<br />

parecía que iba a ir subiendo de tono.<br />

"Puede ofenderse todo lo que quiera, mientras no<br />

continúe con el libro" me respondió fríamente. Tenía una<br />

fuerte frustración con esta gente. Parecían incapaces de<br />

recibir críticas. Le pregunté firmemente qué habían<br />

pretendido de mí. La respuesta fue poco tolerante.<br />

"Esperábamos mucho más de usted. Esperábamos<br />

que con el tiempo comenzara a entender y recién ahí nos<br />

pidiera permiso de escribir sobre nosotros".<br />

"¡Les pedí permiso en un principio! ¿Es que también<br />

tenía que escribir lo que ustedes quisieran en el momento<br />

que ustedes quisieran? ¿Por qué no me dictaban<br />

directamente lo que querían que diga? Hubiera sido todo<br />

más sencillo. ¡Como para ustedes la única opinión válida<br />

es la de ustedes, los que opinamos diferente somos unos<br />

ignorantes!" Claramente me estaba enfervorizando. No<br />

creía que gritar me ayudara, pero es difícil controlar la<br />

adrenalina cuando quieren sobrepasarlo a uno. Tal vez<br />

debería haber tomado más sesiones de meditación.<br />

"Le pido que reconsidere con calma" me dijo tratando<br />

de calmar la tensa atmósfera que se había creado.<br />

"Apreciaríamos que si realmente desea editar el libro, al<br />

menos lo retrase hasta conocernos mejor y nos permita<br />

ayudarlo a ordenar sus ideas".<br />

"¿Ayudarme o controlarme?" le pregunté sin pensarlo,<br />

aflorándome mi desconfianza. "Ayudarlo" me dijo<br />

tratando de sonar segura y bondadosa. Respiré hondo<br />

ruidosamente. Estaba cansándome de esta conversación.<br />

"No lo sé. Voy a pensarlo" dije al aire, tratando de cerrar<br />

este triste debate. "Piénselo. Pero le advierto, puede<br />

encontrarnos dispuestos, o no, depende de usted". "Lo<br />

voy a pensar" repetí cansado, ya dirigiéndome a la<br />

puerta, aunque ya no había nada más para pensar. Me<br />

conocía y sabía lo que tenía que hacer.<br />

----<br />

Esa misma noche me senté, o mejor dicho me<br />

desplomé en el sillón más mullido que encontré en mi<br />

casa. Me imaginé en una película, una de esas donde<br />

alguien se encuentra en mi situación y se prepara un<br />

whiskey doble on the rocks. Lamentablemente no tenía<br />

whiskey, porque simplemente me parece horrible. En<br />

realidad no tenía absolutamente nada para tomar. Me<br />

levanté y salí al supermercado más cercano a resolver el<br />

tema.<br />

Me desplomé, nuevamente, en el sillón con un vaso<br />

de Coca on the rocks, que es mucho más rica que el<br />

whiskey. Mientras agitaba los cubitos pensaba. No<br />

pensaba en si escribir el dichoso libro o no. Pensaba en<br />

cómo escribirlo. Me levanté agitadamente, diciéndome<br />

que no podía ahogar mis penas en un miserable vaso de<br />

coca. Así que arrimé la silla al escritorio para escribir<br />

estas líneas y ordenar lo ya escrito. Decidí finalmente que

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