Casi Ciencia, Casi Ficcion
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Estaba siendo probado por esta tirana viejita. Me<br />
daba la sensación que cualquier respuesta sería escasa.<br />
- A ver, en principio era un solo individuo. Si bien la<br />
condición de doble ciego estaba cubierta, aunque sea de<br />
manera no muy ortodoxa, un resultado positivo o<br />
negativo en una muestra de una sola persona es<br />
estadísticamente no significativa.<br />
- Muy bien. Pero te faltó darme la otra razón, así que<br />
estás aplazado.<br />
- ¡Pero me dijo que de una sola razón!<br />
- ¡No discutas con la mesa de examen! Estos<br />
estudiantes son cada vez más malĝentilaj.<br />
- ¡Pero me dijo una sola! Lo recuerdo bien.<br />
- ¿Nunca te dijeron que el jefe siempre tiene la razón?<br />
Deberías aprender a escoger con quién discutir. Ahora<br />
dame la otra razón por la cual la prueba no era prueba de<br />
nada.<br />
- No se... a ver... puede ser que...<br />
- Puede ser que una sola piedra...<br />
- Si, era un test de una sola piedra...<br />
- Entonces si el test daba positivo...<br />
- Daba positivo para una sola piedra...<br />
- Lo que significa que las otras piedras...<br />
- Si, que no sé nada de las otras piedras. Solo puedo<br />
saber que el tratamiento para la artrosis funciona, pero<br />
no es prueba de que los otros tratamientos<br />
gemoterepéuticos funcionen.<br />
- Correcto, mi estimado Robin. Y además, si me<br />
calmaba el dolor articular, cosa que dudo, era prueba de<br />
que calmaba el dolor articular, no de que funcione como<br />
tratamiento terapéutico. Esa es una falla de las medicinas<br />
alternativas. No se hacen estudios serios de su eficacia, y<br />
si se realiza es sobre un sólo tratamiento. Si el<br />
aguamarina me calma la artritis, eso no significa que la<br />
amatista te calme la migraña. Son dos tratamientos, y<br />
cada uno merece su propio estudio.<br />
- Pero entonces el certificado del Diap es casi<br />
imposible de obtener, si tienen que probar que uno por<br />
uno de los tratamientos es eficaz.<br />
- Ojalá fuera así. El certificado es sólo una cuestión<br />
temporal para las medicinas alternativas. La idea es<br />
separar a los estafadores y a las terapias totalmente<br />
falsas de las que tiene algún potencial. La acupuntura<br />
podría pasar el test porque algún efecto probado tiene,<br />
aunque dudo que la mayoría de los pinchazos sean algo<br />
más que un placebo. La gemoterapia o la homeopatía<br />
nunca van a obtener ningún certificado de nada, porque<br />
de los cientos de piedritas y extractos ninguno va a dar<br />
positivo ante un examen serio, por más que te metan un<br />
diamante en el pugo.<br />
- Y entonces, ¿cuántos certificados dio hasta ahora el<br />
Diap?<br />
71<br />
- Ninguno, por supuesto.<br />
- Como, ¿nadie lo pasó?<br />
- No, mi ingenuo Robin. Nadie lo intentó siquiera.<br />
Saben que si fallan el test, como probablemente pase,<br />
automáticamente se les anula su fuente de ingresos.<br />
Mientras no se acerquen al Diap, tienen tiempo. Al menos<br />
hasta que el dúo dinámico los pase a buscar con el<br />
batimovil, y les meta el batitubo por el pugo.<br />
Ya estábamos llegando a la oficina, y yo estaba<br />
seriamente cansado. Cansado del vocabulario cloacal y la<br />
prepotencia de esta viejita, cansado de ser el ayudante<br />
del verdugo, y cansado de doce horas de trabajo cuando<br />
mi sueldo era por ocho. Pero todavía había más. Al<br />
bajarse del auto, el maldito bulldog sacó de su cartera un<br />
libro electrónico y me dijo:<br />
- Este es un regalo por tu trabajo. Pero de tarea vas a<br />
leer los primeros ocho capítulos del libro “Estadística<br />
Médica”, que está en la memoria del aparato. Para<br />
mañana, por supuesto. Que descanses bien, joven<br />
maravilla.<br />
Arranqué el auto sin despedirme. Estaba agotado y<br />
ofuscado. No sabía si este maldito bulldog me<br />
consideraba capaz o inepto, inteligente o bruto. No sabía<br />
si me estaba entrenando o usando. Por sobre todo no<br />
sabía si me apreciaba o despreciaba. Eran pensamientos<br />
muy prematuros, pero por el corto tiempo que<br />
trabajamos juntos (un día, para ser exactos) yo tenía mis<br />
sentimientos claros: la despreciaba. Mi estudio<br />
caninológico concluía que el bulldog era una verdadera<br />
filino de putino.<br />
Y así terminaba mi primer día de trabajo en el<br />
Departamento de Investigación de Asuntos Paranormales.<br />
Ĉapitro Kvin<br />
Desesperado y de un salto me levanté de la cama.<br />
Unos gritos salvajes y golpes en la puerta me despertaron<br />
e hicieron florecer mi instinto policial. Sin razonar, alcancé<br />
mi arma y corrí en calzones y descalzo hacia la puerta,<br />
esperando ver sangre. En su lugar, al abrir vi una vieja<br />
con su cartera y su cara de bulldog, apuntando su no<br />
muy sutil mirada a la poca ropa que tenía yo puesta.<br />
“Mmm, interesante vestimenta, señor Watson.”<br />
Apenas pude reaccionar, cerré la puerta de un golpe.<br />
El bulldog del otro lado, está claro. Volví a la pieza para<br />
encontrar a mi esposa sacándose la almohada que le<br />
había tirado en la cara. Con cara de oso hibernando y voz<br />
de cuervo herido me preguntó qué pasaba. Le contesté<br />
que podía volverse a dormir, cosa que no le costó mucho.<br />
Me puse algo de ropa para protegerme de miradas<br />
libidinosas y revisé el reloj. Cinco y media. Guardé el