Casi Ciencia, Casi Ficcion
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parolas bone esperanton.” “Sufiĉe bone” me dijo.<br />
Viniendo del bulldog era todo un cumplido.<br />
Faltando poco para llegar, me atreví a hacerle una<br />
última pregunta.<br />
- ¿Siempre son así las redadas?<br />
El bulldog me observó con mirada canina y dijo<br />
- ¿Te referís a llegar de incógnito, hacernos pasar por<br />
clientes ilusos, preguntar por el certificado, verificar que<br />
no lo tienen, tratar de convencerlos de que lo obtengan,<br />
y al verificar que no pretenden tramitarlo hacer el show<br />
del policía malo que los va a arrestar?<br />
- Eeeh, supongo que me refiero a eso.<br />
Entonces suspiró profundamente y dijo para mi<br />
sorpresa<br />
- ¿Cómo querés que lo sepa, si esta también para mí<br />
fue mi primera redada?<br />
En ese momento llegamos a las oficinas del<br />
departamento de investigación de asuntos paranormales.<br />
Ĉapitro Tri<br />
“Vamos Robin, ciudad Gótica nos espera” me ordenó<br />
sin demasiada conciencia ni vergüenza. Solo faltaba un<br />
cuarto de hora para terminar mi turno, y las últimas tres<br />
horas las compartí con el solitario. Ella se había encerrado<br />
en su oficina, con ruido de papeles, de teclados, de<br />
llamadas y de cafeteras. Yo ni siquiera tenía oficina para<br />
encerrarme. Ni tenía café. Ni tenía trabajo para hacer.<br />
Solo esperar alguna orden o la hora de salida. Las dos<br />
cosas llegaron juntas.<br />
- Vamos a buscar el batimovil en la baticueva. Y ni se<br />
te ocurra mirar tu batireloj. Los malhechores no<br />
descansan.<br />
Así que nuevamente, yo al volante, nos fuimos de<br />
caza.<br />
- Vamos a Formosa y Engels. Tratá de mantener la<br />
misma cara de fruncido que tenés ahora. Se supone que<br />
la migraña te está matando.<br />
No obtuve más información de la misión hasta entrar<br />
al consultorio, si se lo podía llamar consultorio. Nos<br />
atendió muy amablemente el doctor Tuvok, si se lo podía<br />
llamar doctor.<br />
- Por favor, pasen, pónganse cómodos. ¿Es usted el<br />
paciente? Acuéstese en la camilla. Sáquese los zapatos y<br />
póngase cómodo. Deje que fluyan sus energías por todo<br />
su cuerpo. Relájese y cuénteme que lo trae.<br />
Desde la camilla mire de reojo a mi señora<br />
comandante, con cara de súplica. Me contestó con unos<br />
tiránicos ojos de huevo, como diciendo improvisación o<br />
muerte. No recordaba que en mi contrato dijera nada<br />
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acerca de la actuación, pero mis opciones eran escasas<br />
en este momento. Así que en un maullido me quejé de<br />
los terribles dolores de cabeza que me aquejaban.<br />
- ¿Ahora te duele?<br />
- Muchísimo.<br />
- Siento tus energías contraídas<br />
Apoyó cálidamente sus manos en mi frente.<br />
- Siento que no pueden fluir, que están atascadas. No<br />
me extraña que sufras. Respirá profundo y pausado.<br />
Comencé a respirar entonces profundo y pausado,<br />
siguiendo el ruidoso ejemplo del doctor Tuvok. Debo<br />
aceptar que con la cómoda camilla, la suave respiración,<br />
las bajas luces, y los dulces masajes del doctor en mi<br />
cabeza, me estaba sintiendo mejor, aunque antes igual<br />
no me dolía nada.<br />
En un susurro el doctor explicó que me iba a abrir las<br />
trabas de energía por medio de gemas que tenían las<br />
propiedades de frecuencia adecuadas para mejorar mis<br />
vibraciones energéticas bloqueadas que por resonancia se<br />
irían estabilizando hasta volver a armar un saludable<br />
campo biocuántico. Esto era pura ciencia. Yo estaba tan<br />
relajado, que casi estaba deseando sumergirme en esta<br />
experiencia biocuántica. Pero el bulldog tenía que<br />
arruinarme el asunto.<br />
- Disculpe doctor Tuvok, pero ¿cómo es que las<br />
piedras curan?<br />
- Como le dije, señora. Un cuerpo sano tiene un flujo<br />
energético sano, sin frenos que generen acumulaciones ni<br />
falta de caudal energético. Cuando la energía no fluye,<br />
nos enfermamos. Las tensiones y sufrimientos de la vida<br />
moderna producen taponamientos energéticos, que nos<br />
generan dolencias y más sufrimientos, que en un círculo<br />
vicioso nos traban más el flujo energético. Las gemas<br />
adecuadas tienen vibraciones internas de la misma<br />
frecuencia que nuestro campo bioenergético. Esto ayuda<br />
a que fluya, eliminando trabas y dolores.<br />
Sin importar lo que diga, la voz del doctor era mucho<br />
más suave y relajante que el ladrido del bulldog.<br />
- Entiendo. Eso significa que las vibraciones de las<br />
piedras actúan sobre nuestro campo bioenergético, ¿no<br />
doctor? Pero yo no veo que las piedras vibren.<br />
- Ni las va a ver vibrar. Son vibraciones moleculares,<br />
nanoscópicas. Son invisibles al ojo.<br />
- ¿Y entonces cómo se que están si son invisibles?<br />
- Por métodos científicos. Se sabe desde hace mucho<br />
que cada gema tiene vibraciones moleculares particulares<br />
a su tipo de cristal.<br />
- Entonces esta gemoterapia se basa en estudios<br />
científicos, ¿no doctor?<br />
- Claro. Esta todo estudiado científicamente.<br />
Tuvok mostraba una paciencia infinita, con todas las<br />
irritantes preguntas del bulldog.