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Casi Ciencia, Casi Ficcion

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- Eh, bueno, puedo buscar mi diploma de la escuela<br />

de parapsicología del doctor Lotito...<br />

- No, no, no. Me refiero a los certificados estatales,<br />

esos que verifican sus capacidades cognitivas y<br />

predictivas.<br />

- No... No sé a qué se refiere...<br />

- Vamos, ¿no ve las noticias? Ese certificado del<br />

departamento de investigación, ¿cómo se llamaba<br />

querido?<br />

Mi cara de terror solo era superada por la de Uhura.<br />

“Eeeeh, ¿el Departamento de Investigación de Asuntos<br />

Paranormales?” dije con voz trabada. “Ese, exactamente.<br />

Señora madame, ¿podría mostrarme ese certificado?”<br />

Madame Uhura se recompuso momentáneamente, y<br />

dijo con voz sosegada y aleccionadora:<br />

- Mi estimada señora González, usted no comprende<br />

cómo funciona esto. Este es un arte milenario, con siglos<br />

de estudios. Las cartas predecían mucho antes que estas<br />

ciencias modernas hayan aparecido, y le aseguro que<br />

también van a durar mucho más que la ciencia. Hay<br />

tantas cosas que estos científicos no entienden del<br />

mundo espiritual, tanto que no conocen... Tienen los ojos<br />

tapados y no ven los misterios del universo que no<br />

aparecen en sus microscopios. ¿Usted realmente cree que<br />

voy a ir a ser juzgada por esta gente, que ni siquiera<br />

sabe que sus raíces son la alquimia y la astrología?<br />

Madame Uhura lucía satisfecha y desafiante. No sabía<br />

con quién estaba enfrentándose. El bulldog sutilmente<br />

comenzaba a arremangarse.<br />

- No no, yo entiendo lo que me dice, madame Uhura.<br />

Pero según tengo entendido el certificado se lo dan<br />

simplemente con poder comprobar una de sus<br />

predicciones. No veo que eso sea una gran ciencia.<br />

Seguro después de tanta carrera que tiene eso no tiene<br />

ninguna dificultad para usted.<br />

- Esto no funciona así. Las cartas no predicen de esa<br />

manera. Se necesita una persona de carne y hueso, no<br />

un test sin sentimientos.”<br />

- Pero seguro se puede probar que las cartas<br />

funcionan.<br />

- Por supuesto que sí. Por supuesto que funcionan.<br />

Las cartas predicen con precisión.<br />

- Entonces no veo el problema de obtener el<br />

certificado, si es que las cartas son infalibles.<br />

- Usted no entiende. Las cartas dan información sutil,<br />

una guía para el futuro. No le van a adivinar a una<br />

computadora en qué color está pensando.<br />

- ¿Quién habla de computadoras? El certificado se lo<br />

dan a cualquiera que pruebe que puede predecir el<br />

futuro, o curar misteriosamente, o inclusive hablar con los<br />

muertos. ¿Acaso usted no puede predecir el futuro?<br />

- Claro que sí. Las cartas predicen...<br />

65<br />

- ¿Las cartas predicen para los clientes pero no para<br />

un certificado? ¿Las cartas predicen, pero se ofenden<br />

cuando se las quiere estudiar?<br />

El bulldog se había puesto los guantes de box, y por<br />

la fama que tenía no iba a ceder su título fácilmente. A<br />

madame Uhura se la veía subiendo su temperatura.<br />

- Perdóneme, señora González. No voy a permitir que<br />

me hable así. Sepa usted que tengo muchos años en<br />

esto. Y no le voy a permitir que insulte a este arte<br />

milenario cuando usted no entiende nada del tema.<br />

- El meterse los dedos en la nariz también es un arte<br />

milenario, pero eso no hace que los mocos predigan el<br />

futuro.<br />

El bulldog contraatacaba violentamente con la dosis<br />

de humor negro que la hizo famosa, considerando que a<br />

primera vista simulaba ser una venerable abuelita.<br />

“¡Se retira ya de acá, maleducada!” Le gritó Uhura en<br />

un cachetazo verbal. Como dijo cierto dictador: por la<br />

razón o la fuerza.<br />

“La educación y la verdad no siempre van por el<br />

mismo camino. ¿No le parece doña Uhura? Tanto las<br />

cartas como los mocos necesitan un certificado.” A Uhura<br />

se le estaba quemando el fusible. En un hilo de voz dijo:<br />

“Pero que maleducada, que vieja de mierda.”<br />

Hubo un eterno segundo de silencio, hasta que el<br />

bulldog rompió la tensión.<br />

- Hagamos algo. Usted nos muestra el certificado y<br />

nosotros nos vamos. Hasta le pagamos la sesión aunque<br />

no nos adivine el futuro.<br />

Otro segundo de silencio con miradas llameantes. El<br />

bulldog volvió a hablar.<br />

- Mmm. Por su falta de locuacidad debo suponer que<br />

está buscando nuevas excusas que justifiquen la falta del<br />

certificado. Le doy una predicción propia: esto le va dar<br />

muchos, pero muchos problemas.<br />

- ¿Se cree usted policía para amenazarme así?<br />

Mostrando su placa policial, el bulldog dijo:<br />

- Bueno, sí, me gusta jugar al poliladron de vez en<br />

cuando. Eso sí, siempre estoy del lado de los policías, y<br />

siempre gano el juego.<br />

Otro segundo de silencio, y con una mirada<br />

lacrimógena y con voz cada vez más entrecortada Uhura<br />

dijo:<br />

- Usted no entiende, no tengo idea quién hace este<br />

test, ni que me van a preguntar. Si las cartas no<br />

funcionan como para contestar esas preguntas, ¿qué<br />

hago? Me quedo sin trabajo. Esto es lo único que sé<br />

hacer.<br />

- Mire, si se queda sin trabajo es por una de dos<br />

razones. O a pesar de su buena fe engaña a la gente, o<br />

por su mala fe engaña a la gente. De las dos maneras es<br />

un engaño. Si se queda sin trabajo por esto, piense en el

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