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62 Technical and tactical analysis<br />
irrumpiendo a veces directamente en la delantera o abriéndose<br />
a los costados.<br />
España colocó a Xavi (8) e Iniesta (6) –quienes en sus clubes<br />
juegan normalmente en la línea media central– en las<br />
bandas. También ellos interpretaron libremente su papel<br />
hacia adelante e intercambiaron permanentemente posiciones.<br />
En los primeros partidos, Villa (7) solía adelantarse<br />
desde la línea media ofensiva para apoyar al ariete Torres (9).<br />
En la semifi nal y la fi nal, jugó más bien en la primera línea<br />
de ataque, particularmente porque Torres fue sustituido por<br />
Pedro (18) en dichos encuentros.<br />
La línea media defensiva central fue la parte principal del<br />
sistema 4-2-3-1. Los dos integrantes de esta zona ofrecieron<br />
enorme estabilidad a la defensa y apoyaron, según las<br />
circunstancias, el juego ofensivo de su respectiva escuadra.<br />
En Alemania, fueron Schweinsteiger (7) y Khedira (6), en<br />
Holanda Van Bommel (6) y De Jong (8), en España Xabi<br />
Alonso (14) y Busquets (16), y en Uruguay Pérez (15) y Arévalo<br />
(17), quienes se <strong>com</strong>plementaban perfectamente en las<br />
labores defensivas y ofensivas.<br />
En resumen, se debe constatar que los equipos victoriosos<br />
de este Mundial se atuvieron fi elmente a su planteamiento<br />
táctico básico. Si bien hubo algunas adaptaciones, <strong>com</strong>o por<br />
ejemplo, en Uruguay, que en cuartos de fi nal contra Ghana<br />
incluyó un tercer atacante con Abreu (13), por regla general<br />
se mantuvo el sistema elegido.<br />
Cabe señalar que algunos equipos no sólo modifi caban sus<br />
formaciones según las circunstancias, sino igualmente de<br />
partido en partido, lo cual no resultó muy benefi cioso en<br />
términos de mayor seguridad para el sistema de juego.<br />
La importancia del primer partido de grupo<br />
Los primeros partidos de grupo estuvieron marcados por un<br />
juego sumamente cauteloso. Ningún equipo quería perder<br />
y colocarse así en una situación desventajosa; en consecuencia,<br />
la cosecha de goles fue muy magra. Únicamente<br />
equipos que salieron a jugar con la necesaria confi anza<br />
en sí mismos lograron ganar claramente sus encuentros<br />
inaugurales (Argentina, Alemania, Holanda). Este juego<br />
cauteloso se impuso en el resto de los partidos de grupo,<br />
conduciendo a un promedio de tan sólo 101 goles (117 en<br />
Alemania 2006).
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