La Formación Cívica y Ética - Subsecretaría de Educación Básica ...
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<strong>de</strong> la culpa, el sujeto percibe que su quebrantamiento ha causado o ha podido<br />
causar sufrimiento a otros y esto le provoca sensaciones <strong>de</strong> remordimiento<br />
y preocupación que acompañan a la culpa (Mercadillo, Díaz y Barrios, 2007).<br />
<strong>La</strong> compasión, por su parte, se <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>na a partir <strong>de</strong> la percepción <strong>de</strong>l<br />
sufrimiento ajeno (Stürmer, Sny<strong>de</strong>r y Omoto, 2005), es <strong>de</strong>cir, surge <strong>de</strong> la inferencia<br />
<strong>de</strong> que otro sufre o pa<strong>de</strong>ce por alguna causa, e incluye el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> aliviar<br />
el sufrimiento percibido, lo que suele condicionar comportamientos altruistas<br />
hacia la víctima.<br />
Finalmente, las emociones morales <strong>de</strong> admiración incluyen la gratitud, la<br />
admiración y la <strong>de</strong>voción. Para Haidt (2003) se trata <strong>de</strong> emociones que están<br />
relacionadas con la sensibilidad <strong>de</strong> percibir que algo o a alguien es bueno o<br />
moralmente ejemplar. En general, se consi<strong>de</strong>ran emociones positivas ya que<br />
son provocadas por una situación placentera y permiten el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> relaciones<br />
y habilida<strong>de</strong>s sociales cohesivas. <strong>La</strong> gratitud, según Haidt, se liga a un<br />
sentimiento amistoso hacia alguien que ha hecho algo benéfico para el individuo<br />
y tien<strong>de</strong> a retribuir la acción generosa. <strong>La</strong> admiración y la <strong>de</strong>voción se <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nan<br />
por la percepción <strong>de</strong> actos evaluados como buenos, correctos o<br />
estéticos que los individuos tien<strong>de</strong>n a imitar. Ciertas virtu<strong>de</strong>s o comportamientos<br />
<strong>de</strong>finidos por la caridad, la lealtad o el autosacrificio se <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong> estas emociones.<br />
De acuerdo con Oser y Veugelers (2003), los niños que nunca han mentido, engañado<br />
o se han portado mal, difícilmente pue<strong>de</strong>n llegar a ser personas morales.<br />
Esto pue<strong>de</strong> interpretarse como que la experiencia <strong>de</strong> injusticia posibilita estar<br />
prevenido, la experiencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>bilidad conduce a la conciencia emocional<br />
<strong>de</strong> tal conducta, y la experiencia <strong>de</strong> insuficiencia hace posible superarla. El<br />
conocimiento negativo es el que valida las reglas morales. Por ejemplo, para<br />
compren<strong>de</strong>r la regla “no matarás” se requiere conocimiento acerca <strong>de</strong>l tipo<br />
<strong>de</strong> sufrimiento, miedo y flagrante injusticia que dicha acción provoca. <strong>La</strong> conciencia<br />
acerca <strong>de</strong> una situación en la que dicha regla se rompe tiene su ori-<br />
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