Una Vida con Proposito - Iglesia Adventista Agape
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<strong>Una</strong> <strong>Vida</strong> <strong>con</strong> <strong>Proposito</strong>.doc<br />
Si es<strong>con</strong>des tu dolor sólo lo intensificas. Los problemas crecen en la oscuridad y se agrandan, pero<br />
cuando son expuestos a la luz de la verdad, se encogen. Solo, estás tan enfermo como tus secretos. Así<br />
que quítate la máscara, deja de disimular que eres perfecto y camina hacia la liberación.<br />
En la <strong>Iglesia</strong> de Saddleback hemos visto el tremendo poder que tiene este principio para debilitar<br />
las garras de las adicciones aparentemente desesperantes y de las tentaciones persistentes a través<br />
de un programa que desarrollamos llamado “Celebra la Recuperación”. Se trata de un proceso bíblico de<br />
restauración, de ocho pasos, basado en las bienaventuranzas de Jesús y organizado <strong>con</strong> base en<br />
pequeños grupos de apoyo. En los últimos diez años más de cinco mil vidas han sido liberadas de toda<br />
clase de hábitos, heridas y adicciones. Hoy el programa se usa en miles de iglesias. Recomiendo que lo<br />
uses en tu <strong>con</strong>gregación (Apéndice 2).<br />
Satanás quiere que pienses que tu pecado y tentación son únicos y que, por lo tanto, los tienes que<br />
guardar en secreto. La verdad es que todos estamos en el mismo barco. Todos luchamos <strong>con</strong>tra las<br />
mismas tentaciones 12 y “todos hemos pecado” 13 . Millones han sentido lo mismo que tú y han enfrentado<br />
las mismas luchas que tienes en este momento.<br />
Es<strong>con</strong>demos nuestros defectos por orgullo. Queremos que otros piensen que tenemos todo “bajo<br />
<strong>con</strong>trol”. La verdad es que cualquier cosa de la que no puedas hablar ya está fuera de <strong>con</strong>trol en tu vida:<br />
problemas <strong>con</strong> las finanzas, <strong>con</strong> tu matrimonio, <strong>con</strong> los hijos, <strong>con</strong> pensamientos, <strong>con</strong> la sexualidad, <strong>con</strong><br />
hábitos secretos o <strong>con</strong> cualquier otra cosa. Si pudieras solucionarlos por ti mismo, ya lo habrías hecho.<br />
Pero no puedes. La fuerza de voluntad y las resoluciones personales no son suficientes.<br />
Algunos problemas están demasiado arraigados en ti, son hábitos demasiado fuertes y demasiado<br />
grandes como para que puedas resolverlos solo. Necesitas un grupo pequeño o un compañero mentor que<br />
te anime, te apoye, ore por ti, te ame in<strong>con</strong>dicionalmente y te pida cuentas. Después podrás hacer lo<br />
mismo por ellos.<br />
Siempre que alguien me <strong>con</strong>fía: “Yo nunca le he dicho esto a nadie hasta ahora”, me emociono por esa<br />
persona porque sé que está a punto de experimentar un gran alivio y liberación. La válvula de presión va<br />
a ser liberada, y por primera vez vas a ver un rayo de esperanza en tu futuro. Siempre sucede cuando<br />
hacemos lo que dios nos dice que hagamos, re<strong>con</strong>ociendo nuestras luchas a un amigo <strong>con</strong>sagrado.<br />
Permíteme hacerte una pregunta difícil: ¿Hay algún problema que disimulas en tu vida? ¿De qué<br />
cosas tienes miedo de hablar? No vas a resolverlo solo. Sí, se necesita humildad para re<strong>con</strong>ocer<br />
nuestras debilidades ante otros, pero la misma falta de humildad es lo que nos impide mejorar. La Biblia<br />
dice: “Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes: Así que humíllense delante de Dios”. 14<br />
Resiste al diablo. Después de humillarnos y de ponernos en manos de dios, debemos desafiar al<br />
diablo. El reto de Santiago 4:7 dice: “Resistid al diablo y huirá de vosotros”. No renunciamos<br />
pasivamente a sus ataques. Debemos enfrentarlo y luchar.<br />
El Nuevo Testamento describe a menudo la vida cristiana como una batalla espiritual <strong>con</strong>tra las<br />
fuerzas malignas, usando términos de guerra como pelear, <strong>con</strong>quistar, luchar y vencer. A menudo los<br />
cristianos somos comparados <strong>con</strong> soldados que ocupan territorio enemigo.<br />
¿cómo podemos resistir al diablo? Pablo nos dice: “Que la salvación sea el casco que proteja su<br />
cabeza, y que la palabra de Dios sea la espada que les da el Espíritu Santo”. 15 El primer paso es aceptar<br />
la salvación de Dios. No serás capaz de decirle nada al diablo a menos que le hayas dicho que sí a Cristo.<br />
Sin Cristo estamos indefensos <strong>con</strong>tra el diablo, pero Dios protege nuestras mentes <strong>con</strong> “el casco de la<br />
salvación”. Recuerda esto: Si eres creyente, Satanás no puede obligarte a hacer nada; sólo puede darte<br />
sugerencias.<br />
Segundo, debes usar la Palabra de Dios como tu arma <strong>con</strong>tra Satanás. Jesús nos dejó su ejemplo; el<br />
diablo lo tentó en el desierto. Cada vez que Satanás sugería una tentación, Jesús se oponía citando las<br />
Escrituras. Él no discutió <strong>con</strong> Satanás. Ni dijo: “Yo no tengo hambre”, cuando el diablo lo tentó a que<br />
usara su poder para satisfacer una necesidad personal. Simplemente citó las Escrituras de memoria.<br />
Nosotros debemos hacer lo mismo. Hay poder en la Palabra de Dios, y Satanás le tiene miedo.<br />
Nunca trates de discutir <strong>con</strong> el diablo. Él discute mejor que tú, porque ha tenido miles de años para<br />
practicar. No puedes engañar a Satanás <strong>con</strong> la lógica o <strong>con</strong> tu opinión, pero sí puedes usar el arma que lo