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Una Vida con Proposito - Iglesia Adventista Agape

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<strong>Una</strong> <strong>Vida</strong> <strong>con</strong> <strong>Proposito</strong>.doc<br />

Hasta ahora hemos visto que este viaje involucra creer (mediante la adoración), pertenecer (en la<br />

comunión), y llegar a ser (mediante el discipulado). Dios quiere que llegues a ser un poco más como Él<br />

cada día: “Ustedes han empezado a vivir la vida nueva, en la cual están siendo renovados y están<br />

llegando a ser como el que los hizo”. 3<br />

Hoy estamos obsesionados por la velocidad, pero Dios está más interesado en la fortaleza y la<br />

estabilidad que en la rapidez. Queremos el arreglo rápido, el atajo, la solución inmediata. Un sermón, un<br />

seminario o una experiencia que resuelva todos los problemas al instante, quite las tentaciones y nos<br />

libere de todos los dolores del crecimiento. Pero la verdadera madurez nunca es resultado de una sola<br />

experiencia, no importa cuán poderosa o <strong>con</strong>movedora llegue a ser. El crecimiento es gradual. La Biblia<br />

dice: “Nuestras vidas gradualmente se vuelven más luminosas y más hermosas mientras Dios entra en<br />

nuestras vidas y llegamos a ser como Él”. 4<br />

¿POR QUÉ TOMA TANTO TIEMPO?<br />

Aunque Dios podría transformarnos en un instante, decidió desarrollarnos lentamente. Jesús<br />

entrena a sus discípulos de forma pausada. Así como Dios les permitió a los israelitas tomar la tierra<br />

prometida “poco a poco” 5 para que no quedaran agobiados, prefiere trabajar en nuestras vidas<br />

avanzando paso a paso.<br />

¿Por qué toma tanto tiempo cambiar y crecer? Hay varias razones.<br />

Somos de lento aprendizaje. A menudo tenemos que releer una lección cuarenta o cincuenta veces<br />

para captarla realmente. Los problemas siguen repitiéndose, y pensamos: “¡Otra vez no! ¡Eso ya lo<br />

aprendí!”; pero dios sabe más. La historia de Israel ilustra cuán rápidamente olvidamos las lecciones que<br />

Dios nos enseña y cuán pronto regresamos a nuestros viejos modelos de <strong>con</strong>ducta. Necesitamos<br />

repetidas exposiciones de la lección.<br />

Tenemos mucho que desaprender. Muchas personas van a un psicólogo por un problema personal o<br />

relacional que desarrollaron durante años y le dicen: “Necesito que me arregle esta situación. Tengo una<br />

hora”. ¡Qué ilusos! Esperan una solución rápida a una dificultad histórica y profundamente arraigada.<br />

Dado que la mayoría de nuestros problemas ⎯y de todas nuestras malas costumbres⎯ no se<br />

desarrollaron de la noche a la mañana, es poco realista esperar que se marchen de inmediato.<br />

No hay ninguna píldora, oración o principio que deshaga al instante el daño provocado en el<br />

transcurso de muchos años. Requiere arduo trabajo de eliminación y sustitución. La Biblia lo llama<br />

“quitándose el viejo hombre” y “poniéndose el nuevo hombre”. 6 Aunque se te dio una naturaleza<br />

totalmente nueva en el momento de la <strong>con</strong>versión, todavía tienes viejos hábitos, modelos y prácticas que<br />

necesitan ser eliminados y reemplazados.<br />

Tememos enfrentar <strong>con</strong> humildad la verdad acerca de nosotros mismos. Ya he señalado que la<br />

verdad nos hará libres, pero a menudo primero nos hace sentir infelices. El temor de lo que podríamos<br />

descubrir si enfrentáramos <strong>con</strong> sinceridad nuestros defectos de carácter nos mantiene presos en la<br />

negación. Sólo en la medida que permitamos que Dios, <strong>con</strong> la luz de su verdad, ilumine nuestros<br />

defectos, fracasos y complejos, podremos empezar a trabajar en ellos. Por eso no podemos crecer sin<br />

una actitud humilde y <strong>con</strong> una buena disposición de aprender.<br />

A menudo el crecimiento es doloroso y nos asusta. No hay crecimiento sin cambio, no hay cambio<br />

sin temor o pérdida, y no hay pérdida sin dolor. Todo cambio involucra alguna clase de pérdida: debes<br />

desprenderte de las viejas costumbres para poder experimentar las nuevas. Tenemos miedo de estas<br />

nuestra propia derrota porque, como ocurre <strong>con</strong> un par de zapatos gastados, al menos son cómodos y<br />

familiares.<br />

A menudo las personas <strong>con</strong>struyen su identidad alrededor de sus defectos. Suelen decir: “Es que así<br />

soy yo cuando...” y “Así es como soy”. La preocupación in<strong>con</strong>sciente es que si abandono mi hábito, mi<br />

herida o mi complejo, ¿quién seré? Este temor definitivamente puede frenar tu crecimiento.<br />

Desarrollar hábitos lleva tiempo. Recuerda que tu carácter es la suma de todos tus hábitos. No<br />

puedes decir que eres amable a menos que por costumbre lo seas, muestras tu gentileza aun sin

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