Una Vida con Proposito - Iglesia Adventista Agape
Una Vida con Proposito - Iglesia Adventista Agape
Una Vida con Proposito - Iglesia Adventista Agape
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
127<br />
<strong>Una</strong> <strong>Vida</strong> <strong>con</strong> <strong>Proposito</strong>.doc<br />
Parte de aceptar tu forma es re<strong>con</strong>ocer tus limitaciones. Nadie es bueno en todas las cosas, y<br />
ninguno es llamado a hacerlas todas. Cada uno tiene sus roles definidos. Pablo entendió que su llamado<br />
no era para llevar a cabo todas las cosas o complacer a cada uno, sino que se enfocó sólo en el ministerio<br />
particular que Dios había formado para él. 10 Pablo dijo: “Nuestra meta es estar dentro de los límites<br />
del plan de Dios para nosotros”. 11<br />
La palabra límites se refiere al hecho de que Dios asigna a cada uno un área o campo de acción para<br />
el servicio. Tu forma determina tu especialidad. Cuando tratamos de ampliar demasiado nuestro<br />
ministerio más allá del radio de acción para el que Dios nos ha formado, sufrimos estrés. Así como en<br />
una competencia a cada corredor se le da un carril para que corra en él, individualmente debemos<br />
“correr <strong>con</strong> paciencia la carrera particular que Dios ha puesto delante de nosotros”. 12 No tengas envidia<br />
de los corredores de la línea próxima a la tuya, sólo enfócate en terminar tu carrera.<br />
Dios quiere que disfrutes usando la forma que te ha dado. La Biblia dice: “Asegúrate de hacer lo que<br />
debes, porque después disfrutarás la satisfacción personal de haber hecho tu trabajo bien, y no<br />
necesitas compararte <strong>con</strong> cualquier otro”. 13 Satanás tratará de robarte el gozo del servicio en dos<br />
maneras: tentándote para que compares tu ministerio <strong>con</strong> las expectativas de los otros, y tentándote a<br />
<strong>con</strong>formar tu ministerio <strong>con</strong> las expectativas de los otros. Ambas son trampas mortales que te<br />
distraerán del servicio de la manera en que dios quiere que lo sirvas. En el momento que pierdas el gozo<br />
en tu ministerio, comienza a <strong>con</strong>siderar si una de estas tentaciones es la causa. La Biblia nos advierte<br />
que nunca nos comparemos <strong>con</strong> otros: “Haz tu propio trabajo bien, para que entonces tengas de qué<br />
estar orgulloso. Pero no te compares <strong>con</strong> otros”. 14 Hay dos razones por las que nunca debes comparar tu<br />
forma, tu ministerio o sus resultados <strong>con</strong> ningún otro. Primero, en<strong>con</strong>trarás siempre a alguien que<br />
parece estar haciendo mejor trabajo que el tuyo y eso te desanimará. O hallarás siempre a alguien que<br />
parece que no es efectivo como tú y eso te llenará de orgullo. Cualquiera de estas actitudes te pondrán<br />
fuera de servicio y te robarán tu gozo.<br />
Pablo dice que es necio compararnos <strong>con</strong> otros: “Nosotros no nos atrevamos a igualarnos ni a<br />
DÍA TREINTA Y DOS:<br />
USA LO QUE<br />
DIOS TE HA<br />
DADO.<br />
compararnos <strong>con</strong> algunos que se recomiendan a sí mismos. Al medirse <strong>con</strong><br />
su propia medida y compararse unos <strong>con</strong> otros, no saben lo que hacen”. 15<br />
La Biblia El Mensaje lo parafrasea así: “En todas estas comparaciones,<br />
calificaciones y competencias, ellos pierden completamente el punto”. 16<br />
En<strong>con</strong>trarás personas que por no entender tu forma para ministrar, te<br />
criticarán y tratarán de llevarte a lo que ellos piensan que debes hacer.<br />
Debes ignorarlos. Pablo tuvo que enfrentar críticos que mal interpretaron<br />
y difamaron su servicio. Su respuesta siempre fue la misma: Evita las comparaciones, resiste las<br />
exageraciones, y ve sólo las recomendaciones de Dios. 17<br />
<strong>Una</strong> de las razones por las que Pablo fue grandemente usado por dios fue porque rechazó ser<br />
distraído por la crítica, o por la comparación de su ministerio <strong>con</strong> el de otros, o por enfrascarse en<br />
debates vanos acerca de su ministerio. Tal como John Bunyan lo dijo: “Si mi vida no tiene fruto, no<br />
importa quién me alabe; y si mi vida tiene fruto, no importa quién me critique”.<br />
MANTENTE DESARROLLANDO TU FORMA<br />
La parábola de los talentos nos enseña que Dios espera de nosotros que hagamos lo máximo <strong>con</strong> lo<br />
que Él nos da. Debemos cultivar nuestros dones y habilidades, manteniendo nuestros corazones<br />
ardientes, creciendo en nuestro carácter y personalidad, ampliando nuestras experiencias de manera<br />
que cada vez seamos más eficaces en nuestro servicio. Pablo les dijo a los Filipenses: “Que el amor de<br />
ustedes abunde cada vez más en <strong>con</strong>ocimiento y en buen juicio”, 18 y le recordó a Timoteo que “avives la<br />
llama del don de Dios que recibiste”. 19<br />
Si no ejercitas tus músculos, se debilitan y atrofian. De la misma manera, si no utilizas las<br />
habilidades y destrezas que dios te ha dado, las perderás. Jesús enseñó la parábola de los talentos para