Una Vida con Proposito - Iglesia Adventista Agape
Una Vida con Proposito - Iglesia Adventista Agape
Una Vida con Proposito - Iglesia Adventista Agape
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
131<br />
<strong>Una</strong> <strong>Vida</strong> <strong>con</strong> <strong>Proposito</strong>.doc<br />
servir. Él hizo todas estas cosas y no fueron molestia para su grandeza, lo hizo porque quiere que<br />
sigamos su ejemplo. 8<br />
Las tareas pequeñas a menudo muestran un gran corazón. Tu corazón de siervo se revela en hechos<br />
pequeños que otros no piensan hacer, como cuando Pablo juntó la madera para hacer una fogata y<br />
calentar a todos después del naufragio. 9 Estaba tan exhausto como todos, sin embargo hizo lo que los<br />
demás necesitaban. Ninguna tarea te molesta cuando tienes un corazón de siervo.<br />
Las grandes oportunidades a menudo se disimulan en pequeñas tareas; las cosas pequeñas en la vida<br />
determinan las grandes. No busques hacer grandes tareas para Dios, haz las que te ponga por delante y<br />
Él te asignará cualquiera que quiera que hagas. Antes de intentar cosas extraordinarias, trata <strong>con</strong> las<br />
ordinarias. 10<br />
Siempre habrá más gente queriendo hacer “grandes” cosas para Dios que cosas pequeñas. La carrera<br />
para ser líder está abarrotada mientras que el campo para quienes quieren ser siervos es amplio y<br />
abierto. A veces sirves hacia arriba a su superiores, y a veces sirves hacia abajo, a aquellos en<br />
necesidad. De cualquier manera, desarrollas un corazón de siervo cuando anhelas hacer cualquier cosa<br />
que se necesite.<br />
Los siervos verdaderos son fieles a su ministerio. Los siervos terminan sus tareas, cumplen <strong>con</strong><br />
sus responsabilidades, mantienen sus promesas y completan sus compromisos. No dejan el trabajo a<br />
medias ni lo abandonan cuando se desaniman; son dignos de <strong>con</strong>fianza y responsables.<br />
La fidelidad siempre ha sido una cualidad excepcional. 11<br />
La mayoría de las personas no <strong>con</strong>oce el significado del compromiso. Se comprometen casualmente<br />
pero luego incumplen por cualquier razón y sin ninguna duda, remordimiento o lamento. Cada semana, las<br />
iglesias y muchas organizaciones deben improvisar debido a que los voluntarios nunca se prepararon o<br />
nunca llegaron o nunca llamaron para decir que no podrían asistir. ¿Puedes <strong>con</strong>tar <strong>con</strong> otros? ¿Tienes<br />
promesas, votos que cumplir, o compromisos que necesitas honrar? Esta es una prueba. Dios prueba tu<br />
fidelidad. Si pasas el examen estás en buena compañía: Abraham, Moisés, Samuel, David, Daniel,<br />
Timoteo y Pablo fueron llamados siervos fieles de Dios. Aún mejor, Dios ha prometido recompensar tu<br />
fidelidad en la eternidad. Imagínate lo que sentirás cuando Él te diga: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel!<br />
En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu Señor1”. 12<br />
Por otra parte, los siervos nunca se retiran. Sirven fielmente tanto como vivan. Puedes jubilarte de<br />
tu carrera, pero nunca del servicio a Dios.<br />
Los siervos verdaderos mantienen un bajo perfil. Los siervos no se promueven ni llaman la atención<br />
sobre sí mismos. En vez de actuar para impresionar y resaltar su éxito, “se ponen el delantal de<br />
humildad para servirse unos a otros”. 13 Si se les re<strong>con</strong>oce por su servicio, humildemente lo aceptan,<br />
pero no permiten que la notoriedad los distraiga de sus trabajos.<br />
Pablo expuso un tipo de servicio que parece ser espiritual pero realmente es puesto en su sitio, para<br />
mostrar un hecho que llama la atención. Él lo llamó”servir al ojo”, 14 para referirse a los que sirven <strong>con</strong> la<br />
intención de impresionar a las personas para que vean cuán espirituales son. Este era el pecado de los<br />
fariseos, que ayudaban a otros, daban y siempre oraba unos por otros en actos públicos. Jesús <strong>con</strong>dena<br />
esa actitud y advierte: “Cuando hagas buenas obras, no trates de vanagloriarte. Si lo haces, no<br />
recibirás recompensa de tu Padre en el cielo”. 15<br />
La autopromoción y el servicio no se mezclan. Los siervos verdaderos no sirven para ser aprobados o<br />
aplaudidos; viven para una sola audiencia: Dios. Como dijo Pablo: “Si yo buscara agradar a otros, no sería<br />
siervo de Cristo”. 16<br />
No en<strong>con</strong>trarás muchos siervos verdaderos expuestos a la luz, de hecho, lo niegan si es posible. Se<br />
<strong>con</strong>tentan sirviendo en silencio bajo las sombras. José es un gran ejemplo. Nunca llamó la atención a sí<br />
mismo, sino que en silencio sirvió a Potifar, a su carcelero, al copero y al panadero del Faraón, y Dios lo<br />
bendijo por esa actitud. Cuando el Faraón lo promovió a una posición importante, José todavía mantuvo<br />
un corazón de siervo, aun <strong>con</strong> sus hermanos, que lo traicionaron.<br />
Desafortunadamente, muchos líderes de hoy empiezan como siervos y terminan como celebridades.<br />
Empiezan a <strong>con</strong>vertirse en adictos a la atención, in<strong>con</strong>scientes de que eso siempre los ciega. Puedes