Una Vida con Proposito - Iglesia Adventista Agape
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CÓMO RESTAURAR UNA RELACIÓN<br />
79<br />
<strong>Una</strong> <strong>Vida</strong> <strong>con</strong> <strong>Proposito</strong>.doc<br />
Como creyentes, Dios nos ha llamado a restablecer nuestras relaciones unos <strong>con</strong> otros. 8 Hay siete<br />
pasos bíblicos para restaurar el compañerismo:<br />
Habla <strong>con</strong> Dios antes que <strong>con</strong> la persona. Conversa <strong>con</strong> Dios acerca del problema. Si oras acerca<br />
del <strong>con</strong>flicto antes de ir <strong>con</strong> el chisme a un amigo, descubrirás que tú o la otra persona cambian de<br />
parecer sin ayuda de nadie. Nuestras relaciones serían mejores si sólo oráramos más por ellas.<br />
DÍA VEINTE:<br />
RESTAURA EL<br />
COMPAÑERISMO.<br />
Como lo hizo David <strong>con</strong> sus salmos, usa la oración para ventilar hacia<br />
arriba. Cuéntale a Dios tus frustraciones. Clama a Dios. Él nunca se<br />
sorprende ni se disgusta por nuestro enojo, dolor, inseguridad o<br />
cualquier otra emoción. Cuéntale exactamente cómo te sientes.<br />
Muchos <strong>con</strong>flictos se originan en necesidades insatisfechas.<br />
Algunas de ellas sólo pueden ser satisfechas por Dios. Cuando<br />
esperamos que una persona, ya sea un amigo, un cónyuge, un jefe o un pariente, satisfaga una necesidad<br />
que sólo Dios puede suplir, nos exponemos a la decepción y la amargura. Nadie puede satisfacer todas<br />
nuestras necesidades, sólo Dios puede hacerlo.<br />
Como bien señaló el apóstol Santiago, muchos de nuestros <strong>con</strong>flictos obedecen a la falta de oración:<br />
“¿De dónde surgen las guerras y los <strong>con</strong>flictos entre ustedes?... Desean algo y no lo <strong>con</strong>siguen... No<br />
tiene porque no piden”. 9 en vez de depender de Dios, dependemos de los demás para ser felices y luego<br />
nos enojamos cuando nos fallan. Dios nos invita a acudir a Él primero.<br />
Toma la iniciativa siempre. No importa quién haya sido el ofendido o quién ofendió a quién: Dios<br />
espera que des el primer paso. No esperes por la otra persona. Preséntate ante ella. Restaurar el<br />
compañerismo cuando se rompe es tan importante que Jesús le asignó prioridad por encima de la<br />
adoración colectiva. Dijo: “Si entras en tu lugar de adoración y, al presentar tu ofrenda, recuerdas de<br />
pronto que tu hermano tiene algo <strong>con</strong>tra ti, deja tu ofrenda, ve directamente a donde se encuentra tu<br />
amigo y hagan las paces. Entonces, y sólo entonces, vuelve y relaciónate <strong>con</strong> Dios. 10<br />
Cuando el compañerismo sea tirante o se rompa, planifica inmediatamente una <strong>con</strong>ferencia de paz.<br />
No la postergues, no pongas excusas o prometas “Ya me encargaré de este asunto algún día”. Fija una<br />
fecha para tener una reunión personal tan pronto como sea posible. La demora sólo sirve para aumentar<br />
el resentimiento y complicar las cosas. En casos de <strong>con</strong>flicto, el tiempo no cura las heridas; las inflama.<br />
Actuar prontamente, además, reduce el daño espiritual que puedes sufrir. La Biblia dice que<br />
nuestros pecados, incluyendo los <strong>con</strong>flictos no resueltos, impiden nuestra comunión <strong>con</strong> Dios y que<br />
nuestras oraciones sean <strong>con</strong>testadas, 11 además de hacernos sentir desgraciados. Los amigos de Job le<br />
recordaron que “preocuparse hasta la muerte <strong>con</strong> el resentimiento sería una necedad, una insensatez! Y<br />
que “sólo <strong>con</strong>sigues lastimarte <strong>con</strong> tu enojo”. 12<br />
El éxito de una <strong>con</strong>ferencia de paz muchas veces depende de escoger el momento y el lugar correcto<br />
para reunirse. No se reúnan cuando dos estén cansados ni cuando puedan ser interrumpidos. El mejor<br />
momento es cuando los dos se encuentren en un buen estado de ánimo.<br />
Sé comprensivo. Usa tus oídos más que tu boca. Antes de intentar resolver un desacuerdo, escucha<br />
atentamente los sentimientos de la otra persona. Pablo a<strong>con</strong>sejó: “Cada uno debe velar no sólo por sus<br />
propios intereses sino también por los intereses de los demás”. 13 El término “velar” es el vocablo griego<br />
skopos, de donde provienen nuestras palabras telescopio y microscopio. Significa ver de cerca.<br />
Enfócate en los sentimientos, no en los hechos. Comienza <strong>con</strong> la compasión, no <strong>con</strong> las soluciones.<br />
Al principio, no discutas <strong>con</strong> las personas acerca de sus sentimientos. Sólo escucha y permite que se<br />
desahoguen emocionalmente sin ponerte a la defensiva. Asienta <strong>con</strong> tu cabeza para demostrarle que la<br />
entiendes, aunque no estés de acuerdo. Los sentimientos no siempre son infalibles o lógicos. Por el<br />
<strong>con</strong>trario, el resentimiento hace que pensemos o que hagamos tonterías. David admitió su equivocación:<br />
“Cuando mis pensamientos estaban llenos de amargura y mis sentimientos estaban heridos, ¡fui tan<br />
estúpido como un animal!”. 14 Todos podemos actuar bestialmente cuando nos sentimos lastimados.<br />
Por el <strong>con</strong>trario, la Biblia dice: “El buen juicio hace al hombre paciente: su gloria es pasar por alto la<br />
ofensa”. 15 La sabiduría produce paciencia y se adquiere escuchando otras perspectivas. Cuando