08.05.2013 Views

Una Vida con Proposito - Iglesia Adventista Agape

Una Vida con Proposito - Iglesia Adventista Agape

Una Vida con Proposito - Iglesia Adventista Agape

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

14<br />

Cuando Dios parece distante<br />

El SEÑOR ha es<strong>con</strong>dido su rostro del pueblo...<br />

pero yo esperaré en Él, pues en Él tengo<br />

puesta mi esperanza.<br />

Isaías 8:17 (NVI)<br />

54<br />

<strong>Una</strong> <strong>Vida</strong> <strong>con</strong> <strong>Proposito</strong>.doc<br />

Dios es real, sin importar cómo te sientas.<br />

Cuando las cosas marchan bien en nuestra vida, es fácil adorar a Dios: cuando nos ha provisto<br />

alimento, amigos, familia, salud y alegría. Pero las circunstancias no siempre son tan agradables. ¿Cómo<br />

adoramos a Dios, entonces? ¿Qué hacemos cuando Dios parece estar a millones de kilómetros de<br />

distancia?<br />

El grado de adoración más profundo es alabar a Dios a pesar del dolor: agradecer a Dios durante una<br />

prueba, <strong>con</strong>fiar en Él durante la tentación, aceptar el sufrimiento y amarlo aunque parezca distante.<br />

La prueba de la amistad es la separación y el silencio; cuando estamos separados por una distancia<br />

física o nos vemos imposibilitados de hablar. En el caso de nuestra amistad <strong>con</strong> Dios, no siempre nos<br />

sentimos cercanos a Él. Philip Yancey, puntualiza: “En cualquier relación hay momentos de intimidad y<br />

momentos de distanciamiento, y en la relación <strong>con</strong> Dios, no importa lo íntima que sea, el péndulo también<br />

se moverá de un lado a otro”. 1 Entonces sí que la adoración se pone difícil.<br />

Para madurar nuestra amistad, Dios la pondrá a prueba <strong>con</strong> períodos de aparente separación:<br />

momentos en que sentiremos que nos abandonó nos olvidó. Dios parecerá estar a millones de kilómetros.<br />

San Juan de la Cruz se refirió a esos días de sequía espiritual, duda y distanciamiento de Dios, como “la<br />

oscura noche del alma”. Henri Houwen los llamó “el ministerio de la ausencia”. A.W. Toser los llamó “el<br />

ministerio de la noche”. Otros los llamaron “el invierno del corazón”.<br />

Aparte de Jesús, David fue quien posiblemente tuvo más amistad <strong>con</strong> Dios. El Señor tenía el placer<br />

de llamarlo “un hombre <strong>con</strong>forme a mi corazón”. 2 Sin embargo, David <strong>con</strong> frecuencia se quejaba de la<br />

aparente ausencia de Dios: “Dios mío, ¿por qué te quedas tan lejos? ¿por qué te es<strong>con</strong>des de mí cuando<br />

más te necesito?”, 3 “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Lejos estás para salvarme, lejos<br />

de mis palabras de lamento”; 4 “¿Por qué me has rechazado?”. 5<br />

Por supuesto, Dios en realidad no había dejado a David, como tampoco te dejará a ti. Ha prometido<br />

DÍA CATORCE:<br />

CUANDO<br />

DIOS<br />

PARECE<br />

DISTANTE.<br />

varias veces: “Nunca te dejaré ni te abandonaré”. 6 Pero Dios no te promete:<br />

“siempre sentirás mi presencia”. En efecto, Dios re<strong>con</strong>oce que a veces oculta<br />

su rostro de nosotros. 7 A veces es como si fuera un DEA, un “desaparecido<br />

en acción” en nuestra vida.<br />

Floyd McClung lo describe de la siguiente manera: “Te despiertas una<br />

mañana y todos tus sentimientos espirituales han desparecido. Oras, pero no<br />

pasa nada. Reprendes al diablo, pero nada cambia. Realizas tus ejercicios<br />

espirituales... les pides a tus amigos que oren por ti... <strong>con</strong>fiesas todos los<br />

pecados que puedas imaginar y les pides perdón a todos tus <strong>con</strong>ocidos. Ayunas... pero no pasa nada.<br />

Comienzas a preguntarte cuánto tiempo durará esta penumbra espiritual. ¿Días? ¿Semanas? ¿Meses?<br />

¿Terminará algún día?... sientes que tus oraciones rebotan en el techo. Al borde de la desesperación,<br />

gritas: “¿Qué me pasa?”. 8<br />

La verdad es que ¡nada está mal! Es una parte normal de la prueba y la maduración de nuestra<br />

amistad <strong>con</strong> Dios. Todos los cristianos atravesamos esta situación por lo menos una vez, y por lo general<br />

varias veces. Es dolorosa y des<strong>con</strong>certante, pero es absolutamente vital para el desarrollo de la fe. Job<br />

no perdió la esperanza cuando no sentía la presencia de Dios en su vida porque tenía esa certeza. Dijo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!