Una Vida con Proposito - Iglesia Adventista Agape
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<strong>Una</strong> <strong>Vida</strong> <strong>con</strong> <strong>Proposito</strong>.doc<br />
estar <strong>con</strong>vencido de su inocencia porque “si me dirijo hacia el este, no está allí; si me encamino al oeste,<br />
no lo encuentro. Si está ocupado en el norte, no lo veo; si se vuelve al sur; no alcanzo a percibirlo. Él, en<br />
cambio, <strong>con</strong>oce mis caminos; si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro”. 9<br />
Cuando Dios parece distante, puedes sentir que está enojado <strong>con</strong>tigo o que te está disciplinando por<br />
algún pecado. Es cierto, el pecado sí nos puede desvincular de la amistad íntima <strong>con</strong> Dios. Entristecemos<br />
al Espíritu de Dios y apagamos nuestra comunión <strong>con</strong> la desobediencia, el <strong>con</strong>flicto <strong>con</strong> los demás, las<br />
múltiples ocupaciones, la amistad <strong>con</strong> el mundo y otros pecados. 10<br />
Pero este sentimiento de abandono y distanciamiento de Dios no suele tener nada que ver <strong>con</strong> el<br />
pecado. Es una prueba de fe, una que todos debemos enfrentar: ¿seguirás amando, <strong>con</strong>fiando,<br />
obedeciendo y adorando a Dios aunque no sientas su presencia ni tengas prueba evidente y visible de su<br />
obra en tu vida?<br />
En la actualidad, el error más común de los cristianos <strong>con</strong> respecto a la adoración es que buscan una<br />
experiencia, más que a Dios. Buscan un sentimiento y, si lo encuentran, <strong>con</strong>cluyen que han adorado. ¡Qué<br />
equivocación! En realidad, Dios suele retirar nuestros sentimientos para que no dependamos de ellos. La<br />
adoración no es la búsqueda de un sentimiento, incluso si se trata de uno de intimidad <strong>con</strong> Cristo.<br />
Cuando eras un cristiano “en pañales”, Dios te dio varias emociones y <strong>con</strong>testaba tus oraciones<br />
inmaduras y egocéntricas, para que <strong>con</strong>firmaras su existencia. Pero a medida que crecemos en la fe, nos<br />
aparta gradualmente de esas dependencias.<br />
La omnipresencia de Dios y la manifestación de su presencia son dos cosas distintas. <strong>Una</strong>, es un<br />
hecho; la otra, es un sentimiento. Dios está siempre presente, aunque no estemos <strong>con</strong>scientes de Él; su<br />
presencia es demasiado profunda para medirla <strong>con</strong> meras emociones.<br />
Sí, Dios quiere que sientas su presencia, pero prefiere que <strong>con</strong>fíes en Él aunque no lo sientas. A Dios<br />
le agrada la fe, no los sentimientos.<br />
Las situaciones que más apelarán a tu fe serán aquellas cuando tu vida se derrumbe y no puedas<br />
percibir a Dios. Fue lo que le sucedió a Job. En un solo día perdió todo: su familia, su negocio, su salud,<br />
todas sus posesiones. Fue de lo más desalentador: ¡por treinta y siete capítulos Dios no dijo nada!<br />
¿Cómo podemos alabar a Dios cuando no entendemos lo que pasa en nuestra vida y Él calla? ¿Cómo<br />
mantener el vínculo en medio de una crisis si no hay comunicación? ¿Cómo mantener la vista en Jesús<br />
cuando nuestros ojos están llenos de lágrimas? Hagamos lo que hizo Job: “Se dejó caer al suelo en<br />
actitud de adoración. Entonces dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir: el<br />
Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!”. 11<br />
Cuéntale a Dios exactamente cómo te sientes. Derrama tu corazón ante Dios. Descarga todas tus<br />
emociones y sentimientos. Job lo hizo cuando dijo: “¡No guardaré silencio! Estoy enojado y amargado.<br />
¡Tengo que hablar!”. 12 Cuando Dios parecía distante añoraba: “¡Qué días aquellos, cuando yo estaba en mi<br />
apogeo y Dios bendecía mi casa <strong>con</strong> su íntima amistad!”. 13 Dios puede encargarse de las dudas, el enojo,<br />
el temor, el dolor, la <strong>con</strong>fusión y las preguntas que tengas.<br />
¿Sabes que re<strong>con</strong>ocer tu desesperanza ante Dios puede ser una afirmación de fe? Es posible <strong>con</strong>fiar<br />
en Dios y sentirse afligido al mismo tiempo. David escribió: “Aunque digo: “Me encuentro muy afligido”,<br />
sigo creyendo en Dios”. 14 Puede parecer una <strong>con</strong>tradicción: <strong>con</strong>fío en Dios, ¡pero estoy destrozado! La<br />
franqueza de David en realidad revela una profunda fe. En primer lugar, creía en Dios. Segundo, creía<br />
que Dios escuchaba su oración. Tercero, creía que Dios le permitiría decir lo que sentía y lo seguiría<br />
amando.<br />
Concéntrate en quién es Dios, en su naturaleza inmutable. A pesar de las circunstancias y de los<br />
sentimientos, depende del carácter inmutable de Dios. Recuerda las verdades eternas de Dios: Él es<br />
bueno, me ama, está <strong>con</strong>migo, sabe lo que me pasa, se interesa en mí, tiene un plan para mi vida. V.<br />
Raymond Edman dijo: “Nunca dudes en la oscuridad de lo que Dios te dijo en la luz”.<br />
Cuando la vida de Job se desmoronó, y Dios mantuvo silencio, Job todavía en<strong>con</strong>tró motivos para<br />
alabar a Dios:<br />
Él es bueno y amoroso. 15<br />
Él es todopoderoso. 16