Una Vida con Proposito - Iglesia Adventista Agape
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<strong>Una</strong> <strong>Vida</strong> <strong>con</strong> <strong>Proposito</strong>.doc<br />
Él <strong>con</strong>oce todos los detalles de mi vida. 17<br />
Él tiene el <strong>con</strong>trol. 18<br />
Él tiene un plan para mi vida. 19<br />
Él me salvará. 20<br />
Confía en que Dios cumplirá sus promesas. Durante las épocas de sequía espiritual debemos<br />
depender pacientemente de las promesas de Dios y no de nuestras emociones; debemos re<strong>con</strong>ocer que<br />
nos está <strong>con</strong>duciendo a un grado más profundo de madurez. <strong>Una</strong> amistad basada en emociones es, sin<br />
duda, superficial.<br />
No te preocupes por tus preocupaciones. El carácter de Dios no cambia <strong>con</strong> las circunstancias. La<br />
gracia de Dios todavía tiene toda su fuerza; Él todavía está de tu lado, aunque no lo sientas. Cuando Job<br />
sintió la ausencia de Dios, siguió dependiendo de su Palabra: “No me he apartado de los mandamientos<br />
de sus labios; en lo más profundo de mi ser he atesorado las palabras de su boca”. 21<br />
Gracias a que <strong>con</strong>fiaba en la Palabra de Dios, Job pudo mantenerse fiel, aunque nada parecía tener<br />
sentido. Su fe era fuerte en medio del dolor. “Dios podrá matarme, pero todavía <strong>con</strong>fiaré en Él”. 22<br />
Adoras a Dios de una manera más profunda cuando mantienes tu <strong>con</strong>fianza en Él a pesar de que<br />
sientas que te ha abandonado.<br />
Recuerda lo que Dios hizo por ti. Aunque Dios nunca hubiera hecho algo por ti, aun así merecería<br />
tu <strong>con</strong>tinua alabanza por el resto de tu vida por lo que Jesús hizo en la cruz. ¡El hijo de Dios murió por<br />
ti! Ese es el motivo más importante de la adoración.<br />
Por desgracia, olvidamos la crueldad del sacrificio y la agonía que Dios sufrió en nuestro lugar. La<br />
familiaridad genera complacencia. Incluso antes de su crucifixión, al Hijo de Dios lo desnudaron y lo<br />
golpearon hasta dejarlo irre<strong>con</strong>ocible; lo azotaron, lo insultaron y se burlaron de Él, le pusieron una<br />
corona de espinas y lo escupieron <strong>con</strong> desprecio. Hombres crueles abusaron de Jesús y lo ridiculizaron,<br />
lo trataron peor que a un animal.<br />
Después de estar casi in<strong>con</strong>sciente por las hemorragias, lo obligaron a cargar una pesada cruz por un<br />
camino ascendente, lo clavaron en una cruz y lo dejaron morir lentamente, en una atroz muerte por<br />
crucifixión. Mientras se desangraba, tuvo que escuchar las burlas y los insultos del gentío que se<br />
divertía viendo su dolor, desafiando su afirmación de ser Dios.<br />
Además, mientras el Señor cargaba todo el pecado y la culpa de la humanidad sobre su persona. Dios<br />
miró a otro lado y Jesús exclamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Él pudo haberse<br />
salvado a sí mismo, pero entonces no habría podido salvarte a ti.<br />
No hay palabras que puedan explicar la oscuridad de ese momento. ¿Por qué Dios permitió y toleró<br />
ese maltrato tan espantoso y malvado? ¿Por qué? Para que no tuvieras que pasar la eternidad en el<br />
infierno, y para que pudieras estar en su gloria para siempre. La Biblia dice: “Al que no cometió pecado<br />
alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador; para que en Él recibiéramos la justicia de Dios”. 23<br />
Jesús dio todo de sí para que tuvieras todo. Murió para que pudieras vivir para siempre. Eso por sí<br />
solo ya es suficiente para merecer tu gratitud y alabanza <strong>con</strong>tinua. Nunca más te preguntes qué motivos<br />
tienes para agradecer a Dios.