Una Vida con Proposito - Iglesia Adventista Agape
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<strong>Una</strong> <strong>Vida</strong> <strong>con</strong> <strong>Proposito</strong>.doc<br />
responde a Dios, no a una melodía. En realidad, algunas canciones sentimentales e introspectivas<br />
entorpecen la adoración porque de <strong>con</strong>centrarnos en Dios, pasamos enfocarnos en nuestros<br />
sentimientos. Cuando adoramos, el factor de mayor distracción somos nosotros mismos: nuestros<br />
intereses y preocupaciones acerca de la impresión que damos.<br />
Los cristianos no se ponen de acuerdo <strong>con</strong> respecto a la manera más adecuada o auténtica de alabar<br />
a Dios, pero estos argumentos lo que más reflejan son las distintas personalidades y trasfondos. La<br />
Biblia menciona diversas formas de alabanza: la <strong>con</strong>fesión, el canto, los clamores, el estar de pie, el<br />
arrodillarse, el baile, el hacer ruidos de gozo, el testimonio, la utilización de instrumentos musicales y al<br />
alzar las manos. 4 El mejor estilo de adoración es el que más auténticamente representa nuestro amor a<br />
Dios, basado en el trasfondo y la personalidad que Dios nos dio.<br />
Mi amigo Gary Thomas se dio cuenta de que muchos cristianos en lugar de tener una amistad<br />
vibrante <strong>con</strong> Dios, parecen estancarse en la costumbre ⎯la adoración ser <strong>con</strong>vierte en una rutina<br />
insatisfactoria⎯ porque se obligan a usar métodos devocionales o estilos de adoración que no se<br />
adaptan a la unicidad <strong>con</strong> que Dios los creó.<br />
Gary se preguntó: “Si Dios <strong>con</strong> toda intención nos creó a todos distintos, ¿por qué deberíamos<br />
amarlo de la misma manera?”. De la lectura de los clásicos cristianos y basado en entrevistas, Gary<br />
descubrió que los cristianos, en el transcurso de dos mil años, han seguido diversos caminos para<br />
disfrutar la intimidad <strong>con</strong> Dios: al aire libre, por medio del estudio, <strong>con</strong> el canto, <strong>con</strong> la danza, <strong>con</strong><br />
expresiones artísticas, en el servicio a los demás, en la soledad, en comunión <strong>con</strong> otras personas, y<br />
participando de muchas otras actividades.<br />
En su libro Sacred Pathways (Sendas Sagradas), Gary identifica nueve maneras que las personas<br />
usan para acercarse a Dios: a los naturalistas, nada los inspira más a amar a Dios que estar al aire libre,<br />
en un entorno natural. Los sensoriales, que aman a Dios <strong>con</strong> sus sentidos y aprecian los hermosos cultos<br />
de adoración que involucran la vista, el sabor, el olfato y el tacto, además de sus oídos.<br />
Los tradicionalistas, que se acercan a Dios mediante rituales, liturgias, símbolos y estructuras<br />
estables. Los ascéticos, que prefieren amar a Dios en soledad y sencillez. Los activistas, que aman a<br />
Dios enfrentándose al mal, luchando <strong>con</strong>tra la injusticia y esforzándose por hacer de este mundo un<br />
mejor lugar para vivir. Los cuidadores, que aman a Dios cuidando a los demás y satisfaciendo sus<br />
necesidades. Los entusiastas, que aman a Dios <strong>con</strong> celebraciones. Los <strong>con</strong>templativos, que aman a Dios<br />
<strong>con</strong> la adoración. Los intelectuales aman a Dios entendiéndolo <strong>con</strong> sus mentes. 5<br />
En cuanto a la adoración y la amistad <strong>con</strong> Dios no existen las “tallas únicas”. <strong>Una</strong> cosa sí es cierta: No<br />
darás gloria a Dios intentando ser alguien que Él nunca se propuso que fueses. Dios quiere que seas tú<br />
mismo. El Padre está “buscando personas que, cuando lo adoren, sean sencilla y sinceramente ellas<br />
mismas cuando se presenten ante Él”. 6<br />
A Dios le agrada la adoración reflexiva. El mandamiento de Jesús de “amar a Dios <strong>con</strong> toda tu<br />
mente” se repite cuatro veces en el Nuevo Testamento. A Dios no le agrada que cantemos himnos,<br />
oremos <strong>con</strong> apatía y exclamemos <strong>con</strong> indiferencia. ¡Gloria a Dios!, sin pensar en lo que hacemos, porque<br />
no se nos ocurre otra cosa que decir en ese momento. Si no pensamos en lo que hacemos cuando<br />
adoramos, la adoración no sirve. Tu mente debe estar puesta en lo que haces.<br />
Jesús tildó de “vanas repeticiones” 7 a la adoración distraída. El mal uso puede <strong>con</strong>vertir hasta los<br />
términos bíblicos en frases gastadas, cuando olvidamos su significado. Cuando adoramos, es mucho más<br />
fácil ofrecer oraciones rutinarias que esforzarnos por honrar a Dios <strong>con</strong> palabras y <strong>con</strong> gestos llenos de<br />
frescura. Por eso los animo a leer las Escrituras usando distintas versiones y paráfrasis. Eso es útil<br />
DÍA TRECE:<br />
LA<br />
ADORACIÓN<br />
QUE AGRADA<br />
A DIOS.<br />
para enriquecer nuestras expresiones de adoración.<br />
Trata de alabar a Dios sin usar las palabras alabanza, aleluya, gracias,<br />
gloria a Dios o amén. En vez de decir: “Sólo queremos alabarte”, haz una<br />
lista de sinónimos y usa palabras más novedosas como admirar; respetar;<br />
valorar; reverenciar; honrar y apreciar.