Una Vida con Proposito - Iglesia Adventista Agape
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<strong>Una</strong> <strong>Vida</strong> <strong>con</strong> <strong>Proposito</strong>.doc<br />
Dios creó a todos los seres humanos, pero no todos son sus hijos. Para llegar a formar parte de la<br />
familia de Dios hay una única manera: nacer de nuevo. Con el primer nacimiento formamos parte de una<br />
familia humana, pero nos <strong>con</strong>vertimos en miembros de la familia de Dios <strong>con</strong> el segundo. Dios nos ha<br />
dado “el privilegio de nacer de nuevo, para poder pertenecer a la propia familia de Dios”. 3<br />
La invitación a formar parte de la familia de Dios es universal, 4 pero hay una <strong>con</strong>dición: tener fe en<br />
Jesús. La Escritura dice: “Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús”. 5<br />
Tu familia espiritual es aun más importante que tu familia física porque durará para siempre.<br />
Nuestras familias en esta tierra son dones maravillosos de Dios, pero son pasajeras y frágiles, en<br />
ocasiones divididas por el divorcio, la distancia, la vejez e, inevitablemente, la muerte. En cambio,<br />
nuestra familia espiritual ⎯nuestras relaciones <strong>con</strong> los demás creyentes ⎯ <strong>con</strong>tinuarán por la<br />
eternidad. Es una unión más fuerte, un vínculo más permanente que la <strong>con</strong>sanguinidad. Cuando Pablo se<br />
detenía a <strong>con</strong>siderar el propósito eterno de Dios para nosotros, dejaba escapar la alabanza: “Cuando<br />
pienso en lo sabio y amplio de su plan, me arrodillo y oro al Padre de la gran familia, algunos miembros<br />
de esta gran familia ya están en el cielo y otros están todavía aquí en la tierra...” 6<br />
BENEFICIOS DE PERTENECER A LA FAMILIA DE DIOS<br />
Cuando nacimos espiritualmente en la familia de Dios, recibimos algunos regalos asombrosos: ¡el<br />
nombre de la familia, la semejanza a la familia, los privilegios familiares, el acceso a la intimidad de la<br />
familia y la herencia familiar! 7 La Biblia dice que “como somos hijos de Dios, todo lo que Él tiene nos<br />
pertenece”. 8<br />
El Nuevo Testamento pone de relieve nuestra rica “herencia”. Nos dice que “mi Dios les proveerá de<br />
todo lo que necesiten, <strong>con</strong>forme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús”. 9 Como hijos de Dios<br />
tenemos parte en la fortuna familiar. Aquí en la tierra Dios nos da “las riquezas... de su gracia...<br />
bondad... paciencia... gloria... sabiduría... poder... y misericordia”. 10 Pero en la eternidad recibiremos aún<br />
más.<br />
Pablo quiere que sepamos “cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos”. 11 ¿Qué incluye<br />
exactamente esa herencia? Primero, estaremos <strong>con</strong> Dios para siempre. 12 Segundo, seremos<br />
completamente transformados para ser como Cristo. 13 Tercero, estaremos libres de pena, muerte y<br />
sufrimiento. 14 Cuarto, recibiremos una recompensa y nos asignará puesto de servicio. 15 Quinto,<br />
podremos compartir la gloria de Cristo. 16 ¡Qué herencia! Eres mucho más rico de lo que crees.<br />
La Biblia afirma que Dios “tiene reservada una herencia incalculable para sus hijos. Está <strong>con</strong>servada<br />
para ti, pura e indestructible, in<strong>con</strong>taminada e inmarchitable”. 17 Eso significa que nuestra herencia<br />
eterna es invalorable, pura, permanente y está protegida. Nadie nos da puede quitar; tampoco hay<br />
guerras, e<strong>con</strong>omías recesivas o desastres naturales que la puedan destruir. Nuestro objetivo y empeño<br />
debería ser esta herencia eterna, no la jubilación. Pablo dice: “Hagan lo que hagan, trabajen de buena<br />
gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, <strong>con</strong>scientes de que el Señor los<br />
recompensará <strong>con</strong> su herencia”. 18 La jubilación es una meta a corto plazo. Deberíamos vivir a la luz de la<br />
eternidad.<br />
EL BAUTISMO NOS IDENTIFICA CON LA FAMILIA DE DIOS<br />
Las familias saludables tienen orgullo familiar: sus miembros no se avergüenzan de ser re<strong>con</strong>ocidos<br />
DÍA QUINCE:<br />
HECHO PARA<br />
LA FAMILIA<br />
DE DIOS.<br />
como parte de ella. Por desgracia, he <strong>con</strong>ocido a muchos creyentes que<br />
nunca se han identificado públicamente <strong>con</strong> su familia espiritual como<br />
Jesús lo ordenó: por medio del bautismo.<br />
Este no es un ritual opcional, que pueda retrasarse o postergarse.<br />
Representa nuestra pertenencia a la familia de Dios. Es el anuncio público<br />
al mundo de que “no me avergüenzo de ser parte de la familia de Dios”.<br />
¿Te bautizaste? Jesús ordenó este acto hermoso para todos los miembros