08.05.2013 Views

fabricantes de rebelion

fabricantes de rebelion

fabricantes de rebelion

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Che en todo esto). ¿Y qué hay <strong>de</strong> la organización revolucionaria? Obviamente que la<br />

expansión <strong>de</strong> todo esto “es” la organización revolucionaria por excelencia, ahora, como<br />

siempre es necesario quien ponga la primera piedra y ayu<strong>de</strong> a pren<strong>de</strong>r la chispa. No hay<br />

peor impotencia que la quietud <strong>de</strong>l espontaneismo. La organización militante (la<br />

maquinaria revolucionaria) en este aspecto sigue siendo una experiencia inacabada pero<br />

muy necesaria; algo que ya nada tiene que ver con la vieja fórmula <strong>de</strong> los partidos<br />

sometidos a las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> sus respectivos “burós”, pero que sigue teniendo las<br />

características <strong>de</strong> un espacio con la solvencia moral, experiencia práctica y la<br />

cualificación intelectual suficiente como para darle una direccionalidad política<br />

coherente a una diversidad que, aunque no tiene nada <strong>de</strong> caótica, al menos hasta ahora<br />

sigue <strong>de</strong>mostrando una enorme ineficiencia unitaria. Su relación con esa diversidad no<br />

es en absoluto instrumental sino motivante y solidaria. En <strong>de</strong>finitiva, la nueva<br />

organización revolucionaria no es más que una experiencia que apenas comienza, muy<br />

frágil aún como lo <strong>de</strong>muestran una cantidad <strong>de</strong> experiencias mundiales, todavía atascada<br />

en terribles situaciones guerra como el caso colombiano, <strong>de</strong> palestina, <strong>de</strong>l kurdistan, o el<br />

<strong>de</strong> euskadi, pero a<strong>de</strong>más, penetrada por los efectos <strong>de</strong> una memoria fatal; un edipo<br />

culposo que acomplejiza a cualquiera, todavía repleto <strong>de</strong> pesadísimos dogmatismos<br />

i<strong>de</strong>ologizantes o <strong>de</strong> pérdidas en el camino que han <strong>de</strong>jado paralizado a más <strong>de</strong> uno (nos<br />

anotamos en la lista). Pero atención, esperemos que nunca jamás tengamos que vernos<br />

con esos gigantes vacíos que portaban la autoridad <strong>de</strong> vigilar y comandar<br />

burocráticamente la lucha <strong>de</strong> los pueblos. Más <strong>de</strong> medio siglo se perdió haciéndole caso<br />

a semejante bestialidad.<br />

Retomando el tema <strong>de</strong> los criterios <strong>de</strong> victoria, pareciera que comienza a<br />

aclararse una vía para refundarlos <strong>de</strong> una manera más sólida. Fin <strong>de</strong> “la historia sagrada<br />

<strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s revoluciones”, ahora tendremos que ver cuáles son los momentos, los<br />

espacios, los campos <strong>de</strong> lucha, las iniciativas creadoras, don<strong>de</strong> efectivamente se avanzó<br />

y se logró victoria en aquellas experiencias, lo que implica partirlas en mil pedazos,<br />

tomar una buena lupa, y volverlas a contar (seguro que la calentera será madre cuando<br />

veamos a <strong>de</strong>talle -mucho más <strong>de</strong> lo que hoy sabemos- <strong>de</strong> que manera <strong>de</strong>strozaron esas<br />

pequeñas victorias los mandarines <strong>de</strong> la revolución). Igual tendremos que hacer allí<br />

don<strong>de</strong> “no hubo revolución”, y don<strong>de</strong> quizás nos encontremos con revoluciones mucho<br />

más profundas que las oficiales que nunca fueron reconocidas y menos i<strong>de</strong>alizadas. Y<br />

hacia <strong>de</strong>lante, los criterios originarios pue<strong>de</strong>n seguir siendo buenas brújulas para el<br />

juicio, aunque pue<strong>de</strong>n añadirse otras: la “toma <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r”, los “alcances <strong>de</strong> clase” <strong>de</strong> las<br />

medidas adoptadas, es bueno mantenerlas sólo que en este caso hay que precisar mejor<br />

<strong>de</strong> qué po<strong>de</strong>r estamos hablando y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> quién es que toman las dichosas<br />

medidas.<br />

No sé hasta dón<strong>de</strong> este sea un criterio totalmente compartido, creo que aún tiene<br />

muchas resistencias con argumentos perfectamente respetables, pero en todo caso el<br />

“bay bay” al po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Estado Nacional, es un hecho cada vez más palpable <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

las prácticas revolucionarias que venimos recogiendo. No es que por milagro ahora<br />

todos se han convertido al anarquismo, en absoluto, el problema es que los tales estados<br />

se <strong>de</strong>shacen como centros <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r; el estado ya no es un espacio susceptible <strong>de</strong><br />

“vaciarse” a través <strong>de</strong> una acto revolucionario y ser sustituido por esquemas estatales<br />

alternativos, y no fuimos ni los marxistas ni los anarquistas quienes acabamos -o

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!