fabricantes de rebelion
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violentista que infun<strong>de</strong>n los medios <strong>de</strong> comunicación. De esta manera oímos como los<br />
gritos revolucionarios multiplican sus ecos en las palabras <strong>de</strong> esta vasta nobleza popular,<br />
pero al mismo tiempo somos testigos <strong>de</strong> las innumerables ocasiones en que ella misma<br />
es capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> todo tipo <strong>de</strong> principios, horizontes i<strong>de</strong>ológicos, coherencia<br />
en su acción, sustituyéndola por una verborrea radicalizada que no tiene correspon<strong>de</strong>ncia<br />
alguna con las prácticas concretas. Obviamente esto no es un problema <strong>de</strong> mera<br />
<strong>de</strong>scomposición ¨moral¨; en este caso el ¨vaciamiento cultural¨ y la ¨regresión material¨<br />
que estamos viviendo nos conduce hacia un inevitable ¨<strong>de</strong>sarme i<strong>de</strong>ológico¨ que en este<br />
caso ayuda a atrofiar los valores <strong>de</strong> bondad, <strong>de</strong> consecuencia, <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ro y cotidiano<br />
heroismo, con que ha <strong>de</strong> estar recubierto ese pequeño caudillo igualitario.<br />
Si a esto le sumamos el retraimiento generalizado en la formación tanto política<br />
como instrumental gracias al advenimiento <strong>de</strong>l ¨new age¨ <strong>de</strong> la globalización o la<br />
paulatina <strong>de</strong>sintegración <strong>de</strong> todos los sistemas formales y no formales <strong>de</strong> educación más<br />
la inigualable hambruna por la que han tenido que pasar muchos <strong>de</strong> los dirigentes<br />
menores y que no siempre ha servido ni para ¨tensar el acero¨ ni medio cable, pues <strong>de</strong><br />
verdad que la imagen <strong>de</strong>l cuadro caudillesco se nos torna bien lamentable. Una<br />
consecuencia muy temprana <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> situación la veremos más a<strong>de</strong>lante con el<br />
<strong>de</strong>sarrollo civil <strong>de</strong>l MBR.200 y mucho más con la aparición <strong>de</strong>l MVR, don<strong>de</strong> habrá que<br />
<strong>de</strong>stacar como la difícil ecuación <strong>de</strong> armonizar los valores universales encarnados en el<br />
gran caudillo, las formas <strong>de</strong> la conciencia colectiva, y las reivindicaciones concretas <strong>de</strong><br />
la población, una buena porción <strong>de</strong> este nuevo reguero <strong>de</strong> pequeños caudillos lo han<br />
convertido en una ecuación mucho más compleja y hasta paradójica, la cual consiste en<br />
armonizar el radicalismo revolucionario igualitarista y antirepresentativo que el gran<br />
caudillo <strong>de</strong> hoy encarna, con sus intereses personales y grupales por conquistar los<br />
nuevos cargos <strong>de</strong> representación que se han abierto ya sea en el partido, los cuerpos<br />
<strong>de</strong>liberantes <strong>de</strong>l estado, o la burocracia; se trata en fin <strong>de</strong> la recomposición en pleno <strong>de</strong><br />
la <strong>de</strong>mocracia totalitaria <strong>de</strong>l puntofijismo.<br />
Pero no nos limitemos sólo al nivel fenoménico <strong>de</strong>l asunto, lo cierto es que,<br />
primero, todo el entrampamiento en el que fuimos cayendo, viéndolo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong><br />
vista <strong>de</strong> una sociedad cuyas conexiones internas se parecen mucho más a la <strong>de</strong> una<br />
¨sociedad <strong>de</strong> excluídos¨ que a las <strong>de</strong> una clásica ¨sociedad civil¨, nos permiten si no<br />
justificar sí compren<strong>de</strong>r por qué el caudillismo igualitario termina enredado en este tipo<br />
<strong>de</strong> situaciones paradógicas, <strong>de</strong>svirtuando toda la obra <strong>de</strong> la rebelión colectiva. Por otra<br />
parte, es <strong>de</strong> notar que nos encontramos encerrados en un círculo vicioso que <strong>de</strong> no<br />
encontrarle una salida realmente profunda y sólida, <strong>de</strong> nada nos servirán las acusaciones<br />
externas al proceso mismo o los llamados a una nueva gesta heroica con nuevos mesías<br />
y los panteones menores saneados.<br />
El círculo consiste en reafirmar por un lado el componente esencial <strong>de</strong>l modo <strong>de</strong><br />
resistencia en tanto enfrentamiento al régimen <strong>de</strong> representación y en el giro <strong>de</strong> vuelta se<br />
restituyen las modalida<strong>de</strong>s más primitivas <strong>de</strong> la racionalidad representativa, y en<br />
general, <strong>de</strong> la manipulación autoritaria. La vigencia misma <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo caudillista como<br />
personaje que con<strong>de</strong>nsa y conduce la totalidad <strong>de</strong> la voluntad colectiva y su<br />
multiplicación por todos los rincones sociales, lleva en esencia este tipo <strong>de</strong> paradojas,<br />
sean quienes sean los príncipes y sea cual sea el programa político que reivindiquen. El