fabricantes de rebelion
fabricantes de rebelion
fabricantes de rebelion
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
gran o el pequeño caudillo por más que se esfuerce en negarse a sí mismo, siempre<br />
ten<strong>de</strong>rá a verticalizar las relaciones <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r a su favor, siéndole útil el mensaje<br />
antirepresentativo e igualitarista en la medida en que le sirve para imponerse sobre la<br />
dinámica <strong>de</strong> las instituciones tradicionales <strong>de</strong>l estado liberal, pero al mismo tiempo<br />
jamás podrá llevar hasta sus últimas consecuencias este arrase institucional ya que<br />
estaría aceptando la autonomía <strong>de</strong> las clases sociales no participantes ni invitadas a<br />
participar en este tipo <strong>de</strong> instituciones. Necesita por tanto negociar con ellas, establecer<br />
una relación <strong>de</strong> coexistencia más o menos conflictiva <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> las circunstancias,<br />
y garantizar su propia presencia en estas instituciones a través <strong>de</strong> un aparato político<br />
obediente a él y <strong>de</strong>dicado a tales fines, extendiendo así su cuerpo y su voluntad hacia las<br />
formas institucionales. Igual pasará en la base don<strong>de</strong> los llamados a fortalecer el<br />
mandato directo <strong>de</strong> las clases más oprimidas por parte <strong>de</strong> los pequeños caudillos nunca<br />
podrá llevarse a un mo<strong>de</strong>lo efectivo <strong>de</strong> dinámicas <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r ya que esto le <strong>de</strong>sbarataría<br />
totalmente su rol central.<br />
No es ahora con la emergencia <strong>de</strong>l chavismo que terminamos acorralados en este<br />
enredo; todos los movimientos populares han estado cruzados por disputas eternas<br />
aparentemente político-i<strong>de</strong>ológicas, pero que a la vez escon<strong>de</strong>n los afanes <strong>de</strong>spóticos<br />
que aún se reproduce <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ellos. Sus disputas por tanto más que una lucha <strong>de</strong><br />
ten<strong>de</strong>ncias o <strong>de</strong> la hegemonía i<strong>de</strong>ológica, se han centrado en el control personal y grupal<br />
<strong>de</strong>l espacio político-social que les es inmediato. Por ello el eterno bamboleo entre la<br />
unificación y potenciación <strong>de</strong> estos movimientos y su posterior <strong>de</strong>bilitamiento y<br />
dispersión. Y más bajo aún, se trata <strong>de</strong> una sociedad cuya organización y cuyas<br />
relaciones sociales están inscritas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esta mareja <strong>de</strong> códigos autoritarios que se<br />
asientan en el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> fomentar una solidaridad igualitaria para luego matarla en la<br />
práctica <strong>de</strong>l mandatario único. Son códigos que recogemos <strong>de</strong> la eterna noche <strong>de</strong>l<br />
sub<strong>de</strong>sarrollo pero que son finalmente reforzados por la incrustación igualmente pobre<br />
<strong>de</strong> libertad pero aún más enfermos <strong>de</strong> individualismo que nos han ofrendado tanto los<br />
mo<strong>de</strong>los clásicos <strong>de</strong>l industrialismo monopólico capitalista como los nuevos regalitos<br />
navi<strong>de</strong>ños que nos han llegado a través <strong>de</strong> los Santa Claus <strong>de</strong>l capitalismo postindustrial<br />
e informático. Y más abajo todavía, como efecto <strong>de</strong> las codificaciones verticalistas que<br />
subyacen a las prácticas sociales <strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong> un sub<strong>de</strong>sarrollo malpreñado por el<br />
industrialismo y la globalización, nos encontramos con la constitución <strong>de</strong> un<br />
inconsciente colectivo don<strong>de</strong> se han cocinado las pautas necesarias para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong><br />
una conducta que tien<strong>de</strong> a ser sana, afectiva y muy alegre, pero que a la vez sublima en<br />
el sometimiento al otro o el autosometimiento su propia vitalidad igualitaria y afectiva.<br />
Pero como ya lo notamos, todos estos principados, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el más alto hasta el más<br />
bajo, han comenzado a <strong>de</strong>teriorarse tremendamente como mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> conducción<br />
política, ya les es muy difícil jugar el papel redignificante, heróico, frente a la totalidad<br />
<strong>de</strong> las clases <strong>de</strong>sposeídas y calladas. Su gesta igualitarista se convierte <strong>de</strong> más en más en<br />
un juego <strong>de</strong> tramposerías discursivas sin ningún apego al compromiso fundamental por<br />
redimir <strong>de</strong> su miseria y la sumisión a los suyos. En la medida en que se frotan en un solo<br />
espacio societario los tiempos <strong>de</strong> la premo<strong>de</strong>rnidad, la mo<strong>de</strong>rnidad, hasta la<br />
posmo<strong>de</strong>rnidad, en esa misma medida el caudillo igualitarista se <strong>de</strong>scompone, se<br />
individualiza él también y con ello preten<strong>de</strong> autonomizarse <strong>de</strong>l mundo social que lo ha<br />
creado. Algunos pocos agarran el rumbo contrario y se radicalizan regresando a los