Tercer Testamento - El Libro de la Vida Verdadera
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Hoy no os daré tierras en el mundo para que <strong>la</strong>s cultivéis; vuestras tierras <strong>la</strong>s hal<strong>la</strong>réis en los corazones; unos han<br />
venido a empezar a cultivar, otros a concluir una obra comenzada tiempo ha y otros a recoger el fruto <strong>de</strong> su siembra.<br />
57 No pretexten los padres <strong>de</strong> familia que tienen muchos hijos, que su tiempo está <strong>de</strong>dicado únicamente a ganar el pan<br />
<strong>de</strong> cada día, y que por esa causa no pue<strong>de</strong>n pensar en hacer el bien a los <strong>de</strong>más.<br />
58 No me digan los varones que se sienten incapaces <strong>de</strong> enseñar mi Ley. A todos os digo que en vuestro camino sobran<br />
ocasiones en que podéis sembrar mi semil<strong>la</strong> sin per<strong>de</strong>r vuestro tiempo y sin <strong>de</strong>saten<strong>de</strong>r vuestros <strong>de</strong>beres.<br />
59 Servidme y Yo os serviré.<br />
60 No sufra <strong>de</strong>cepción vuestro corazón, si al sembrar amor en vuestros hijos o en vuestros hermanos sólo recogéis <strong>de</strong><br />
ellos dolor; bien sabéis lo que Jesús sembró en el mundo y lo que recogió; mas Él sabía que no estaba en el mundo <strong>la</strong><br />
cosecha, sino en el Cielo cuando el tiempo llegara. También vosotros, discípulos, imitando en paciencia al Maestro, no<br />
busquéis ganar dones ni compensaciones en <strong>la</strong> Tierra, mas sí esperad <strong>la</strong> hora <strong>de</strong> vuestro gozo en el Más Allá.<br />
De Enseñanza 130<br />
Jueves <strong>de</strong> Semana Santa<br />
3 Ya es tiempo <strong>de</strong> que reine el Espíritu <strong>de</strong> Verdad y se aparte <strong>de</strong>l corazón <strong>de</strong> los hombres el fanatismo religioso.<br />
4 En este instante siente mi Espíritu un gozo muy gran<strong>de</strong> al encontrarme entre mis discípulos, a quienes vengo a ofrecer<br />
el vino <strong>de</strong> mi mesa <strong>de</strong> amor, no el vino <strong>de</strong> uva que nunca <strong>de</strong>jará <strong>de</strong> ser el jugo <strong>de</strong> <strong>la</strong> vid, sino mi propia vida espiritual.<br />
5 Ha pasado ya el tiempo en que os dije que recordaseis el Santo Cenáculo, tomando el pan y el vino en memoria mía.<br />
Hoy vengo a enseñar a vuestro espíritu a alimentarse con <strong>la</strong> esencia <strong>de</strong> mi enseñanza <strong>de</strong> amor, prescindiendo <strong>de</strong> todo<br />
simbolismo.<br />
6 No vengo a tratar <strong>de</strong> haceros recordar dolores que correspondieron a otra era, aunque sí vais a llorar con mi lección,<br />
pero ese l<strong>la</strong>nto <strong>de</strong>berá ser <strong>de</strong> arrepentimiento.<br />
7 <strong>El</strong> mundo es un cáliz lleno <strong>de</strong> amargura, mas Cristo, el Verbo <strong>de</strong>l Padre, viene lleno <strong>de</strong> amor a continuar <strong>la</strong> enseñanza<br />
<strong>de</strong> infinita caridad que he dado a los hombres.<br />
En este tiempo vengo a mostraros el sen<strong>de</strong>ro que <strong>de</strong>béis seguir para alcanzar <strong>la</strong> re<strong>de</strong>nción <strong>de</strong> vuestros pecados; mas no<br />
quiero que tan sólo llevéis a Cristo en vuestro pensamiento, sino que testifiquéis con obras <strong>de</strong> amor <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong> su<br />
Doctrina.<br />
8 Ved cómo en este día muchos <strong>de</strong> mis hijos simbolizan erróneamente aquel<strong>la</strong> cena en <strong>la</strong> que por última vez me reuní<br />
con mis discípulos; mi pa<strong>la</strong>bra, mis lecciones <strong>de</strong> amor, han sido falseadas. En este instante el Verbo Divino, en<br />
comunicación directa con todos los espíritus, os entrega su amor, así como repartió el pan entre sus apóstoles.<br />
9 He aquí al Cristo, el príncipe <strong>de</strong> <strong>la</strong> paz, a quien <strong>la</strong>s turbas juzgaron agitador y rebel<strong>de</strong>. Recordad que el Hombre Dios<br />
vino al mundo y dijo: Estos son mis hijos por los que daré hasta <strong>la</strong> última gota <strong>de</strong> mi sangre. Ahora, amados hijos míos,<br />
vengo a hab<strong>la</strong>ros sencil<strong>la</strong>mente. En aquel tiempo os hablé en parábo<strong>la</strong>, y muchas veces no me entendisteis, porque<br />
dabais un significado equivocado a mis pa<strong>la</strong>bras.<br />
10 Humanidad infinitamente amada por Mí: He vuelto a vos, mas no como me oísteis en el Primer Tiempo, ni como me<br />
mirasteis y escuchasteis en el Segundo; hoy vengo a entregaros mi enseñanza a través <strong>de</strong> un cerebro preparado por mi<br />
sabiduría.<br />
11 Entre mi pueblo siempre se han encontrado los que sienten <strong>la</strong> espiritualidad, así como los que únicamente persiguen<br />
los bienes materiales.<br />
En el Primer Tiempo, hubo veces en que mientras unos adoraban al becerro <strong>de</strong> oro, otros lloraban <strong>de</strong> temor ante Jehová;<br />
y en el Segundo, en el seno <strong>de</strong> mis apóstoles, estaba uno que ambicionaba recibir <strong>de</strong> Mí <strong>la</strong> potestad <strong>de</strong> convertir <strong>la</strong>s<br />
piedras en oro, pretextando que estaba bien el socorrer con dinero a los pobres que pa<strong>de</strong>cían hambre, al cual Yo le dije:<br />
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