Tercer Testamento - El Libro de la Vida Verdadera
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8 Al que hurta y sorpren<strong>de</strong> <strong>la</strong> buena fe <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, lo encuentro enriquecido, y el tirano es ensalzado y ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong><br />
adu<strong>la</strong>ciones; el que se mancha con sangre hermana es elevado a un alto sitial y los que son víctimas <strong>de</strong> <strong>la</strong> crueldad<br />
humana son humil<strong>la</strong>dos.<br />
9 Así contemplo vuestra vida, Humanidad. Veo muchas instituciones con nombres hermosos, pero <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s no brota<br />
verdad, amor ni caridad.<br />
Contemplo que en el seno <strong>de</strong> sectas y religiones se levantan los ministros diciendo a sus pueblos: -Haced el bien-. Y <strong>de</strong><br />
cierto os digo: <strong>El</strong> único que pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir -"Haced el bien"- soy Yo, porque sólo Yo os hago el bien; los hombres siempre<br />
<strong>de</strong>ben <strong>de</strong>cir: -Hagamos el bien-.<br />
23 Cuando esta reve<strong>la</strong>ción divina sea <strong>de</strong>bidamente interpretada por todos, <strong>de</strong>jará <strong>de</strong> haber suicidios y homicidios, nadie<br />
se quitará <strong>la</strong> vida y menos lo hará con <strong>la</strong> <strong>de</strong> su semejante.<br />
24 Si os dije en el Segundo Tiempo que todo ojo me vería, os cumpliré mi promesa haciéndome contemp<strong>la</strong>r y sentir por<br />
todos los hombres en toda mi verdad.<br />
De Enseñanza 317<br />
Pascua 1950<br />
2 Yo soy el camino, <strong>la</strong> verdad y <strong>la</strong> vida, os digo una vez más. Mi pa<strong>la</strong>bra es el pan que alimenta a vuestro espíritu, mi<br />
presencia os trae <strong>la</strong> paz anhe<strong>la</strong>da. ¡Cuántas pruebas habéis vivido en el mundo! Buscáis <strong>la</strong> paz y el consuelo en<br />
p<strong>la</strong>ceres <strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra, y al no encontrarlos habéis vuelto a Mí para <strong>de</strong>cirme: -Señor, sólo en Vos encontramos <strong>la</strong> paz y el<br />
consuelo para nuestro espíritu.<br />
6 De cierto os digo que el encuentro <strong>de</strong> mi Espíritu con el vuestro ha sido en el Más Allá. Os he enseñado a buscarme<br />
elevándoos por <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> oración y con esa pureza me encontráis en lo espiritual, porque en este tiempo no he<br />
venido a humanizarme; sólo me he servido <strong>de</strong>l entendimiento y corazón <strong>de</strong> mis criaturas, para manifestarme a través <strong>de</strong><br />
el<strong>la</strong>s.<br />
7 Os he dado este libro <strong>de</strong> enseñanzas para que los postreros conozcan también mis reve<strong>la</strong>ciones; os he repetido <strong>la</strong>s<br />
lecciones, he contemp<strong>la</strong>do que muchos han penetrado a mi Obra queriendo conocerlo todo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su principio, por ello<br />
os he repetido mi enseñanza. Os he dicho que <strong>El</strong>ías, por el conducto <strong>de</strong> Roque Rojas, abrió el <strong>Tercer</strong> Tiempo, para que<br />
encontraseis en vuestro camino al Divino Maestro.<br />
9 A todos quiero l<strong>la</strong>mar mis discípulos, pero recordad que el buen discípulo tiene que ser fiel a <strong>la</strong>s enseñanzas, imitando<br />
a su Maestro.<br />
10 Reconocéis que vuestra lucha espiritual es gran<strong>de</strong> aquí en <strong>la</strong> Tierra, y vuestro espíritu os hace presentir que cuando<br />
él penetre en aquel<strong>la</strong> vida que le espera más allá <strong>de</strong> este mundo, tendrá que continuar luchando por ascen<strong>de</strong>r.<br />
Meditando en esto llegáis a experimentar cierta tristeza al consi<strong>de</strong>rar que el <strong>de</strong>scanso no existe al terminar <strong>la</strong> vida<br />
humana. Esa tristeza no proviene <strong>de</strong>l espíritu sino <strong>de</strong> <strong>la</strong> carne, que es frágil y pequeña, porque su naturaleza no es<br />
eterna y tiene que amedrentarse ante <strong>la</strong> eternidad.<br />
11 Para el espíritu, <strong>la</strong> eternidad significa su mayor bendición. Si piensa en el goce, sabe que éste no tendrá fin, y si<br />
piensa en su restitución, sabe que tendrá tiempo <strong>de</strong> restaurar sus faltas y <strong>de</strong> perfeccionarse.<br />
12 <strong>El</strong> <strong>de</strong>scanso espiritual según lo entien<strong>de</strong> y lo concibe vuestra materia, no existe; el <strong>de</strong>scanso que espera al espíritu es<br />
<strong>la</strong> actividad, el multiplicarse haciendo el bien, el no <strong>de</strong>sperdiciar un instante. Entonces <strong>de</strong>scansa el espíritu, se aligera <strong>de</strong><br />
remordimientos y <strong>de</strong> penas, se recrea haciendo el bien, <strong>de</strong>scansa amando a su Creador y a sus hermanos.<br />
13 En verdad os digo que si a vuestro espíritu lo hiciera permanecer inactivo para que <strong>de</strong>scansara, según vosotros<br />
concebís el <strong>de</strong>scanso en <strong>la</strong> Tierra, se apo<strong>de</strong>raría <strong>de</strong> él <strong>la</strong> tinieb<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>sesperación y <strong>la</strong> angustia, porque <strong>la</strong> vida y <strong>la</strong><br />
luz <strong>de</strong>l espíritu, así como su dicha mayor, son el trabajo, <strong>la</strong> lucha, <strong>la</strong> incesante actividad.<br />
14 <strong>El</strong> espíritu que retorna <strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra al valle espiritual trayendo impresa en sí mismo <strong>la</strong> fatiga <strong>de</strong> <strong>la</strong> carne y llega<br />
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