Tercer Testamento - El Libro de la Vida Verdadera
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1 Dios es luz, amor, justicia; todo el que manifieste en su vida estos atributos, estará representando y honrando a su<br />
Señor.<br />
2 Todos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el más pequeño y humil<strong>de</strong> hasta el más elevado, <strong>de</strong>beríais saber qué es justicia, amor y sabiduría.<br />
Todos estáis obligados a compren<strong>de</strong>r que <strong>la</strong> Ley divina es inmutable, para que <strong>la</strong> améis sin pedir que cambie vuestro<br />
<strong>de</strong>stino.<br />
3 Sabed que si vuestro Padre, el Creador, no altera jamás una <strong>de</strong> sus leyes, vosotros no tenéis el más mínimo <strong>de</strong>recho a<br />
hacerlo.<br />
4 Es feliz vuestro espíritu, porque ahora ha logrado evolucionar, porque cada vez que viene a <strong>la</strong> Tierra a encarnar, trae<br />
un conocimiento <strong>de</strong> vidas pasadas; y <strong>la</strong> luz que recibe en el valle espiritual es experiencia, es faro que ilumina su camino<br />
<strong>de</strong> evolución.<br />
5 <strong>El</strong> conocimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida es <strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ra ciencia, es <strong>la</strong> luz eterna <strong>de</strong>l espíritu, y toda esa experiencia acumu<strong>la</strong>da es<br />
ciencia que vais adquiriendo.<br />
6 Al final, el único tesoro que conserve el espíritu, será el conocimiento adquirido en <strong>la</strong> lucha; por lo que os digo que esa<br />
luz, que es vuestra herencia, no <strong>de</strong>béis <strong>de</strong>rrochar<strong>la</strong> en obras superfluas, sólo en lo bueno, elevado y noble. Una<br />
semejanza <strong>de</strong> esto que os digo podéis encontrar<strong>la</strong> en <strong>la</strong> moneda <strong>de</strong>l mundo, que bien aplicada es bendición y, en<br />
cambio, <strong>de</strong>rrochada, sólo acarrea males.<br />
7 Tenéis que apren<strong>de</strong>r también a no <strong>de</strong>sesperar cuando <strong>la</strong> purificación transcurre lentamente, porque es entonces<br />
cuando muchas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l espíritu se acriso<strong>la</strong>n en el corazón, es cuando el hombre pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir en sí <strong>la</strong><br />
verda<strong>de</strong>ra oración, aquél<strong>la</strong> que va <strong>de</strong> espíritu a Espíritu, cal<strong>la</strong>da, silenciosa. Ahí podéis escuchar <strong>la</strong> voz <strong>de</strong> vuestro ser<br />
interno, <strong>de</strong> ese espíritu que siendo vuestro, no le conocéis.<br />
8 En vuestro corazón <strong>de</strong>cís: -Dios es justicia-. Entonces Yo os pregunto, si comprendéis que Dios es justicia y sabiduría<br />
perfectas, ¿por qué pretendéis a veces que <strong>la</strong>s leyes divinas sean modificadas?<br />
9 Juzgáis superficialmente, como si fueseis niños, ignorando que <strong>la</strong>s pruebas que os azotan son obra vuestra. Así,<br />
cuando el<strong>la</strong>s se <strong>de</strong>satan sobre vosotros, <strong>de</strong>seáis que se aparten, que los <strong>de</strong>signios sean cambiados para no sufrir, para<br />
<strong>de</strong>jar <strong>de</strong> apurar el cáliz amargo. Es que no podéis penetrar con vuestra vista en <strong>la</strong> realidad espiritual, para compren<strong>de</strong>r<br />
que todo aquello que recogéis es lo que habéis sembrado, y que todo dolor que a vosotros llega, es porque lo habéis<br />
atraído.<br />
10 No, no habéis sabido penetrar en <strong>la</strong> verdad, y es por eso que cuando el dolor embarga vuestro corazón, os creéis<br />
víctimas <strong>de</strong> una injusticia divina y Yo os digo que en Dios no pue<strong>de</strong> existir ni <strong>la</strong> menor injusticia.<br />
11 <strong>El</strong> amor <strong>de</strong> Dios es inalterable, inmutable y eterno, por eso quienes crean que el Espíritu Divino pue<strong>de</strong> verse poseído<br />
por <strong>la</strong> ira, por el furor y por <strong>la</strong> cólera, cometen grave error; esas f<strong>la</strong>quezas sólo son concebibles en los seres humanos,<br />
cuando les falta <strong>la</strong> elevación <strong>de</strong>l espíritu y el dominio sobre <strong>la</strong>s pasiones.<br />
12 A veces me <strong>de</strong>cís: -Señor, ¿por qué hemos <strong>de</strong> pagar consecuencias <strong>de</strong> obras que no son nuestras, y por qué hemos<br />
<strong>de</strong> venir a recoger el fruto amargo que otros han cultivado?- A lo cual Yo os respondo, que <strong>de</strong> esto nada sabéis, porque<br />
ignoráis quiénes habéis sido antes y cuáles han sido vuestras obras.<br />
13 ¡Cómo han falseado <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong> mi justicia todos los que van predicando una doctrina <strong>de</strong> temores, <strong>de</strong> castigos y <strong>de</strong><br />
ignorancia! Mas, ¿sabéis el porqué <strong>de</strong> esa actitud? Porque necesitan tener supremacía sobre los <strong>de</strong>más, porque no<br />
conocen <strong>la</strong> humildad, y en cambio tienen mucha vanidad para nombrarse poseedores <strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad y predilectos sobre<br />
los <strong>de</strong>más.<br />
14 Predican <strong>la</strong> ignorancia y atemorizan para no per<strong>de</strong>r su lugar <strong>de</strong> privilegiados.<br />
15 Sólo mi luz y mi piedad podrán salvar a <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s multitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l abismo y <strong>la</strong>s tinieb<strong>la</strong>s hacia don<strong>de</strong> son conducidas.<br />
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