Tercer Testamento - El Libro de la Vida Verdadera
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encontrando justa y natural esta forma <strong>de</strong> comunicación.<br />
93 Ésta es mi Doctrina; por tanto, no permitáis que el<strong>la</strong> sea confundida con aquel<strong>la</strong>s ciencias a través <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cuales los<br />
hombres sólo buscan <strong>la</strong> manifestación y <strong>la</strong> materialización <strong>de</strong> los espíritus.<br />
94 He l<strong>la</strong>mado a mi doctrina Espiritualismo, porque enseña <strong>la</strong> elevación <strong>de</strong>l espíritu y reve<strong>la</strong> al hombre todos los dones<br />
que posee para su perfeccionamiento.<br />
De Enseñanza 357<br />
1 Se presentan ante Mí en este día, un mancebo y una doncel<strong>la</strong> para pedirme que su unión sea ben<strong>de</strong>cida y sancionada<br />
por mi amor.<br />
2 Yo os recibo, hijos míos, no so<strong>la</strong>mente en esta hora porque siempre habéis estado Conmigo y Yo con vosotros.<br />
3 Venís a celebrar vuestra unión y Yo os digo: Ha mucho tiempo que estáis unidos por el <strong>de</strong>stino, pero es menester<br />
todavía que los hombres celebren un acto que atestigüe <strong>la</strong> comunión, el matrimonio <strong>de</strong> dos seres, para que sea<br />
reconocido y respetado espiritual y humanamente.<br />
7 Vais a penetrar en esa institución <strong>de</strong> amor, <strong>de</strong> sacrificio y <strong>de</strong> vida, <strong>de</strong> renunciación y <strong>de</strong> obediencia al <strong>de</strong>stino en<br />
cumplimiento <strong>de</strong> un i<strong>de</strong>al. Y para que vuestro paso sea firme en <strong>la</strong> nueva senda, venís en pos <strong>de</strong> luz y ésta <strong>la</strong> <strong>de</strong>rramo a<br />
raudales sobre vosotros.<br />
8 Varón, los dones que concedí al primer hombre en <strong>la</strong> Tierra os los he dado a vos: el talento, <strong>la</strong> voluntad y <strong>la</strong> energía;<br />
también <strong>la</strong> fuerza, <strong>la</strong> vida y <strong>la</strong> simiente. Lleváis en vuestra diestra simbólicamente una espada y en <strong>la</strong> siniestra un<br />
escudo, porque <strong>la</strong> vida terrestre os ofrece una lucha en <strong>la</strong> cual los hombres <strong>de</strong>béis ser soldados, guardianes <strong>de</strong> <strong>la</strong> paz, <strong>la</strong><br />
justicia y <strong>la</strong> virtud, <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> <strong>la</strong> Humanidad.<br />
Yo os hago soldado <strong>de</strong> esta lucha y pongo a vuestra siniestra, junto a vuestro corazón, a una doncel<strong>la</strong>. <strong>El</strong><strong>la</strong> es espiritual,<br />
moral y corporalmente, una flor cultivada por Mí en un huerto ameno, jardín codiciado por <strong>la</strong>s pasiones humanas, el cual<br />
María, <strong>la</strong> Madre divina, cuida y protege siempre y riega con <strong>la</strong>s aguas cristalinas y puras <strong>de</strong> su virginidad y castidad.<br />
9 Me habéis pedido con humildad esta flor y Yo os <strong>la</strong> entrego con amor. Esto es lo más gran<strong>de</strong> que pue<strong>de</strong> poseer el<br />
hombre en esta vida.<br />
No estáis ligados a vuestros padres, porque para cumplir este <strong>de</strong>stino os alejáis <strong>de</strong> ellos y quedáis en <strong>la</strong> senda <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
lucha. Vuestros hijos también, cuando sea llegado el tiempo <strong>de</strong> ir en busca <strong>de</strong> su <strong>de</strong>stino, se alejarán <strong>de</strong> vosotros,<br />
abandonarán el hogar paterno y sólo quedará cerca <strong>de</strong>l corazón <strong>de</strong>l varón <strong>la</strong> compañera <strong>de</strong> su vida, <strong>la</strong> mujer que eligió,<br />
<strong>la</strong> que ha compartido sus alegrías y sufrimientos y cuya unión sólo <strong>la</strong> muerte pue<strong>de</strong> separar.<br />
11 Sed el uno para el otro como un báculo; sed un manto amoroso que enjugue el l<strong>la</strong>nto, os digo a los dos, porque<br />
espiritualmente ambos sois iguales, no existe sexo o diferencia en el espíritu.<br />
No está alguno <strong>de</strong> los dos antes que el otro, pero ya encarnados, he colocado primero al varón y <strong>de</strong>spués a <strong>la</strong> mujer.<br />
12 Ser varón, para un espíritu, es prueba a que Yo lo someto. Ser mujer para un espíritu, es restitución también.<br />
13 En el varón está <strong>la</strong> fuerza y <strong>de</strong>be éste usar siempre <strong>la</strong> comprensión. En <strong>la</strong> mujer, preparada con ternura y<br />
sensibilidad, anida el amor y el sacrificio, y así, ambos se complementan.<br />
De esa unión, <strong>de</strong> esa comunión <strong>de</strong> espíritus y cuerpos, brota <strong>la</strong> vida como un río inagotable; <strong>de</strong> esa semil<strong>la</strong> y <strong>de</strong> esa<br />
tierra fecunda surge <strong>la</strong> simiente que no tiene fin.<br />
16 No ha sido <strong>la</strong> mano <strong>de</strong> un ministro <strong>la</strong> que ha sancionado vuestra unión, sino mi Ley eterna, mi amor. Yo os conduzco<br />
por el camino <strong>de</strong>l cumplimiento y al finalizar vuestra jornada rendiréis cuentas a vuestro Señor.<br />
17 Hoy os doy <strong>la</strong> simiente, una so<strong>la</strong>, y mañana me <strong>la</strong> entregaréis multiplicada.<br />
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