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Tercer Testamento - El Libro de la Vida Verdadera

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materiales <strong>de</strong> este mundo, es que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esta vida se encontrará cargando aún el fardo <strong>de</strong> sus errores y <strong>de</strong> sus<br />

ten<strong>de</strong>ncias. Entonces será muy gran<strong>de</strong> el sufrimiento <strong>de</strong> vuestro espíritu.<br />

43 Sacudid aquí vuestro fardo <strong>de</strong> pecados, cumplid con mi Ley y venid pronto. Pedid perdón a todos los que hubierais<br />

ofendido y <strong>de</strong>jad lo <strong>de</strong>más a Mí, pues corto os parecerá vuestro tiempo para amar si en verdad os <strong>de</strong>cidís a hacerlo.<br />

44 Vuelvo a <strong>de</strong>ciros que Yo no he <strong>de</strong>jado en el camino abrojos ni dolor. A través <strong>de</strong> Jesús os enseñé a apartar <strong>de</strong><br />

vosotros todas <strong>la</strong>s f<strong>la</strong>quezas para <strong>de</strong>mostraros mi amor y el po<strong>de</strong>r que él tiene, para enseñaros el verda<strong>de</strong>ro gozo que se<br />

encuentra en el espíritu con <strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ra humildad. Y con mi <strong>de</strong>spedida y mi promesa para estos tiempos, os <strong>de</strong>jé <strong>la</strong> paz,<br />

<strong>la</strong> luz <strong>de</strong> <strong>la</strong> esperanza y el anhelo <strong>de</strong> mi retorno.<br />

Mas vosotros no lo quisisteis enten<strong>de</strong>r así y seguisteis crucificándome para que Yo siguiese perdonándoos<br />

in<strong>de</strong>finidamente. Pero <strong>de</strong>béis compren<strong>de</strong>r que mi perdón no os evita <strong>la</strong>s consecuencias <strong>de</strong> vuestras faltas, porque los<br />

errores son vuestros, no míos.<br />

Mi perdón os estimu<strong>la</strong>, os consue<strong>la</strong>, porque al fin vendréis a Mí y Yo os recibiré con el amor <strong>de</strong> siempre; pero mientras<br />

no me busquéis por los caminos <strong>de</strong>l bien, <strong>de</strong>l amor y <strong>de</strong> <strong>la</strong> paz, ya lo sabéis y no <strong>de</strong>béis olvidarlo: <strong>El</strong> mal que hagáis o<br />

que penséis hacer, lo recibiréis <strong>de</strong>vuelto con creces.<br />

45 Estáis cosechando <strong>la</strong> siembra <strong>de</strong> vuestro materialismo y aunque quisierais que Yo aprobase vuestras obras, os<br />

equivocáis, porque soy inmutable en mi Ley, no procedo como vosotros quisierais porque <strong>de</strong>jaría <strong>de</strong> ser el camino, <strong>la</strong><br />

verdad y <strong>la</strong> vida.<br />

46 Vengo a nulificar vuestras leyes erróneas para que sólo os gobiernen <strong>la</strong>s que sean formadas por mis preceptos y<br />

estén conforme a mi sabiduría. Mis leyes son <strong>de</strong> amor y, por proce<strong>de</strong>r <strong>de</strong> mi Divinidad, son inalterables y eternas,<br />

mientras que <strong>la</strong>s vuestras son pasajeras y a veces crueles y egoístas.<br />

50 Muy c<strong>la</strong>ro contempláis el caos entre los hombres, para que no sigáis haciendo <strong>la</strong> ley a vuestro gusto.<br />

52 Ahora no vengo a levantar muertos en cuanto al cuerpo, como lo hice con Lázaro en el Segundo Tiempo; hoy viene<br />

mi luz levantando a los espíritus que son los que me pertenecen. Y éstos se levantarán con <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong> mi pa<strong>la</strong>bra a <strong>la</strong><br />

vida eterna, porque vuestro espíritu es el Lázaro que ahora lleváis en vuestro ser y al que Yo resucitaré y sanaré.<br />

53 Ya veis que <strong>la</strong> justicia divina es <strong>de</strong> amor, no es <strong>de</strong> castigo como <strong>la</strong> vuestra. ¿Qué sería <strong>de</strong> vosotros si Yo usara<br />

vuestras mismas leyes para juzgaros, ante Mí para quien no valen apariencias ni falsos argumentos? Si Yo os juzgase<br />

según vuestra maldad y usara vuestras leyes <strong>de</strong> dureza terrible, ¿qué sería <strong>de</strong> vosotros? Entonces sí me pediríais con<br />

justicia que tuviese clemencia.<br />

Mas no <strong>de</strong>béis temer porque mi amor nunca se marchita, ni cambia, ni pasa; en cambio, vosotros sí pasáis, morís y<br />

renacéis, os vais y luego volvéis; y así vais peregrinando, hasta que llegue el día en que reconozcáis a vuestro Padre y<br />

os sometáis a Su divina Ley.<br />

54 Vosotros aquí sois pasajeros, pero Yo soy eterno; vosotros pasáis gimiendo porque os alejáis <strong>de</strong>l sen<strong>de</strong>ro que os<br />

seña<strong>la</strong> mi Ley, mientras que Yo soy inmutable.<br />

De Enseñanza 22<br />

36 Practicad en el silencio que favorece al espíritu para que pueda encontrar a su Dios, ese silencio es como una fuente<br />

<strong>de</strong> c<strong>la</strong>ridad <strong>de</strong> mi sabiduría. <strong>El</strong> silencio es como un lugar cerrado con mural<strong>la</strong>s in<strong>de</strong>structibles, al que sólo tiene acceso el<br />

espíritu. <strong>El</strong> hombre lleva constantemente en su interior, el conocimiento <strong>de</strong>l lugar secreto en el que podrá comunicarse<br />

con Dios.<br />

37 No importa el lugar don<strong>de</strong> os encontréis, doquiera podréis comunicaros con vuestro Señor, ya sea que estéis en <strong>la</strong><br />

cumbre <strong>de</strong> <strong>la</strong> montaña o que os encontréis en <strong>la</strong> profundidad <strong>de</strong> un valle, en <strong>la</strong> inquietud <strong>de</strong> una ciudad, en <strong>la</strong> paz <strong>de</strong>l<br />

hogar o en medio <strong>de</strong> una lucha; si me buscáis en el interior <strong>de</strong> vuestro santuario en medio <strong>de</strong>l silencio profundo <strong>de</strong><br />

vuestra elevación, al instante <strong>la</strong>s puertas <strong>de</strong>l recinto universal e invisible se abrirán para que os sintáis verda<strong>de</strong>ramente<br />

en <strong>la</strong> casa <strong>de</strong> vuestro Padre, <strong>la</strong> cual existe en cada espíritu.<br />

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