Tercer Testamento - El Libro de la Vida Verdadera
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esos espíritus, os sentiríais indignos <strong>de</strong> l<strong>la</strong>maros sus padres. No les <strong>de</strong>is malos ejemplos, cuidaos <strong>de</strong> hacer escándalo<br />
<strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> los niños.<br />
40 Yo sé que en este tiempo, como nunca, existen problemas en el seno <strong>de</strong> los matrimonios, problemas a los que sólo<br />
les encuentran una solución: el distanciamiento, <strong>la</strong> separación.<br />
41 Si esta Humanidad tuviese <strong>de</strong>l conocimiento espiritual <strong>la</strong> noción necesaria, no incurriría en tan graves errores, porque<br />
encontraría en <strong>la</strong> oración y en <strong>la</strong> espiritualidad <strong>la</strong> inspiración para solucionar los trances más difíciles y vencer <strong>la</strong>s<br />
pruebas más duras.<br />
46 Antes que seguiros <strong>la</strong>mentando <strong>de</strong> vuestras penas en el mundo, <strong>de</strong>teneos a meditar unos instantes para que<br />
encontréis <strong>la</strong> causa <strong>de</strong> vuestras aflicciones.<br />
47 Yo os concedo que busquéis hasta encontrar <strong>la</strong> causa <strong>de</strong> vuestro dolor, a fin <strong>de</strong> que pongáis remedio, porque es a<br />
vosotros a quienes toca evitar que el dolor penetre en vuestro hogar. Yo os aseguro que no sólo hal<strong>la</strong>réis <strong>la</strong> causa <strong>de</strong><br />
cuanto os hace sufrir, sino que al mismo tiempo será reve<strong>la</strong>da <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> remediar vuestros males. Mi caridad<br />
<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>rá sobre quienes hayan sabido orar y meditar, y esa caridad será en vuestro espíritu y en vuestro cuerpo como<br />
bálsamo.<br />
48 Yo os probaré que el Conso<strong>la</strong>dor prometido ha llegado a vosotros, a enjugar vuestras lágrimas y a tornar vuestro<br />
dolor en paz.<br />
De Enseñanza 313<br />
1950<br />
7. Vos, pueblo, sois el misionero que en este <strong>Tercer</strong> Tiempo trazará sendas al espíritu <strong>de</strong> vuestros hermanos, sendas <strong>de</strong><br />
verdad que conduzcan al espíritu a <strong>la</strong> luz y a <strong>la</strong> paz. Vos sois quien habrá <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>r <strong>la</strong>zos espirituales entre los hombres,<br />
para que los pueblos lleguen a armonizar y a unirse.<br />
8. Hoy, a pesar <strong>de</strong> hal<strong>la</strong>ros bajo <strong>la</strong> influencia <strong>de</strong> mi pa<strong>la</strong>bra, dormís un plácido sueño, porque no os habéis dado cuenta<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> este tiempo ni <strong>de</strong> <strong>la</strong> magnitud <strong>de</strong> los cargos que estáis recibiendo, pero no siempre vais a dormir.<br />
Ya vienen los torbellinos a estremecer el fol<strong>la</strong>je <strong>de</strong> estos árboles, bajo cuya sombra habéis oído trinar al ruiseñor divino.<br />
Y cuando miréis cómo se agitan <strong>la</strong>s ramas y el tronco cruje, cuando miréis cómo caen <strong>la</strong>s hojas, los frutos y los nidos,<br />
entonces os daréis cuenta <strong>de</strong> que estabais durmiendo, porque no quisisteis escuchar <strong>la</strong> voz que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el infinito os<br />
prevenía, os hab<strong>la</strong>ba incansablemente, para que vivieseis alerta y nunca os sorprendiese el dolor.<br />
9. ¿No sería mejor que <strong>de</strong>spertaseis ahora con el eco <strong>de</strong> mi voz, que mañana con el estruendo <strong>de</strong> <strong>la</strong> tempestad?<br />
18. No creáis que os reproche si en vuestro corazón me mostraseis amor por vuestra vida en el mundo. Si vuestro <strong>de</strong>seo<br />
es noble y si queréis <strong>la</strong> existencia para honrar mi nombre, nada tendré que rec<strong>la</strong>maros; pero si vuestro arraigo en el<br />
mundo obe<strong>de</strong>ciese a insanas ambiciones o a pasiones bajas, entonces seré el primero en <strong>de</strong>ciros que no sois dignos <strong>de</strong><br />
habitar este mundo al que he colmado <strong>de</strong> bendiciones para a<strong>de</strong><strong>la</strong>nto <strong>de</strong> vuestro espíritu.<br />
20. No sabéis cuán meritorio es para el espíritu elevarse en medio <strong>de</strong> su condición humana, venciendo todas <strong>la</strong>s<br />
tentaciones <strong>de</strong>l mundo. Para alcanzar esos méritos, permití encarnar a vuestro espíritu y le hice habitar en mundos<br />
materiales, preparados sabiamente por Mí.<br />
21. Cada mundo, cada morada fue creada para que en el<strong>la</strong> el espíritu evolucionara y diese un paso hacia su Creador y<br />
así, avanzando más y más en <strong>la</strong> senda <strong>de</strong>l perfeccionamiento, pudiese tener ocasión <strong>de</strong> llegar b<strong>la</strong>nco, limpio y<br />
mo<strong>de</strong><strong>la</strong>do, al fin <strong>de</strong> su jornada, a <strong>la</strong> cima <strong>de</strong> <strong>la</strong> perfección espiritual, que es precisamente habitar en el Reino <strong>de</strong> Dios.<br />
22. ¿A quién le parece imposible llegar a habitar en el seno <strong>de</strong> Dios? ¡Ah, pobres mentes que no sabéis reflexionar!<br />
¿Ya olvidasteis que brotasteis <strong>de</strong> mi seno, o sea que ya antes habéis habitado en él? Nada extraño tendrá que todo<br />
cuanto brotó <strong>de</strong> <strong>la</strong> fuente <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida, a el<strong>la</strong> retorne a su <strong>de</strong>bido tiempo.<br />
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