Tercer Testamento - El Libro de la Vida Verdadera
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naturaleza superior, pueda tomar cuantas materias le sean necesarias para el <strong>de</strong>sempeño <strong>de</strong> sus gran<strong>de</strong>s misiones en el<br />
mundo.<br />
56 Por este don, el espíritu <strong>de</strong>muestra su inmensa superioridad sobre <strong>la</strong> carne, sobre <strong>la</strong> muerte y sobre todo lo terrestre,<br />
sobreviviendo a un cuerpo, a otro y a cuantos le sean confiados, vencedor <strong>de</strong>l tiempo, <strong>de</strong> los escollos y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />
tentaciones.<br />
De Enseñanza 291<br />
14 No busquéis <strong>la</strong> exaltación <strong>de</strong> mi Obra por medios ostentosos o manifestaciones públicas, porque vuestro triunfo se<br />
<strong>de</strong>rrumbaría fácilmente por no haberlo forjado sobre cimientos sólidos.<br />
15 No impresionéis a vuestros hermanos con testimonios <strong>de</strong> curaciones mi<strong>la</strong>grosas o <strong>de</strong> maravil<strong>la</strong>s aparentes, porque<br />
sólo lograréis contagiaros <strong>de</strong> fanatismo unos a otros.<br />
Los que verda<strong>de</strong>ramente representan <strong>la</strong> verdad, los que saben elevar un culto sincero, los que verda<strong>de</strong>ramente<br />
siembran y propagan semil<strong>la</strong> <strong>de</strong> amor, son tan sencillos, tan mo<strong>de</strong>stos y humil<strong>de</strong>s, que pasan inadvertidos entre los<br />
<strong>de</strong>más; están curando a un enfermo y pocos o nadie los ven; lloran por un semejante y sus lágrimas son invisibles,<br />
porque en lugar <strong>de</strong> brotar al exterior, se elevan al Padre.<br />
39 No olvidéis que el principio <strong>de</strong> vuestra espiritualidad os lo dio <strong>la</strong> sencillez <strong>de</strong> mi pa<strong>la</strong>bra, para que nunca mezcléis a<br />
el<strong>la</strong> lo superfluo.<br />
De Enseñanza 292<br />
3 Muchas veces me habéis preguntado qué hay más allá <strong>de</strong> este mundo, y si esos astros que giran en el espacio son<br />
mundos como el vuestro. Mi respuesta ante vuestra curiosidad no ha <strong>de</strong>scorrido completamente el velo <strong>de</strong>l misterio,<br />
viendo que todavía no tenéis <strong>la</strong> evolución necesaria para compren<strong>de</strong>r, ni <strong>la</strong> espiritualidad indispensable para armonizar<br />
con otras moradas.<br />
No habéis llegado aún a conocer ni a compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong>s enseñanzas que os brinda el p<strong>la</strong>neta en que vivís, y ya queréis<br />
buscar otros mundos. No habéis podido fraternizar entre vosotros, habitantes <strong>de</strong> un mismo mundo, y queréis <strong>de</strong>scubrir <strong>la</strong><br />
existencia <strong>de</strong> seres en otras moradas.<br />
Por ahora <strong>de</strong>be bastaros recordar que en el Segundo Tiempo os dije que en <strong>la</strong> casa <strong>de</strong>l Padre hay muchas moradas, y<br />
que ahora, ratificando aquel<strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras, os digo que no sois los únicos habitantes en el Universo, ni vuestro p<strong>la</strong>neta es<br />
el único habitado.<br />
4 A <strong>la</strong>s generaciones <strong>de</strong>l mañana les será dado contemp<strong>la</strong>r abiertas <strong>la</strong>s puertas que les aproximen a otros mundos y<br />
tendrán motivo para maravil<strong>la</strong>rse ante el Padre.<br />
5 <strong>El</strong> bien y el amor, <strong>de</strong> los cuales se <strong>de</strong>rivan <strong>la</strong> caridad y <strong>la</strong> paz, serán <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>ves que abran <strong>la</strong>s puertas <strong>de</strong>l misterio,<br />
dando así los hombres un paso hacia <strong>la</strong> armonía universal.<br />
6 <strong>El</strong> bien y el amor aplicados a vuestra vida, a vuestro culto espiritual, a <strong>la</strong> ciencia y al trabajo, llevarán al hombre a <strong>la</strong><br />
verda<strong>de</strong>ra sabiduría.<br />
7 Hoy estáis ais<strong>la</strong>dos, confinados, retenidos, porque vuestro egoísmo os ha hecho vivir para el mundo, sin ambicionar <strong>la</strong><br />
libertad y <strong>la</strong> elevación <strong>de</strong>l espíritu.<br />
8 ¿Qué sería <strong>de</strong> vosotros, hombres vanidosos, seres empequeñecidos por vuestro materialismo, si antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>spojaros<br />
<strong>de</strong> vuestras <strong>la</strong>cras humanas os fuese concedido llegar hasta otros mundos? ¿Cuál sería <strong>la</strong> semil<strong>la</strong> que iríais a sembrar?<br />
La discordia, <strong>la</strong> ambición insana, <strong>la</strong> vanidad.<br />
9 En verdad os digo que para alcanzar ese conocimiento a que todo humano aspira y esa reve<strong>la</strong>ción que aleje <strong>de</strong> su<br />
mente <strong>la</strong>s preguntas que le torturan y le intrigan, mucho tendrá que purificarse el hombre y mucho habrá <strong>de</strong> ve<strong>la</strong>r y orar.<br />
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