Lauros y palmas, de Amadeo Burdeos, sdb - Hispania Martyr
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y profundas emociones! ¡Qué gran<strong>de</strong> alegría y consuelo se experimentaba al<br />
sentirse uno instrumento <strong>de</strong> Dios para <strong>de</strong>volver la gracia a aquellas almas,<br />
en momentos tan angustiosos!<br />
Al principio tan sólo podíamos ejercitar el ministerio <strong>de</strong> la Confesión; como<br />
los juicios eran frecuentes y casi siempre terminaban con la sentencia <strong>de</strong> muerte,<br />
todos los presos, antes <strong>de</strong> salir, querían recibir la absolución* Poco a poco<br />
nos fuimos especializando en el arte <strong>de</strong> ayudar a bien morir el que esto refiere<br />
y otros religiosos, don Justo Cervera, perteneciente al Instituto <strong>de</strong> las Escuelas<br />
Cristianas, y cuyo celo y caridad constituyen el mejor tributo que un religioso<br />
pue<strong>de</strong> rendir al Instituto a que pertenece y que tan sólidamente supo educarle,<br />
LA SAGRADA EUCARISTÍA<br />
Si bien nuestra actividad sacerdotal encontraba pábulo en el Sacramento <strong>de</strong><br />
la Confesión, con todo no nos sentíamos plenamente satisfechos. Faltaba algo,<br />
que todos anhelábamos en la misma medida. Nos preguntábamos con frecuencia:<br />
¿No sería posible también recibir la Sagrada Comunión, el Pan <strong>de</strong> los<br />
Fuertes?<br />
Al principio nos contentábamos con la comunión espiritual; pero a medida<br />
que pasaban los días eran más vivas las ansias <strong>de</strong> recibir al Señor sacramentalmente.<br />
Nuestra vida nos recordaba las catacumbas. ¿Seríamos menos afortunados<br />
que los primitivos cristianos?<br />
Jesús quiso darnos ese consuelo precisamente el día en que la Iglesia celebra<br />
su Divina Realeza. ¿Cómo se realizó el prodigio?<br />
Por el mal funcionamiento <strong>de</strong> mi estómago tenía autorización para trasladarme<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el tercer sollado <strong>de</strong> popa hasta la enfermería, instalada a proa.<br />
Gracias a este paseo, que realizaba diariamente, pu<strong>de</strong> relacionarme con algunos<br />
militares <strong>de</strong>tenidos, y especialmente con el capellán castrense Padre Vives,<br />
el cual me comunicó que había conseguido celebrar la Santa Misa y consagrar<br />
algunas formas. Vi el cielo abierto y bien pronto quedamos entendidos. La<br />
víspera <strong>de</strong> Cristo Rey el buen sacerdote volvería a celebrar y me proporcionaría<br />
un número suficiente <strong>de</strong> Formas Consagradas a fin <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r dar la Comunión<br />
a mis compañeros <strong>de</strong> encierro.<br />
Preparé durante el día a algunos <strong>de</strong> los más íntimos, anunciándoles la dicha<br />
que nos esperaba y, al anochecer, fui a buscar el Santísimo. Lo traje en una<br />
pobrísima cajita <strong>de</strong> pastillas para la tos, forrada con un pañito blanco, y guardada<br />
en un bolsillo <strong>de</strong> mi americana.<br />
LA ADORACIÓN NOCTURNA<br />
Al llegar al sollado establecimos, entre los más íntimos, un turno <strong>de</strong> adoración,<br />
y fueron elegidos un grupo <strong>de</strong> veintiocho presos para tener el consuelo<br />
<strong>de</strong> comulgar al día siguiente, festividad <strong>de</strong> Cristo Rey.<br />
¡Qué abrazos, qué alegría en todos los semblantes! Es imposible expresar<br />
la felicidad <strong>de</strong> aquellos excelentes jóvenes y ejemplares caballeros cristianos.<br />
«Pero, ¿dice usted?... ¿Es posible?... ¿Y cuándo?... ¡Jesús aquí con nosotros!...»<br />
Pasamos toda aquella noche en intensa y <strong>de</strong>vota adoración. ¿Cómo pensar<br />
en dormir teniendo entre nosotros al ansiado Huésped divino? Todos los que<br />
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