Lauros y palmas, de Amadeo Burdeos, sdb - Hispania Martyr
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FESTIVIDAD DE SANTIAGO<br />
La aparente tolerancia <strong>de</strong>l señor Bachs animó en este día a don Tomás y<br />
al señor Enseñat a pedirle que permitiera a don José Batalla celebrar la Santa<br />
Misa, pues los niños habían manifestado <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> oiría en razón <strong>de</strong> la festividad.<br />
Negación rotunda. Como el señor Enseñat insistiera, le replicó Bachs<br />
que no se le ocurriera volver a hablarle otra vez <strong>de</strong> semejante locura, pues <strong>de</strong><br />
lo contrario le mandaría fusilar.<br />
Pero los niños, al verse <strong>de</strong>fraudados en sus esperanzas, no por eso <strong>de</strong>jaron<br />
<strong>de</strong> celebrar la festividad <strong>de</strong> Santiago con una mayor <strong>de</strong>voción en el rezo <strong>de</strong><br />
sus oraciones. Estaba prohibido terminantemente hacerlas en común, pero no<br />
hubo ningún niño que <strong>de</strong>jara <strong>de</strong> hacerlas en particular con edificante piedad.<br />
Escribe don Tomás Baraut:<br />
«Otro fenómeno me llamó la atención aquellos días: la docilidad con que<br />
cumplían mis menores indicaciones. Habiendo sido por tres años Consejero Escolástico<br />
y estando encargado <strong>de</strong> la disciplina general, por lo que en algunas<br />
ocasiones me había visto obligado a aplicar algún severo correctivo, parece<br />
extraño que no hubiera entre los colegiales alguno que, resentido, aprovechara<br />
aquella coyuntura, si no para <strong>de</strong>latarme, al menos para eludir la obediencia.<br />
Sin embargo, jamás me obe<strong>de</strong>cieron tan puntualmente como aquellos días. Yo<br />
estaba plenamente seguro <strong>de</strong> ellos y ellos a su vez convencidos <strong>de</strong> que siempre<br />
había buscado su bien y lo seguía procurando. De ahí que tanto a mí como a<br />
los otros Salesianos, no nos dieran ningún motivo <strong>de</strong> queja y sí muchos <strong>de</strong><br />
consuelo. Éstos no son triunfos personales, son triunfos <strong>de</strong>l sistema educativo<br />
<strong>de</strong> Don Bosco, que llega hasta el fondo <strong>de</strong>l corazón y establece indisoluble<br />
comunidad <strong>de</strong> intereses y sentimientos entre el educando y su educador.»<br />
INCIDENTE PELIGROSO<br />
Domingo, 26. Se va intensificando la salida <strong>de</strong> los colegiales. No se les<br />
permite llevarse los colchones ni la ropa <strong>de</strong> la cama. Han <strong>de</strong> quedar para los<br />
inquilinos que se esperan. Muchos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>portistas venidos para la Olimpíada<br />
popular, se han instalado en el Colegio, sección <strong>de</strong> Artesanos, y su número<br />
aumenta con la venida <strong>de</strong> otros nuevos huéspe<strong>de</strong>s.<br />
Por la tar<strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> milicianos y guardias <strong>de</strong> asalto quieren organizar<br />
un partido <strong>de</strong> fútbol con nuestros jóvenes artesanos. Algunos <strong>de</strong> aquellos estaban<br />
en estado <strong>de</strong> embriaguez... Era algo repulsivo y grotesco. Nuestros jóvenes<br />
jugaban con aprensión y sin entusiasmo.<br />
Durante el partido tuvo lugar un inci<strong>de</strong>nte digno <strong>de</strong> mención y que pudo<br />
acarrear consecuencias-<br />
Estaba el señor Enseñat presenciando el partido, ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong><br />
colegiales, cuando se acercó un hermano <strong>de</strong> Bachs, y dio comienzo a una conversación<br />
en extremo grosera, salpicada <strong>de</strong> insultos contra los frailes. El señor<br />
Enseñat, sin po<strong>de</strong>r aguantarse más, le interrumpió diciéndole:<br />
—Oiga, cuando se habla a niños y a jóvenes, hay que tener mucho cuidado<br />
con lo que se dice, para no perturbar sus cabezas con tonterías y neceda<strong>de</strong>s.<br />
Y más si lo que se les dice es tan sólo un cúmulo <strong>de</strong> mentiras que no se pue<strong>de</strong>n<br />
<strong>de</strong>mostrar.<br />
—jBah! —respondió sonriendo—. Nada más sencillo que <strong>de</strong>mostrar todo lo<br />
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