Lauros y palmas, de Amadeo Burdeos, sdb - Hispania Martyr
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UNIÓN PROVISIONAL DE LAS INSPECTORÍAS<br />
Cuando se supo en Turín que el Inspector <strong>de</strong> la Céltica, don Felipe Alcántara,<br />
se hallaba encarcelado, el Rector Mayor encargó a don Julián Massana<br />
que asumiese la dirección <strong>de</strong> aquella Inspectoría; por lo que, a medida que los<br />
salesianos liberados iban llegando a la España Nacional, eran <strong>de</strong>stinados a<br />
aten<strong>de</strong>r las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las casas, sin reparar en la Inspectoría a que pertenecían.<br />
AYUDA A LOS SALESIANOS DE LA ZONA ROJA<br />
La principal preocupación <strong>de</strong>l señor Inspector durante este período, la constituía<br />
la ayuda a los hermanos resi<strong>de</strong>ntes en la zona roja, muchos <strong>de</strong> los cuales<br />
habían sido asesinados; otros estaban encarcelados; no pocos sufrían toda suerte<br />
<strong>de</strong> privaciones a causa <strong>de</strong> la carestía reinante, sin contar los enfermos <strong>de</strong><br />
más o menos gravedad, que carecían <strong>de</strong> las medicinas necesarias para aliviar<br />
sus dolencias.<br />
A este fin or<strong>de</strong>nó que en todas las casas, en las oraciones <strong>de</strong> la mañana y<br />
<strong>de</strong> la noche, se hicieran especiales plegarias por todos ellos.<br />
A<strong>de</strong>más, se pensó en organizar los socorros compatibles con las circunstancias.<br />
En Marsella <strong>de</strong>jó encargado a don Vicente Ballester que permaneciese<br />
en aquella casa a fin <strong>de</strong> aten<strong>de</strong>r personalmente a todos los salesianos que lograran<br />
evadirse <strong>de</strong> la España marxista y los encaminara a la zona. Así lo hizo,<br />
no sólo con los Salesianos, sino también con los Cooperadores, Antiguos<br />
Alumnos o simplemente sacerdotes o religiosos que acudían a su generosidad,<br />
atendiéndolos en todo hasta <strong>de</strong>jarlos en la frontera <strong>de</strong> Irún.<br />
Por haber sido <strong>de</strong>stinado a Capellán <strong>de</strong>l señor Obispo <strong>de</strong> Pamplona, ocupó<br />
su lugar en Marsella el Rvdo. don Mo<strong>de</strong>sto Bellido, el cual había conseguido<br />
pasar la frontera <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber salido <strong>de</strong> la cárcel <strong>de</strong> Barcelona. Don Mo<strong>de</strong>sto<br />
procuró enviar dinero, por medio <strong>de</strong>l cónsul francés <strong>de</strong> Gerona, a fin <strong>de</strong><br />
que, pagando lo necesario para conseguir guías seguros, pudiesen evadirse<br />
<strong>de</strong> la España roja el mayor número posible <strong>de</strong> salesianos. Sus auxilios en<br />
metálico contribuyeron en no pequeña escala a aliviar la difícil situación económica<br />
<strong>de</strong> varios salesianos <strong>de</strong> Barcelona y Valencia.<br />
En Febrero <strong>de</strong> 1938, habiendo sido nombrado don Mo<strong>de</strong>sto Director <strong>de</strong><br />
las recién fundadas Escuelas Profesionales <strong>de</strong> Deusto, fue reemplazado por<br />
don Francisco González, el cual, al estallar el Movimiento, se encontraba<br />
perfeccionándose en el francés en una <strong>de</strong> nuestras casas <strong>de</strong>l país vecino.<br />
A medida que iba avanzando la guerra, empeoraba la situación alimenticia<br />
<strong>de</strong> la zona roja. La mala administración, la afluencia <strong>de</strong> refugiados proce<strong>de</strong>ntes<br />
<strong>de</strong> las provincias conquistadas por los Nacionales, las dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los<br />
transportes y mil otras causas hacían imposible la vida <strong>de</strong> los que no estaban<br />
incondicionalmente al lado <strong>de</strong>l Gobierno o no pertenecían a alguno <strong>de</strong> los numerosos<br />
Sindicatos rojos. Por eso varios salesianos, unos escondidos, otros<br />
en las cárceles o enfermos, pasaban grave necesidad.<br />
Se logró escribir a Marsella, exponiendo la situación <strong>de</strong> los hermanos más<br />
necesitados, usando un lenguaje ambiguo. Don Francisco comprendió la gravedad<br />
<strong>de</strong> la situación, y <strong>de</strong> acuerdo con don Julián Massana, puso todo su<br />
empeño y toda su actividad en remediarla.<br />
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